Iván Simonovis, antiguo jefe de Seguridad Ciudadana de la Alcaldía Mayor y quien permanecía privado de libertad desde el año 2004, se encuentra en Estados Unidos luego de burlar a las autoridades que lo custodiaban.

En una entrevista que concedió a Joshua Goodman, de la agencia AP,  Simonovis relató que escapó de su propio hogar en Caracas aun con el monitor de tobillo que le habían colocado funcionarios del Sebin. Desde entonces, se movió entre casas de seguridad para mantenerse un paso por delante de las fuerzas de seguridad de Nicolás Maduro.

El plan de fuga siempre tuvo como meta final llegar a Estados Unidos. Leopoldo López, líder de Voluntad Popular y quien se encuentra refugiado en la residencia del embajador español en Caracas, lo ayudó con sus contactos políticos para asegurar el apoyo de Washington y otros dos gobiernos extranjeros. Entre las tareas estaba obtener permiso para ingresar a territorio estadounidense, ya que el único documento de identidad de Simonovis había caducado hace 10 años.

El comisario desapareció de su hogar el 16 de mayo a altas horas de la noche. Dentro de una pequeña bolsa llevaba una linterna, una navaja de bolsillo, una copia de su sentencia judicial y una biografía del astronauta estadounidense Neil Armstrong. En la entrevista dijo que al bajar por el muro de su casa, calculó mal y se estrelló, pero al recuperarse pudo entrar en uno de los tres vehículos que lo llevarían a una casa abandonada.

Antes de su escape, Simonovis pasó las noches desatornillando la cerca detrás de su casa y practicando su descenso en una escalera. Una vez libre, llamó a su esposa, Bony Pertiñez, a quien había mantenido fuera de sus planes. Ella estaba visitando a sus hijos en Alemania.

En la casa abandonada vio la película Argo y desde allí le ordenó a su esposa que publicara fotos familiares y videos en las redes sociales para engañar a las fuerzas de seguridad, haciéndoles creer que ya había huido del país. Mientras tanto, el presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó, emitió un indulto para Simonovis.

El comisario tuvo que negociar en varios puestos de control de la Guardia Nacional Bolivariana. En algún lugar de la costa venezolana tomó una embarcación pesquera y navegó durante 14 horas; llegar al destino tomó más tiempo de lo esperado, debido a que el motor del bote se averió.

Por temor a exponer a más de 30 personas que lo ayudaron a escapar, y que siguen en riesgo, Simonovis se negó a identificar la isla o decir cómo y cuándo llegó después de que el barco comenzó a navegar. A principios de este mes, uno de sus abogados fue arrestado después de hablar con periodistas fuera de su casa y permanece encarcelado en El Helicoide.

Al día siguiente, un avión alquilado lo recogió. Sobrevolando las Bahamas en el espacio aéreo de Estados Unidos, el piloto entregó los controles a Simonovis, quien además es piloto. “Aterricé mi propia libertad, esta vez tuve el control de destino”, expresó.

Iván Simonovis ahora quiere utilizar su experiencia policial para ayudar a las autoridades de Estados Unidos a investigar la corrupción, el tráfico de drogas y los presuntos vínculos con grupos terroristas por parte de funcionarios venezolanos. También está tratando de ayudar a Juan Guaidó a desarrollar un plan para mejorar la seguridad urbana.

“En este momento estoy abrumado por mi libertad, pero se siente bien. Es la condición natural del hombre”, expresó.

Mientras tanto, espera que su viaje inspire a otros venezolanos a perseverar y a levantarse contra Nicolás Maduro. “Cuando salí de mi casa, había dos resultados posibles: o lo pierdo todo o gano mi libertad. Pero si me hubiera quedado, simplemente me habría hundido en un mar de desesperación”, indicó.

“Son miembros activos del gobierno de Maduro, pero silenciosamente trabajan para el gobierno de Juan Guaidó”, dijo Simonovis en referencia a los funcionarios que lo ayudaron en su evasión.

En 2004, el comisario fue encarcelado acusado de haber ordenado a la policía que abriera fuego contra los manifestantes a favor del gobierno, que acudieron en defensa de Hugo Chávez. Su orden de arresto fue firmada por el juez Maikel Moreno, quien como abogado había defendido a uno de los pistoleros de puente Llaguno.  

Simonovis y los demás acusados de la Policía Metropolitana, cinco de los cuales siguen encarcelados, recibieron sentencias de 30 años, el máximo permitido por la ley venezolana. En 2014 se le concedió un arresto domiciliario para que pudiera obtener tratamiento médico.

Con información de AP


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