Por LEÓN SARCOS

A Erica Abudei Müller

Siento que fue muy certero Howard Schultz, de Starbucks, cuando afirmó: Las marcas más poderosas y duraderas son las que permanecen en el corazón de la gente, y también Peter Drucker, cuando dijo que el emprendimiento no es un arte ni una ciencia, es una práctica. Al final puede no ser tan importante la duración de lo que hagan los fundadores, como la calidad, el impacto y el aprendizaje que dejen a las nuevas generaciones.

Cada empresario, cuando es auténtico, no un impostor, un aventurero, o un escalador de maletín —tan típicos de la fauna económica-política nacional—, deja una buena escuela y más aún si esa escuela está articulada, además de los valores morales y éticos de su condición humana, con una capacidad natural de liderazgo para proyectar las acciones, sus logros y parte de los beneficios de las empresas al campo social.

Un empresario de primera línea

Jorge Abudei Marcos fue, además de un admirable, inteligente, simpático y próspero hombre de negocios, un excelente dirigente empresarial que promovió con entusiasmo e hidalguía, no solo los intereses de su gremio, llevándolos adelante con celo guerrero, sino que también impulsó los intereses de la región contra el centralismo como si fueran los suyos propios, y los de la democracia y la libertad intelectual de los zulianos como uno de los valores más caros de nuestro gentilicio.

No nacen los buenos empresarios todos los días ni pueden inventarse —por muy autoritarios y arrogantes que sean los gobiernos de hombres de uniformes— vocaciones para gerenciar la producción, el comercio, la venta y prestación de servicios. Esta función pertenece a ciudadanos que eligieron por aptitudes naturales y preparación práctica y teórica, el oficio de emprender y de hacer desde la nada —a base de pura inteligencia, creatividad, perseverancia y coraje— un noble propósito: producir riqueza para cubrir necesidades de la población, sin cuyo concurso no puede haber justicia social ni progreso permanente.

Don Jorge Abudei Marcos nació en Tampico, ciudad puerto del Estado Mexicano, un ocho de agosto de 1927, e inmediatamente pasa a vivir en San Salvador. Huérfano de padre desde los cinco años, a los 16 vive un año en Panamá, donde trabaja en la administración del Canal.

Emigró a Venezuela con su familia a los 17, donde echaría raíces para crear progresivamente, con mucho ingenio y tesón, un grupo de empresas que lo graduarían como empresario de prestigio y mucha influencia que lo harán merecedor del afecto de la sociedad zuliana, que le ganó para la historia la condición de Zuliano Inolvidable.

A su llegada al país iniciará su carrera laboral, todavía un adolescente impetuoso, como aprendiz de la Caribbean Petroleum Corporation, donde su desempeño lo llevará a ser un oficinista de primera línea en franco ascenso, hasta lograr la jefatura de la oficina de John M. Henderson y Compañía.  Gracias a su incondicional rectitud de juicio logrará diligente y pacientemente sus metas, bajo el lema: hay una sola manera de hacer bien las cosas: la manera correcta, actuando con audacia prudente.

Para uno de sus grandes amigos, Marcos Gutiérrez —aspiraba a un millón, como dice la canción de Roberto Carlos—, don Jorge Abudei Marcos fue un hombre sumamente responsable, solidario, divertido, ingenioso, siempre pendiente del prójimo y dispuesto a participar en cualquiera de las iniciativas a donde se le invitara para trabajar por el bien común; esas virtudes lo hicieron merecedor de todos los reconocimientos.

En 1957, un año antes de que se instaurara la democracia en Venezuela, don Jorge contraería matrimonio con una bella mujer de ascendencia alemana de nombre Erika Müller, de cuya feliz unión nacerán Enrique Abudei Müller, 18 de noviembre de 1958; Gustavo Abudei Müller, 22 de noviembre de 1959; Erika Abudei Müller, 24 de febrero de 1961; Jorge Abudei Müller, 25 de julio de 1962; Juan Carlos Abudei Müller, 17 de diciembre de 1965, y Luis Miguel Abudei Müller, 24 de mayo de 1971.

Don Jorge Abudei Marcos era el penúltimo de ocho hermanos; junto al mayor, Alexander, fundan Abuco, fabrica de uniformes para la industria y ropa interior una dinámica y eficiente empresa que empezará como venta de ropa y luego fábrica de camisas en el Bazar Veracruz de la plaza Baralt.

Nace Fin de Siglo

Este bazar será, de acuerdo al Diccionario General del Zulia, el núcleo primigenio de las tiendas por departamento Fin de Siglo, que nacieron el 14 de noviembre de 1961 y que llegarían a convertirse por casi cuarenta años en una de las multitiendas más concurridas por todos los sectores sociales de la región.

Bajo el slogan La tienda económica y moderna, una parte de su familia, encabezada por don Jorge, logró, gracias a su eficiente desempeño, voluntad, disciplina y constancia, construir un gran emporio comercial, con nueve sucursales, siete en Maracaibo y dos en Barquisimeto.

