Tras más de 100 días presa en la sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) de El Helicoide, Lisbeth Añez, activista por los derechos humanos, sigue pidiendo que se haga justicia no solo con su caso, sino con todos los que piensan distinto y expresan su rechazo al gobierno de Nicolás Maduro. 

«Pensar distinto no es un delito, es creer que todos tenemos los mismos derechos aunque llevemos banderas distintas (…) Pensar distinto es querer justicia para todos, luchar por la paz y libertad, decir lo que los medios callan por temor», se puede leer en una carta de su autoría, escrita el 22 de agosto y compartida este domingo por su hijo, Luis González, en redes sociales.

«Mamá Lis», como se conoce a la activista, se encuentra juzgada por tribunales militares acusada de traición a la patria e instigación a la rebelión por donar alimentos y medicinas a presos políticos desde 2014.

Añez fue detenida en mayo por funcionarios de la Dirección General de Contrainteligencia Miliar en el aeropuerto Simón Bolívar de Maiquetía cuando se disponía a abordar un avión con destino a Estados Unidos, donde se realizaría un tratamiento médico. 


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