La capital lleva consigo algo más que los poderes públicos de un Estado. De una esquina a otra, también refleja su pasado. Basta conocer el origen del nombre de alguna iglesia, calle o avenida para descubrir la historia que guarda, esa que también habla sobre su gente y su idiosincrasia.

Caracas, la capital de Venezuela, cumple cada 25 de julio un nuevo aniversario, desde que en 1567 Diego de Lozada la fundó formalmente con el nombre de: Santiago de León de Caracas.

Después de 451 años, sus habitantes continúan enseñando a otros el origen de la ciudad que, en tiempos coloniales, era identificada por el compás del merengue caraqueño y el olor del café tostado.

Sofía Selgrad no oculta su sonrisa cuando habla sobre Caracas. No solo sabe fechas y nombres, sino que relata con entusiasmo hechos históricos, así como las leyendas que narraron nuestros antepasados. Ella es cofundadora, junto con Rodrigo Capriles y Augustina Ríos, de Te paseo y te cuento, un emprendimiento familiar.

Como Selgrad define esta iniciativa, que inició en 2016, “consiste en conectar, tanto a residentes como a visitantes, con la ciudad tradicional y moderna a través de experiencias guiadas en la ciudad”.

Para poder cumplir con su propósito, actualmente cuentan con 15 rutas en el oeste, centro y este de Caracas. 

“Cada recorrido implica un estudio profundo del sitio que vamos a visitar. Hablamos con la gente de la comunidad, con la guardia patrimonial, consultamos mapas y vemos toda la zona”, expresó Selgrad a El Nacional Web desde el Museo Sacro, ubicado a unos metros de la Plaza Bolívar donde cientos de escenas marcaron la Independencia de Venezuela.

Aunque estudió Bioanálisis, los libros de historia se han convertido en sus consultas recurrentes porque, como lo asegura, mientras más estudia la ciudad, más se sorprende.

“Nosotros pensamos que contar la historia de la ciudad tiene un poder, que empodera a la gente. Se genera arraigo y un vínculo emocional con el patrimonio. Y es la única manera en que nosotros podamos defender nuestra ciudad, conociéndola”, contó.

Mientras camina por el piso empedrado del Museo Sacro, continua explicando lo que observa. Selgrad dice que estar allí es “como estar en un túnel del tiempo”. Con su sombrero típico de la época colonial habla sobre personajes, esculturas y objetos religiosos. En algunas ocasiones, acude a su libro o al teléfono para precisar cualquier detalle.

A tan solo unos pasos, el vaivén de la gente no cesa entre la acelerada cotidianidad. Sin embargo, después de 451 años el pasado de Caracas sigue allí, mostrándose como un libro abierto para ser compartido y así saber de dónde venimos.


Para conocer más información sobre sus recorridos, puede visitar su cuenta en Instagram @tepaseoytecuento o escribirles a su correo electrónico: [email protected]


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