Paul Montiel es el hombre que se ha convertido en otro de los íconos de las marchas convocadas por la oposición venezolana desde el pasado mes de abril, debido a que a los 23 años tuvo un accidente que lo obligó a vivir con una prótesis en su pierna derecha.

Hace varios años Montiel se encontraba en un puesto de comida rápida en Maracaibo cuando hubo un choque en la esquina que le cambiaría la vida. Al carro del accidente  se le salió el caucho, solo con el rin, y llegó hasta donde él estaba comiendo, pero en el intento de correr su pierna derecha cayó en una alcantarilla y el carro se la cortó.

Luego de una operación en Estados Unidos, un año cámara hiperbárica con una infección con ductores internos, 86 clavos en la pierna izquierda y la esperanza de volver a caminar después de que pasaran tres años de la intervención quirúrgica, el maracucho superó las expectativas de los doctores y a los ocho meses estaba dando una conferencia de cómo subir las escaleras con miembros apuntados.

Montiel, que es cinturón negro en taekwondo, contó en exclusiva a El Nacional Web que durante su recuperación sufrió de depresión que lo llevó a caer en el alcoholismo hasta que nació la menor de sus tres hijos, pues en ese momento se dio cuenta que se tenía que quererse primero él para poder hacerlo a alguien más y empezó a ejercitarse nuevamente.  

Tras una competencia de aguas abiertas, en Margarita, en la que quedó en el décimo cuarto lugar luego de nadar una hora y 40 minutos, Paul comenzó a ayudar a quienes pasaban por su misma condición y actualmente lleva un mensaje a los venezolanos que aún no están en las calles defendiendo sus derechos.

“En Venezuela y en todas partes del mundo la discapacidad es mental. Sobre  todo en un país que estamos ahorita socialmente golpeados, desmoralizados, económicamente muy golpeados y con una esperanza por el piso”, expresó.

Montiel confesó que marcha con su prótesis identificada con el tricolor nacional porque quiere  que sus hijos vivan en Venezuela con él, que los “abuelitos” vean crecer a sus nietos a su lado,  para que la gente vuelva a sonreír y para que “huela a navidad”.

“Marcho para que la gente vea que no hay ninguna discapacidad ninguna excusa para defender su derecho pacífico”, aseveró mostrando su prótesis con el tricolor nacional.

Al gobierno le pidió que se ponga las manos en el corazón. “Vayamos a elecciones es tiempo de que se respire paz y libertad”.


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