“Todo el mundo debe tener una radio, con sus pilas seguras, para estar bien informados de qué hay que hacer. Tener sus juegos de velas para alumbrarse y sus distintos sistemas; tener linternas. Que lo tengan todos los hogares del país; preparar sus sistemas de depósitos de agua”. Estas fueron las recomendaciones que el martes hizo Nicolás Maduro a la población, lo que muchas personas interpretaron como una advertencia de que el sistema eléctrico nacional puede volver a colapsar.

Más de diez subestaciones eléctricas explotaron en la última semana, tras la falla en la principal línea de transmisión de energía el jueves 7 de marzo, que dejó a Venezuela a oscuras por más de 100 horas.

“Estresar” a los transformadores, la falta de inversión y de personal técnico calificado, aunado con el mal estado en el que se encuentran las subestaciones por falta de mantenimiento, son algunas de las causas de las explosiones que se han registrado. Así lo indicó a El Nacional José Manuel Aller, ingeniero electricista y profesor jubilado de la Universidad Simón Bolívar.

“La explosión de una subestación es algo anormal. Lo que sucede es que, durante el colapso eléctrico, los equipos están sometidos a constantes pruebas para energizar y desenergizar. Prender y apagar interruptores puede deteriorar más los transformadores, sobre todo cuando ya han perdido sus características por la falta de mantenimiento. No soportan ese nivel de estrés”, explicó.

Las subestaciones cuentan con varios transformadores. Luego de la explosión de uno de ellos, el resto de los que están en funcionamiento deben suplir la carga del que quedó fuera de servicio. “Esto ocasiona que los otros transformadores de la subestación estén más cargados de lo normal y, como están en las mismas condiciones de abandono, es posible que también fallen”, apuntó Aller.

De igual forma, indicó que cada subestación suministra electricidad a zonas específicas; no obstante, existe la posibilidad de alimentar otras zonas modificando las conexiones de los transformadores, lo que genera los racionamientos. “Le quitas a uno para darle a otro”, describió.

Advirtió que se trata de una solución temporal, de una forma de atender la emergencia, pero el hecho de apagar y prender circuitos y cambiar conexiones puede ser contraproducente para el sistema eléctrico.

“Es una condición de emergencia nada más.  No es conveniente para el sistema ni mucho menos para los usuarios. Si se sigue manteniendo en el tiempo, eso ya no es una emergencia, es una mala operación del sistema; un trabajo ineficiente y es culpa y responsabilidad de quienes están dirigiendo la industria eléctrica”, agregó.

Adicionalmente, recomendó a los venezolanos evitar usar de forma excesiva la electricidad. Aunque la crisis no fue generada por los usuarios, se puede contribuir al servicio utilizándolo de manera consciente.


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