Lewis Hamilton
Fotografía principal: Daimler

Lewis Hamilton es uno de esos personajes legendarios. Un piloto que, con su talento y dedicación, consiguió hacer que uno de los jefes de equipo más importantes de la Fórmula 1 lo firmara apenas a los 12 años y que en su temporada de debut en esa máxima categoría del automovilismo le dieran el mismo trato que al vigente bicampeón mundial, que era su coequipero.

Lewis Carl Davidson Hamilton nació el 7 de enero de 1985 en Stevenage, una pequeña ciudad ubicada 44 kilómetros al norte de Londres, y su amor por las carreras inició a los cinco años cuando su padre, Anthony, lo llevó a jugar en unos go-karts mientras disfrutaban unas vacaciones en Ibiza, España. Al regresar a casa, Lewis lo convenció de que le comprara un kart, que finalmente llegó en Navidad. “Antes de que me diera cuenta, ya había gastado más de 10.000 libras en el auto, motores y equipo. Ese era mi salario de todo un año”, recuerda su padre en una entrevista para la revista Car Magazine, en 2002.

Lewis Hamilton
Desde sus primeros pasos en el kartismo dio muestras de su gran talento / Foto: @LewisHamilton

Por fortuna para los Hamilton, Lewis comenzó a ganar desde sus primeras carreras, lo que ayudó a que su padre se involucrara por completo en la costosa afición y comenzara a buscar dinero en todas partes: créditos, tarjetas de crédito, e incluso a trabajar en cuatro empleos al mismo tiempo.

Sin embargo, el automovilismo no es un deporte en el que los atletas negros tengan muchos espacios, una realidad que le produjo a Hamilton sus primeros encuentros con el racismo, pues lo cierto es que era siempre el único piloto de color y, además, ganaba. Esa retadora combinación hizo que tuviera pocos amigos y que hoy sea uno de los rostros más importantes de las campañas Black Lives Matter y End The Racism.

Lewis Hamilton
El británico ha mostrado un gran compromiso con el movimiento Black Lives Matter, pues él ha sido víctima del racismo. / Foto: @LewisHamilton

El racismo, tener que vivir en un camper y no en un hotel como algunos de sus rivales en los fines de semana de carreras, las carencias y el amor de su familia fueron los catalizadores de quien es hoy el piloto más grande que haya pisado un autódromo.

Si bien los esfuerzos de Anthony por apoyar la carrera de su hijo eran enormes, el talento de Lewis atrajo a uno de los hombres más importantes del deporte motor, Ron Dennis, quien quedó impactado por su talento y lo firmó a los 12 años como piloto de McLaren. En ese entonces, la escudería británica no solo había tenido en sus filas a leyendas como Ayrton Senna, Alain Prost, James Hunt, Niki Lauda y Emerson Fittipaldi, también peleaba con Williams por ser el equipo más exitoso de la F1.

Ese contrato causó revuelo e hizo posar todas las miradas sobre Lewis, y sus victorias en los campeonatos de karts elevaron a Ron Dennis al nivel de genio y pusieron al equipo a soñar con un futuro campeón que les devolviera la gloria de finales de los 80.

Mientras Michael Schumacher dominaba la F1 a inicios de este nuevo milenio, Hamilton hacía lo propio en las categorías de desarrollo, sumando campeonatos en la Fórmula Renault Británica, el Superprix de Bahréin, la Fórmula 3 Euroseries y GP2, todos ellos campeonatos de alto nivel donde las grandes estrellas del automovilismo mundial se forjan.

Lewis Hamilton
A diferencia de la mayoría de los pilotos novatos, que llegan a un equipo pequeño, Hamilton debutó con McLaren en Fórmula 1. / Foto: Daimler

Solo para entender la importancia de Hamilton como piloto quedan estos datos: desde 2002 ha ganado al menos una carrera cada año, desde 2003 suma 12 campeonatos (siete de ellos en la F1) y es el único piloto que finalizó sus primeras nueve carreras en Fórmula 1 subido en el podio.

La temporada 2007 de la Fórmula 1 fue sin duda peculiar. Era la primera vez desde 1990 que Michael Schumacher no estaba en la parrilla de salida y Fernando Alonso, bicampeón reinante, llegaba a McLaren con uno de los contratos más anticipados de la categoría, pues lo había firmado desde finales de 2005. Además, McLaren le ponía de compañero a Lewis Hamilton, en un movimiento muy raro para un equipo grande que, generalmente, manda a sus pilotos durante un par de años a escuderías más pequeñas para que se adapten y luego traerlos a sus monoplazas.

Pero con Hamilton la historia fue diferente y, tal como sucedió con Jacques Villeneuve a finales de los noventa, en 2007 subió directo al primer equipo, y lo hizo de la forma más impresionante.

Hamilton no solo sumó nueve podios en sus primeras nueve carreras, también obtuvo cuatro victorias ese año y finalizó con 12 podios en 17 Grandes Premios. Pero las ansias de novillero lo castigaron y tras un terrible error en el Gran Premio de China, donde se quedó atrapado en la grava y tuvo que abandonar, llegó a Brasil a tener que pelear por una corona que prácticamente era suya dos semanas antes.

