Emprender y publicar investigaciones académicas en las áreas científicas es cada vez más difícil para las universidades autónomas. Desde 2008 el número de estudios publicados pasó de 2.876 artículos a 1.476 para el período 2015-2016, informó Tulio Ramírez, coordinador del doctorado y posdoctorado en Educación de la Universidad Central de Venezuela.

En su intervención sobre la presentación del informe 2018 referido al estado de la Educación en Venezuela, el académico dijo que el país experimenta desde la década de los noventa una contracción del aporte científico, reflejado en la falta de recursos y el ausentismo escolar que varía de 40% a 60% según la facultad.

Para mediados de 1996, la cifra de contribuciones por la comunidad universitaria llegaba a 4,23%, mientras que el último porcentaje, correspondiente a 2016 ubica el índice de producción intelectual de Venezuela en 1,06%  muy por debajo de Ecuador, Colombia y Chile, que presentan un crecimiento sostenido de hasta 8,95% en la generación de contenidos científicos.

Aunque la inversión de fondos para financiar proyectos de investigación universitaria estaba en 336,6 millones de bolívares en 2009, como lo aseguró el entonces ministro de Ciencia, Tecnología e Industrias Intermedias, Jesse Chacón, el investigador señaló que para este año el presupuesto de la nación destinado a la educación y a la ciencia no supera 0,1%: “Todo esto genera una productividad científica precaria. Un estancamiento intelectual”.

Añadió que a las consecuencias adversas de la asfixia presupuestaria se agrega la desinstitucionalización  del sector universitario con la creación de programas nacionales de formación y nuevas casas de estudio experimentales. “Fueron ideadas sin ningún tipo de rigurosidad para evaluar la calidad de los estudiantes”, afirmó.

Las políticas de reforma universitaria son otras de las políticas que a juicio de Ramírez han arremetido contra la autonomía de las universidades nacionales autónomas. Enfatizó que la Ley Orgánica de Educación, y en particular el artículo 34, interfiere en la renovación de las autoridades académicas. “Distorsiona a la comunidad universitaria con una pretensión de tomar control del poder”, aseveró.

Luis Bravo Jauregui, director de la Línea de Investigación Memoria Educativa Venezolana de la UCV, refirió que desde 2003 el sistema educativo experimenta un crítico estancamiento que se transformó a partir de 2007 en un retroceso con una contracción de la inclusión de -1%, que corresponde al periodo escolar 2016-2017.

La cifras mostradas en el informe evidencian que un total de 1.500.000 estudiantes del sistema educativo público desertaron de las aulas entre los años escolares 2004-2005 y 2016-2017, pese a la creación de programas y misiones de formación pedagógica que desde 2003 se establecieron para mitigar las disparidades sociales y fomentar la inclusión escolar.

Ante la merma de los porcentajes en el número de matriculados y los altos índices de ausentismo escolar, el investigador argumenta que es necesaria la integración académica del sistema educativo básico y superior. Señaló que es indispensable que las misiones sean sometidas a un proceso de evaluación formativa.

El DATO

2.838.015 venezolanos se han graduado desde 2003, de la Misión Robinson I y II,  afirmó el presidente Nicolás Maduro. Las políticas públicas ideadas para alfabetizar a ciudadanos de la tercera edad fueron creadas por el fallecido presidente Hugo Chávez como programas de asistencia social orientados a alfabetizar a quienes no habían tenido acceso a una educación pública y gratuita.


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