Romy Moreno, esposa del preso político Roberto Marrero, escribió una carta acerca de la crítica situación que ha vivido ella luego de la detención del dirigente político.

Moreno relató mediante la carta enviada en exclusiva a El Nacional como fue la situación desde que su esposo la llamó momentos antes de su captura, y lo orgullosa que se siente por la valentía con la que actuó.

«Se imaginan ustedes estar en su casa durmiendo a las 2 de la mañana y que lleguen un convoy de más de 30 hombres a tumbar sus puertas, sembrarte armas y llevarte a la fuerza? No sé que ha sido peor para mi, si no haber estado allí para acompañarlo en ese duro momento, tomarnos de la mano y vivir juntos la violencia de la dictadura o haber vivido el horror por teléfono por más de 3 horas con mis vecinos, sin poder hacer nada», escribió Moreno.

Además, relató el ataque que sufrió en la casa que vivía junto a su marido y las pertenencias que les robaron los funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) durante el allanamiento.

«Me robaron mi anillo de compromiso, mis anillos de matrimonio, qué no los uso porque en Venezuela da temor que te lo roben, pero que atesoraba como símbolo de amor, del día que decidí casarme con el hombre más amoroso, más íntegro y más noble que conozco»

A continuación la carta completa de Romy Moreno:

Hace ya 15 días del secuestro de Roberto Marrero, fue el 21 de marzo cuando comenzó una pesadilla para mi familia. A las 2:39 am, recibí su angustiante llamada,  mi esposo con voz temblorosa me anunciaba que el Sebin estaba en nuestro edificio tumbando las rejas a mandarriazos. Los gritos de los vecinos hacían la conversación más penosa. A ellos se les metieron en sus casas, los amedrentaron, hurgaron en sus viviendas robando y causando destrozos.

Le tocó el turno entonces a nuestro vecino el diputado Sergio Vergara, irrumpieron  en su casa violentamente, mas mandarriazos y mas gritos de mis vecinos, mientras yo seguía escuchando en línea  con  Roberto y enterándome por mis vecinos que me describían la escena en el chat vecinal. Roberto trataba de transmitirme fuerza, ese instinto protector que siempre ha tenido con todos. 

Y luego llegaron a él, más de 30 hombres se metieron como una jauría en “Mi Casa”, la casa que con ilusión escogimos y compramos hace 16 años antes de casarnos, en la única donde hemos vivido. Allí nació nuestro hijo. Es el hogar donde celebramos nuestros cumpleaños, donde celebramos la navidad, donde se le preparan arepas a todo el mundo y esa noche el 21 de marzo fue destruido. 

Se imaginan ustedes estar en su casa durmiendo a las 2 de la mañana y que lleguen un convoy de más de 30 hombres a tumbar sus puertas, sembrarte armas y llevarte a la fuerza?  

Si algo me hace sentir llena de orgullo es ver la entereza y valentía con la que actúa Roberto siempre ante la adversidad, en este caso en particular dejando un audio con un mensaje histórico, alentando a continuar la lucha democrática y preservar la vida del presidente, sobreponiendo las necesidades y sueños del pueblo venezolano a su propia seguridad e incluso a su propia vida y a la total falta de certidumbre sobre cuando  volverá a ver a su hijo y a su esposa. 

No sé que ha sido peor para mi, si no haber estado allí para acompañarlo en ese duro momento, tomarnos de la mano y vivir juntos la violencia de la dictadura o haber vivido el horror por teléfono por más de 3 horas con mis vecinos, sin poder hacer nada.

Los vecinos no pudieron hacer nada por ayudarlo, los que lo intentaron no pudieron ni acercarse, cerraron todo el perímetro y por horas, de la calle completa no pudo entrar ni salir nadie. 

El horror, la ansiedad y la angustia empeoraron cuando Roberto antes de ser secuestrado grito que le estaban sembrando 2 armas y 1 granada (por cierto muy parecidas a las que usan ellos), ya los vecinos habían alertado de que esto estaba pasando, que lo pensaban sembrar,  porque en medio de la noche se escuchaban sus voces, pedían expertos en explosivos.

Además así ha actuado este régimen con tantos otros luchadores ya en el pasado, y también siempre los mismos personajes nefastos con títulos de jueces útiles, de fiscales doblegados a los encargos de la dictadura.

Foto: @romymoreno

No consigo las palabras precisas para describir cuando vi por televisión las imágenes de cómo quedó mi casa. Todo mi hogar destruido en horas, hecho añicos, todo violentado, los juguetes de mi hijo, mis recuerdos, mis fotos, mis pertenencias.

Ese mismo hogar donde sueña todos los días regresar mi hijo Raul ha sido vilmente vilipendiado con imágenes de su padre fotografiado en el salón de comer de su casa donde comparte el sagrado pan de cada día, delante de un armamento absurdo y además de una agresividad que de ninguna forma pudiera serle atribuida a Roberto quien ha dedicado los últimos años de su vida a la lucha por los derechos ciudadanos.

Se puede vivir el resto de la vida con la imagen “talla única “ que un régimen asigna a cualquier ciudadano que se atreva a adversarlo ?, como si son fichas de un macabro juego político y no lo que son  seres humanos, padres , hijos, esposos, imprescindibles e insustituibles.

Me robaron mi anillo de compromiso, mis anillos de matrimonio, qué no los uso además porque en Venezuela da temor que te lo roben, pero que atesoraba como símbolo de amor del día que decidí casarme con el hombre más amoroso más íntegro y más noble que conozco. 

Nos robaron muchas mas cosas pero no me quitaron la admiración que siento por Roberto ni las ganas de luchar para recuperar su libertad lo antes posible. 

Ya hacen dos semanas de esto y aún la sensación de angustia no se me quita, de la noche a la mañana me quitaron a mi esposo, mi hogar y mi familia y quiero recuperarlos porque es mi legítimo derecho.

Roberto es inocente y no es porque yo lo diga, ha sido víctima de una jugada del régimen para desestabilizar a Juan Guaidó y en medio de esta jugada estamos mi hijo y yo solos, sin poder regresar por ahora ni nuestra casa ni a nuestro país. 

¿Donde quedan nuestros derechos como personas?

Esto no es normal, lo que nos está pasando no es normal. 

¿Qué más se puede hacer para liberar a mi esposo, el Jefe del Despacho del Presidente Interino Juan Guaidó?


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