Alumnos del Colegio Parroquial San Pedro, que está ubicado al lado de la iglesia homónima en Los Chaguaramos, tuvieron que ser evacuados ayer al mediodía, después de que la Guardia Nacional Bolivariana lanzó bombas lacrimógenas cerca del plantel. Los funcionarios querían impedir el paso de los manifestantes que se trasladaban por la avenida Victoria, rumbo a la Defensoría del Pueblo.

En imágenes que compartieron los usuarios en las redes sociales se observó cómo niños de preescolar y primaria salieron de la institución cubriéndose la nariz y los ojos con las manos o sus suéteres.

“Los policías no sirven para nada. Son estúpidos”, gritó molesto un niño de camisa blanca en un video captado por el periodista Héctor Antolinez, “Son unas lacras, echándole bombas lacrimógenas a unos niños inocentes”, agregó su representante.

La directora del colegio, la hermana Emma Limorte, relató que casi era la hora de salida cuando la GNB lanzó una bomba cerca de la iglesia San Pedro. Desde su oficina observó el humo y dio la orden de no dejar salir a los niños en ese momento. “Si llegan a estar afuera hubiera sido peor. Las maestras cuidaron a sus grupos”, dijo.

Cuando el efecto del gas disminuyó los representantes comenzaron a llevarse a sus hijos. “Los padres estaban muy nerviosos. Unos niños pequeños lloraron”, narró la religiosa. Al lugar acudieron bomberos de la Universidad Central de Venezuela, que prestaron apoyo en la evacuación de los menores.

Limorte señaló que en los últimos días ha disminuido la asistencia debido a las protestas que se han llevado a cabo en la ciudad, principalmente porque a muchos se les dificulta llegar por el cierre de vías y de estaciones del Metro. En el colegio la matrícula es de 850 alumnos.

Añadió que en consideración no llevan un registro de las inasistencias ni están realizando evaluaciones, sino que están repasando todos los contenidos.

“Nosotros tenemos por norma que mientras el Ministerio de Educación no diga lo contrario tenemos que cumplir el horario. El colegio ha estado abierto todos estos días. Los padres son los que tienen que considerar si hay riesgo y decidir si los traen o no”, indicó.

La institución es manejada por las hermanas de la  congregación Misioneras de Cristo Jesús y es subsidiada a través del convenio del ministerio con la Asociación Venezolana de Educación Católica.

Diversas organizaciones vinculadas a la educación han manifestado que es necesario tomar medidas preventivas, incluida la suspensión de clases, cuando estén previstas manifestaciones y marchas.

El lunes, el Ministerio de Educación emitió un comunicado en el que ratifica la obligatoriedad de las instituciones públicas y privadas de garantizar el cumplimiento del calendario escolar, y reprocha “la suspensión ilegal y arbitraria de actividades”.

El documento indica que “en caso de situaciones de riesgo, violencia y amenazas” los directivos deben comunicarse con la Zona Educativa de su estado y “hacer la evaluación conjunta de la situación específica con el objeto de tomar las previsiones y medidas necesarias”.


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