80% de los hogares venezolanos vive en inseguridad alimentaria por el cierre de establecimientos, la escasez y costos de los alimentos y las dificultades para cocinar por falta de agua, gas y electricidad, indicaron la Fundación Bengoa, el Observatorio Venezolano de la Salud y la Red Agroalimentaria de Venezuela, en un reporte que analiza la crisis alimentaria que vive el país.

“Venezuela padece una emergencia humanitaria compleja, resultado de una combinación de inestabilidad política, conflictos y violencia, desigualdades sociales y una pobreza subyacente, lo que compromete severamente el derecho humano a la alimentación de sus 31,8 millones de habitantes, sobre todo de las poblaciones en extrema pobreza”, refiere el informe.

En él se señala que la nación se encuentra entre los países del mundo con grave inseguridad alimentaria y que los más afectados son los niños, las embarazadas, las personas de tercera edad, pacientes en condiciones crónicas de salud y los que viven en zonas de difícil acceso geográfico.

Se especifica además que 94% de la población no cuenta con ingresos suficientes para pagar los precios de una canasta de alimentos y de servicios básicos por las extremas condiciones de privación económica.

“Con una caída de la producción nacional mayor a 60% y de las importaciones en más de 70%, la población venezolana enfrenta una escasa disponibilidad de alimentos”, detalla.

Añade que 64% de los venezolanos perdió 11 kilogramos de peso entre 2016 y 2017, “por el acelerado deterioro de la ingesta de alimentos en la cantidad y calidad necesaria, siendo más afectados los niños y las mujeres”, y 33% de los niños entre 0 y 2 años de edad de los sectores pobres tiene retardo de crecimiento según el indicador talla/edad, “exponiéndolos a irremediables trastornos del desarrollo y enfermedades a futuro”.

En el informe se destaca, asimismo, que “25.000 embarazadas no reciben control prenatal y 7.500 se controlan tardíamente en el octavo y noveno mes de embarazo, poniendo en riesgo sus vidas y las de sus hijos en un contexto de emergencia alimentaria”.

De 5% a 11,5% subió el porcentaje de población subalimentada en Venezuela entre 2016 y 2018, y la desnutrición aguda global alcanzó cifras de emergencia en niños menores de 5 años y embarazadas de parroquias pobres, precisa el reporte.

Sobrevivencia

“Ante las políticas de privación y dependencia, que incluye la negativa a reconocer la emergencia y no publicar cifras oficiales, las familias se han visto forzadas a adoptar estrategias de sobrevivencia, incluyendo emigrar”, se afirma en el documento, y se recalca que “la combinación de emergencias en alimentación y salud disminuye las probabilidades de que los niños más pequeños y las embarazadas que sufren de desnutrición severa tengan oportunidad de sobrevivir”.

El reporte tomó en cuenta referencias de estudios y diagnósticos realizados por Cáritas Venezuela y la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida e información de la Comisión de Derechos Humanos del Estado Zulia, Madres y Padres por los Niños en Venezuela, Fundación Samaritana de Venezuela y la Fundación Ángeles Chiquinquireños del Zulia. Civilis Derechos Humanos brindó apoyo en la construcción y desarrollo de la metodología.

La Cifra
64% de los venezolanos perdió 11 kilogramos de peso entre 2016 y 2017, “por el acelerado deterioro de la ingesta de alimentos en la cantidad y calidad necesaria”

“La combinación de emergencias en alimentación y salud disminuye las probabilidades de que los niños más pequeños y las embarazadas que sufren de desnutrición severa tengan oportunidad de sobrevivir”

Reporte sobre crisis alimentaria

 


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