La migración venezolana a otros países latinoamericanos ofrece a los gobiernos regionales una fuente inesperada de talento. Tal es el caso de Juan Carlos Riera, un urólogo de 46 años de edad, cuyos diagnósticos han ayudado a reducir el tiempo de espera de los pacientes de un hospital en el valle central rural de Chile.

El médico tomó la decisión de emigrar en 2015, luego de que hiperinflación recortara sus ingresos y encarecieran los suministros y equipamientos médicos. Entre el año 2012 y el 2017 más de 22.000 médicos salieron de la nación, reseñó Bloomberg.

«Chile ha sido acogedor, porque los pacientes ven el impacto positivo de tener más especialistas donde antes no había», dijo Riera. Él es uno de los cuatro especialistas, todos venezolanos, del Hospital Mario Sánchez Vergara Hospital.

Andrew Selee, presidente del Instituto de Políticas de Migración en Washington, consideró que las naciones de la región deberían proporcionar una manera de los profesionales obtengan las credenciales necesarias para ejercer.

“Este es el momento de América Latina para utilizar el capital humano de Venezuela, proporcionar acceso fuera de las ciudades capitales y, mientras tanto, ayudar a los migrantes a encontrar trabajo. Es un ganar-ganar, pero debe asegurarse de proporcionar una manera para que los profesionales obtengan credenciales y lleven a esos profesionales a áreas donde se necesitan sus servicios”, indicó Selee.

Lea más en Bloomberg (inglés). 


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