Monagas, ubicado al oriente del país, se ha convertido en un estado en el que la desnutrición pasó a ser algo común ante los ojos de sus habitantes. En 2018 fallecieron al menos 47 niños por esa causa y en los que va del año se han registrado más de 10 muertes infantiles de este tipo, las últimas fueron: un bebé de 18 meses y una niña que estaban recluidos en el Hospital Universitario Dr. Manuel Núñez Tovar de Maturín .

Como el alto costo de la vida y la falta de alimentos nutritivos en la dieta son dos realidades de las que no escapa el venezolano, en 2015 nació una iniciativa para combatir la desnutrición en el estado oriental: Mi gato humanista de la mano de Elía Cabello, un joven que, aunque nació en Cumaná (estado Sucre), quiere ver a Monagas sin hambre.

Cabello y varios voluntarios van todos los domingos a una comunidad distinta de la entidad para organizar un desayuno solidario. En el transcurso de esos días, los voluntarios le explican a las madres que deben hacer un censo de cuántos niños hay en el sector y cuáles están en un estado de desnutrición más crítico.

“Nosotros llevamos los ingredientes y los implementos y, desde muy temprano, esas mujeres y hombres hacen el desayuno. Más tarde nos acercamos al sitio para llevar adelante la actividad. Queremos que siempre que esté involucrada la comunidad porque es importante hacerle entender a los ciudadanos que el trabajo mancomunado es indispensable para poder rescatar nuestros país”, comentó Cabello en una entrevista para El Nacional.

Explicó que intenta que su trabajo no se quede en un desayuno o, en algunas ocasiones, un sancocho, así que le hace seguimiento a los menores de edad con cuadros graves de desnutrición para darle mayor apoyo. Además, contó que ha podido ayudar a personas de la tercera edad que requieren un medicamento o un exámen médico.

“Dos madres me contactaron, ambas tienen morochos y no podìan amamantar bien porque estaban en estado de desnutrición, así que les pudimos gestionar desde Cumaná leche materna que se extrajo mi cuñada y la congeló para que se las mandáramos, también les dimos fórmulas lácteas para sus bebés. Esas son experiencias que vamos guardando en nuestro corazón y que nos llenan de ganas de seguir”, detalló.

Jornada de Mi Gato Humanista en Jardines de San Rafael, Parroquia Los Godos | Foto: Elía Cabello 

Cabello explicó que amigos que están dentro y fuera del país, vecinos y empresarios los han llamado para brindar su aporte en ese proyecto. “A veces se me acercan y me dicen: Quiero donar un paquete de harina y uno de fororo. Desde millones de servilletas a cinco vasitos, cualquier donativo suma para ayudar a los niños”.

Enero y febrero de 2019 han sido los meses en los que recibió más apoyo pues confesó que en 2018 las donaciones y el entusiasmo de los colaboradores no fue constante.

En espera de la ayuda humanitaria

A pocas horas de que ingrese la ayuda humanitaria, de acuerdo con lo programado por el presidente interino Juan Guaidó, Cabello insistió en la importancia que tiene esta medida para paliar la compleja emergencia humanitaria que atraviesa el país.

“No es la solución, pero es salvar vidas. Creemos necesario atacar lo más urgente: operaciones que tienen tres años retrasadas, tratamientos de cáncer y tratamientos de diabetes por ejemplo”, detalló.

El activista considera que la donación de insumos y alimentos, que viene principalmente de Estados Unidos, es un primer paso para lograr reconstruir el país.

“Eso nos va a permitir paliar la situación hasta que nuestro gobierno pueda construir políticas sólidas para atacar desde raíz la gravedad del problema. la ayuda será el inicio de la reconstrucción del país y salir de esta etapa tan trágica y dramática que vivimos”.

Foto: Elía Cabello


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