Hace aproximadamente año y medio en las calles de Caracas se registraron protestas antigubernamentales, en las cuales participaron distintos sectores de la sociedad venezolana. En este movimiento los estudiantes fungieron como un punto clave durante esta “batalla” contra las fuerzas de seguridad del Estado.

Los estudiantes de la Universidad Central de Venezuela (UCV) junto a los de la Universidad Simón Bolívar (USB) acudieron el 31 de marzo a la sede del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) para expresar su rechazo a las sentencias N° 155 y 156, las cuales le atribuían a Nicolás Maduro funciones de la Asamblea Nacional (AN).

Alfredo García, presidente de la Federación de Centros Universitarios (FCU-UCV) aseguró que los estudiantes formaron parte del mayor movimiento de protestas que ha vivido la historia de Venezuela.

“El movimiento estudiantil se convirtió en el catalizador de muchísimas demandas de la sociedad civil, las cuales se transformaron en grandes actividades como: movilizaciones y vigilias en honor a los estudiantes y manifestantes que fueron asesinados. No creo que fuimos un grupo que solo participó, sino que cumplimos un rol determinante durante 2017”, dijo García en una entrevista para El Nacional Web.

Durante los cuatro meses de manifestaciones ininterrumpidas, que iniciaron en marzo y culminaron en agosto de 2017, docentes, trabajadores y, sobre todo, estudiantes de la UCV desempeñaron un rol protagónico, pues no solo se limitaron a participar en el movimiento de calle, sino que se convirtieron en líderes y promotores de cambio.

El presidente de la FCU-UCV considera que uno de los vínculos que acercó a todos los estudiantes venezolanos fue el desconocimiento de la democracia porque  nacieron y crecieron durante el gobierno de Hugo Chávez y Nicolás Maduro.

“Nosotros no conocemos la democracia genuina, no conocemos la participación ciudadana en su máximo esplendor, nosotros solo conocemos la lucha por nuestros derechos. Desde muy niños hemos vivido sucesos muy importantes para la nación, desde el año 1994 con el golpe de Estado de Chávez, pasando por su elección; posteriormente  los hechos del 11 de abril de 2002 pasando por 2007 (cierre de RCTV), 2014 (protestas antigubernamentales) y 2017. Nuestra juventud ha estado marcada por esta creciente conflictividad social”, indicó.

La denominada “rebelión de abril” estuvo caracterizada por el uso excesivo de la fuerza por parte de los cuerpos de seguridad del Estado, detenciones arbitrarias y la ruptura del hilo constitucional.

Protestas de 2017

Como los jóvenes de la “generación del 28”, los estudiantes de la UCV salieron a las calles de Caracas para exigir un cambio en el sistema político actual. 

Llegar juntos e irse juntos siempre era la meta para García y los demás integrantes del movimiento estudiantil, quienes a juicio del presidente de la FCU-UCV “normalizaron el miedo” durante las manifestaciones.

“Siempre buscábamos tener un grupo logístico y de asistencia, junto a los demás equipos que hicieron vida durante las protestas como lo fueron: los Cascos Azules o Verdes de la UCV”, explicó.

García aseguró que los días en que su equipo de estudiantes no regresaba completo de la jornada de manifestaciones, representaba una experiencia sumamente traumática. Los jóvenes que eran detenidos probablemente no regresarían pronto a sus hogares, pues estarían bajo el “poder” de los cuerpos represivos del Estado.

“Hasta hace poco (a más de un año de las protestas) estudiantes fueron liberados y aún hay jóvenes que se encuentran detenidos desde 2014, solo por expresar con claridad sus ganas de tener un país diferente”, dijo.

Las manifestaciones convocadas por el movimiento estudiantil estuvieron caracterizadas por actividades pacíficas.

“Cuando empezaron a tildarnos de violentos y terroristas nuestra respuesta fue la paz. Hicimos diferentes actividades, en las que logramos que en ninguna de ellas hubiese ningún saldo que lamentar, incluso durante días completos en que el movimiento estudiantil organizó manifestaciones no hubo represión”, explicó el presidente de la FCU-UCV.

David Sosa, dirigente de juventudes de Voluntad Popular (VP) y ex preso político, indicó que todas las personas que decidieron participar en las manifestaciones del año pasado lo hicieron para luchar por el derecho a ser, por el derecho a la existencia.

El dirigente de VP estuvo detenido dos meses en la sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) en el Helicoide durante las manifestaciones de 2017.

“Los venezolanos nos enfrentamos a una ideología que tiene como fin la muerte, la intolerancia, la no existencia del otro. Estamos enfrentándonos a una ideología totalitaria”, señaló.

Dirigencia estudiantil

A juicio de García es indispensable que los jóvenes en el país sean los representantes de sus casas de estudio y de la juventud venezolana para que alcen su voz contra las injusticias.

El presidente de la FCU-UCV señaló que la juventud es la más afectada ante la crisis que enfrenta el país, pues es la que tiene menos oportunidad de emanciparse. Además, mostró preocupación por el incremento en la tasa de deserción estudiantil en las universidades y destacó que los dirigentes estudiantiles deben luchar por cambiar estas situaciones.

“Es necesaria la participación del dirigente estudiantil, no solo para las reivindicaciones tradicionales de los estudiantes, sino ante las reivindicaciones con el país, porque los jóvenes somos los que hacemos vida en Venezuela y somos los principales afectados”, dijo García.

Por su parte, David Sosa, también secretario de la FCU-UCV, destacó que el liderazgo estudiantil permite que surjan dirigentes en los distintos ámbitos.

“La universidad, por sus características amplias, pluralistas, democráticas y de pensamiento universal, siempre hará que el movimiento estudiantil sea una reserva moral para la nación”, dijo.

Añadió que durante el tiempo que estuvo recluido jamás se cuestionó la posibilidad de abandonar la dirigencia estudiantil y la lucha de calle.

“Lo que yo viví en el tiempo que estuve detenido fortaleció mi convicción interna de lucha, de que esto es lo que quiero hacer con mi vida. Quiero dedicarle mi vida al servicio a los demás, a hacer de Venezuela un país grande y desarrollado”, expresó Sosa.

El ex preso político detalló que la putrefacción de las instalaciones y la corrupción de los funcionarios que padeció en El Helicoide fue el impulso que le dio la fortaleza para continuar en pie de lucha para construir una mejor Venezuela.

Los estudiantes como gremio siempre han tenido un rol protagónico en la historia de Venezuela. La participación de los jóvenes en todos los procesos, que persiguen un cambio en el sistema político, es vital para la construcción de un mejor país, donde la democracia y la libertad sean la insignia de todos los venezolanos.


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