En Venezuela la crisis parece eterna. Todos los días hay sobresaltos y resulta difícil asimilarlos.

“Estamos en momentos en que la situación cambia a diario, eso pasa tanto para el que emigra como para el que se queda. La migración implica cambios y adaptación constante. Llegas a un lugar donde todo es novedad, pero eso mismo sucede en Venezuela, estamos en un país en el que todo es nuevo cada día”, indicó la psicóloga Zena Sleiman Dayoub, emprendedora de Psiconfío, una iniciativa que ofrece psicoterapia online.

Insistió en la necesidad de adaptarse a la realidad, lo que significa no acostumbrarse a lo malo: “No quiere decir que seamos conformistas, que la aceptemos o estemos de acuerdo con ella, pero hay que ser flexibles, darle una solución novedosa a los problemas”.

Sleiman señaló lo importante de descifrar sobre qué podemos influir realmente. “La frustración viene porque creemos que podemos cambiar todo o porque vemos que no lo vamos a hacer, y eso no es tan así”, explicó.

“Es intentar actuar en lo que está a nuestro alcance porque evidentemente hay cosas que no podemos cambiar”, subrayó.

Manifestó que desde su entorno las personas pueden luchar contra aquello con lo que están en desacuerdo: “Dar los buenos días puede ser importante, aunque suene muy simple, y hacer la diferencia. Si sonríes ante las adversidades, por ejemplo, y si cada uno lo hace se va a lograr un cambio social”.

La psicóloga recalcó que “todas las crisis son oportunidades de crecimiento porque son una ruptura del orden normal de las cosas” y al existir una desorganización mental y emocional toca reorganizarse. “La idea es que de ahí surja un aprendizaje”, recalcó.

Sleiman insistió en que cada respuesta debe ser individual, porque la crisis afecta a todos, pero no de la misma manera.

Explicó que la persona debe identificar, bien sea por sí misma o en un proceso de ayuda, cuáles son sus fortalezas, sus recursos, sus redes de ayuda y con quienes cuenta en cada situación.

Otras recomendaciones

Víctor Coronado, psicólogo y miembro de la fundación Rehabilitarte de Maracaibo, señaló que se habla de crisis en Venezuela porque la situación es tan cambiante que a las personas les impacta en su sistema emocional y genera crisis particulares psicológicas.

Explicó que deben cuidarse los espacios de convivencia y las relaciones con los familiares, amigos y personas cercanas, donde se fomenten los lazos de apoyo y los intercambios.

«Por lo general, en situaciones adversas hay una frecuente tendencia a suprimir las emociones fuertes y a exigir valentía. Hay que conversar de esas emociones intensas y evitar la confrontación física y verbal porque vivimos tiempos de mucha polarización política», afirmó.

Indicó que debía protegerse la integridad física y psicológica de niños, de las personas con enfermedades y discapacidades, y de los ancianos.

Recomendó realizar actividades físicas, sociales o incluso espirituales que propicien la paz y el bienestar.

Dijo que es importante verificar la fuente y veracidad de los rumores antes de hacerse eco de informaciones que se divulgan por las redes sociales, ya que muchas generan angustia y generan alarmas difíciles de controlar.

Pidió asimismo priorizar la adquisición de suministros: comida, alimentos no perecederos, agua, combustible en los vehículos y un botiquín de primeros auxilios, que siempre es necesario en el hogar. 

Los niños sufren más

Ambos especialistas coincidieron en señalar que los niños no tienen la capacidad de explicar lo que sucede a su alrededor y muchas veces se sienten confundidos.

«Hay que entender que todos tienen necesidades distintas y según la edad. Lo primero es escuchar cuáles son porque a veces podemos caer en dar explicaciones que no son necesarias o que ellos no están pidiendo. Al saber sus ansiedades y miedos les podemos explicar con palabras adaptadas a su edad lo que está sucediendo», indicó Sleiman.

Dijo que aunque es importante escucharlos hay que ayudarlos a que verbalicen lo que sienten. «Yo recomiendo que dibujen porque les permite expresarse y drenar las emociones de otra forma», subrayó.

Coronado recomendó estar atentos a los cambios conductuales, emocionales  o sociales, sobre todo de los niños menores de 5 años de edad, que son fácilmente influenciables.

Indicó que no hay que dejarlos que participen en discusiones.


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