El británico sumó cuatro triunfos en su temporada de debut, un récord para un novato. / Foto: Daimler.

Un error en la frenada de la curva 4, al tratar de pasar a Fernando Alonso para llegar al tercer puesto, le costó caer al octavo lugar y tener que remar contracorriente. Al final, terminó la carrera en séptimo lugar y tuvo que ver cómo Kimi Räikkönen celebraba el título.

A pesar de ello, la fama le llegó a Hamilton como una avalancha, con una fuerte dosis de reflectores, portadas de diarios y revistas y controversias con su coequipero. En este último caso, la tensión llegó hasta el punto de que Alonso, a mediados del año, le comunicó a Ron Dennis que abandonaría el equipo porque no estaba de acuerdo con el trato que había recibido y por la predilección que mostraba por Hamilton.

Desde hace años disfruta de compartir su vida con los aficionados a través de sus redes sociales./ Foto: @LewisHamilton

En 2008, ya convertido en una luminaria de la máxima categoría, estuvo a 40 segundos de volver a tirar por la borda una temporada de ensueño luego de otro grave error en el inicio del Gran Premio de Brasil. Sin embargo, un rebase milagroso en los últimos metros le dio el quinto lugar de la carrera y el punto necesario para superar a Felipe Massa, quien ya celebraba el título.

Los siguientes años continuaron con turbulencias para el piloto británico: su relación con la cantante de las Pussycat Dolls, Nicole Scherzinger, sus fiestas, sus constantes viajes a Estados Unidos y sus actitudes de rock star fuera de la pista, así como el declive de McLaren, le produjeron momentos amargos. Incluso, en 2010, su padre dejó de ser su mánager.

Aunque no tiene una vista tan pública como su padre, la madre de Hamilton siempre ha estado apoyándolo. / Foto: @LewisHamilton.

Tras ser Campeón Mundial en 2008, Lewis finalizó quinto en 2009, cuarto en 2010, quinto en 2011 y cuarto en 2012. Justo en ese 2012, su último año con McLaren, apenas pudo ganar una carrera y parecía que su estrella se iba apagando poco a poco.

Sin embargo, el gran Niki Lauda sabía que detrás de esos fracasos había una joya lista para ser pulida. Durante ese año, Lauda (tricampeón mundial de F1) llamó en varias ocasiones a Hamilton para convencerlo de que se uniera a Mercedes, que en ese entonces no era ni de cerca un equipo de punta, aunque Lauda creía firmemente que el trabajo de desarrollo que habían tenido durante tres temporadas con Michael Schumacher iba a rendir frutos.

Con su cargo de director no ejecutivo de Mercedes, siguió rondando a Hamilton y, finalmente, en Singapur, tuvieron una plática uno a uno.

“Pensé que quizás él no me valoraba como piloto, pero sí lo hacía. Nos sentamos a platicar en Singapur, vino a mi habitación y tuvimos una buena charla. Creo que en ese momento Niki pensó: ‘Oh, Dios mío, te pareces mucho a mí’. Teníamos más en común de lo que yo esperaba o imaginaba. Probablemente pensó: ‘En realidad, no debería sacar conclusiones anticipadas de la gente’”, comentó el británico hace unos meses en la conmemoración del primer año del fallecimiento de Lauda.

Niki Lauda (centro) y Toto Wolff trabajaron junto con Hamilton para forjar a los imbatibles Mercedes./ Foto: Daimler.

El austriaco le devolvió a Hamilton la confianza y las ganas de querer comerse el mundo. Le aseguró que seguir en McLaren solo le traería más frustraciones y que Mercedes estaba en el camino de tener un monoplaza competitivo de cara a la nueva era de los propulsores híbridos en la F1.

Tras su primera temporada con la escudería Mercedes, en un nada brillante año 2013 donde, de nuevo, solo consiguió un triunfo, en 2014 todo dio un vuelco. Desde ahí en adelante su expresión “hammer time” (que utiliza cuando quiere decir que está completamente enfocado en la pista) se convirtió en una máxima que lo ha llevado a consolidar la trayectoria más impresionante que la Fórmula 1 haya visto en sus 70 años de historia.

En 7 temporadas, Hamilton y Mercedes han destrozado muchos récords, incluyendo este 2020, el de más Campeonatos de Constructores consecutivos, con siete al hilo. Y tan solo hace unos días, en Turquía, completó su séptima corona de pilotos, igualando el récord de Michael Schumacher.

El 2 de noviembre de 2008 se convirtió en Campeón del Mundo por primera vez. / Foto: Daimler

En total, Hamilton tiene 94 victorias, 97 pole positions, 7 Campeonatos Mundiales, 163 podios, 53 vueltas rápidas, ha ganado en 29 circuitos diferentes, 227 carreras finalizando en los puntos, suma 47 Grandes Premios consecutivos finalizando en los puntos (desde el GP Británico de 2018), ha liderado al menos una vuelta en 161 de las 264 pruebas en las que ha participado y en 22 ocasiones ha ganado liderando todas las vueltas de la carrera.

Así de enorme ha crecido ese pequeño niño de Stevenage que jugaba a ganar en los autitos de una feria de diversiones.

 


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