Los Palmeros de Chacao, las antiguas cofradías venezolanas que datan de finales del siglo XVIII, terminaron hoy la romería de las palmas descendiendo de la reconocida montaña de El Ávila cargando pacas de espigas para celebrar el Domingo de Ramos que inicia la Semana Santa.

Los cofrades subieron las montañas del parque nacional, un pulmón natural de montañas de hasta 2.600 msnm, la mañana del viernes y tras una noche durmiendo en la intemperie bajaron esta tarde a Caracas para celebrar una misa y la bendición de las palmas que se hará el próximo domingo.

«Hoy más que nunca necesitamos unión ante la crisis que vive el país, unión para rescatar las tradiciones y levantar nuestra patria», dijo al bajar el palmero mayor, Ramón Delgado, un anciano de 85 años que ha conseguido la mayor jerarquía de la cofradía.

La tradición data de hace 240 años, época colonial del país, cuando tuvo una epidemia de fiebre amarilla traída por esclavos africanos que mató a la mitad de la población.

Los campesinos y braceros, tras acabar la peste, acudieron al monte a buscar palmas para ofrecérselas a Dios todos los años en señal de agradecimiento y coincidiendo con el comienzo de la Semana Mayor o Semana Santa.

Las espigas de palmas son llevadas por las cofradías a la iglesia de la Plaza Bolívar de Chacao, el municipio caraqueño que acoge la tradición, en donde los fieles imitan lo que hicieron los habitantes de Jerusalén con Jesús en señal de alegría en vísperas de su Pasión y muerte en la cruz.


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