Fin de Siglo sería una de las tiendas por departamento, al estilo de las estadounidenses Walmart y JC Penny, más emblemáticas del sentir zuliano para cualquier marabino que hoy supere los treinta. Y es que la forma de medir el arraigo de algún producto, tienda o personaje en el alma popular consiste en quedar inmortalizado en un refrán maracucho: Estáis más animá que paila e gallito, estáis más gordo que la bola del gas, sois más rápido que Aparicio robando bases, tenéis más brazo que Randy Johnson.

En el caso de esta importante multitienda quedará para el imaginario colectivo la expresión: Tenéis más frente que Fin de Siglo, que hace alusión a los recuerdos asociados a las compras de fin de semana, de Navidad y fin de año o inicio del año escolar, hechas en el imponente edificio blanco de frente amplia sobre cuya superficie tan llamativa como un letrero grande en luces de neón, ubicado en 5 de julio con la avenida 17, aparecía el nombre grabado en rojo… Fin de Siglo.

Don Jorge Abudei Marcos compartirá con su hermano la conducción de Fin De Siglo, en calidad de director financiero con mucho acierto, y su hermano Alexander lo hará como director comercial. Un total de más de 2.000 empleados constituían el grupo Fin de Siglo C.A.

Fundador de ABA, Fondo Mutual de Capital Variable C.A. de Saint de Venezuela, de Fin de Siglo Sistema y Farmasiglo. Director principal de Seguros La Occidental desde 1978. Director del Banco Occidental de Descuento desde 1991 y del Hotel del Lago Intercontinental.

Empresario con pasta de líder

Los buenos empresarios no se contentan con ser prósperos y asertivos en sus negocios, hay unos que tienen don de mando y no les resultan suficientes las erogaciones que deben hacer al fisco y las contribuciones y donaciones que están obligados a realizar socialmente para ayudar a humanizar la sociedad democrática de libre intercambio.

Don Jorge tenía pasta de líder empresarial y le preocupaba no solo su gremio, agrupado en la Cámara de Comercio, del cual llegará, en 1984, a ser uno de los presidentes más activos, destacados y de gestión meritoria, sino también la problemática regional, el excesivo centralismo y los desbalances que la democracia en sus primeras dos décadas no pudo mitigar o resolver de forma permanente.

Por ello, se hizo un defensor de la descentralización y se convirtió en promotor de las iniciativas del Zulia para crecer. Esta inquietud lo llevaría a la presidencia de Promozulia, Asociación Civil creada por un grupo de empresarios zulianos entusiastas en la promoción de iniciativas y proyectos que impulsen el desarrollo de la región y a ser seleccionado miembro del consejo permanente de Fedecámaras Zulia y del Consejo empresarial de América Latina.

Don Jorge Abudei Marcos tenía las preocupaciones sociales que no son únicas de los verdaderos líderes políticos, sino que a veces son abordadas con mucha más eficiencia y probidad por algunos dirigentes del sector empresarial, como debería hacerlo la representación política en general.

En razón de ello, lo encontraremos presidiendo la Fundación Venezolana para la Medicina Familiar, colaborando en labores filantrópicas y como luchador social, acompañando toda obra importante que signifique construcción de ciudadanía, por lo cual lo veremos presidiendo el Centro Venezolano-Americano del Zulia (Cevaz), la directiva del Club Náutico de Maracaibo, al frente de la vicepresidencia del Rotary Club de Maracaibo y en una de las directivas de Consecomercio.

Era un empresario inquieto intelectualmente y un buen lector, miembro de la Institución para el Desarrollo Económico Abierto (IDEA) y del Centro de Divulgación del Conocimiento Científico (Cedice). Durante años, estuvo acariciando la idea de crear un medio de comunicación que expresara objetivamente la realidad del Zulia sin mediatizaciones de ninguna especie, para decir la verdad, contra el monopolio de la información y por la libertad intelectual de los zulianos.

Nacerá para darle cuerpo a esta idea, aplaudida por la vanguardia política y económica del Zulia y por un sentimiento generalizado en el alma del zuliano, un interesante proyecto colectivo y plural que expresaría un anhelo comunicacional no satisfecho por décadas, en su justa dimensión, por alternativas periodísticas que surgieron sin completar en toda su magnitud las expectativas del gran público.

Por la libertad intelectual del Zulia

La idea de don Jorge encontraría eco en 143 accionistas de distintas tendencias políticas e ideológicas que, bajo la inspiración de su liderazgo, coincidirían en un único propósito: el desarrollo del Zulia.

Estos promotores procedentes de distintos sectores de la economía, de la ciencia, de las artes y de diferentes niveles de vida y profesiones depositarán toda su confianza en esta iniciativa llevada adelante mediante la creación de Sinergia Editorial C.A, empresa encargada de editar el diario La Verdad.

Bajo el impactante lema: Por la libertad intelectual del Zulia, nace bajo los mejores augurios, el 19 de abril de 1998, por iniciativa de un grupo de hombres y mujeres que comparten como denominador común el sentimiento de Zulianidad, un nuevo diario que tendrá como norte fundamental reseñar todas las voces, los sentires y el acontecer cotidiano con honestidad.

En su primer editorial se dejará escuchar la voz de su directiva: Somos un diario inspirado en la confianza de una sociedad democrática y en la certeza de que un medio de comunicación puede y debe ser un instrumento al servicio de la comunidad que encarna los anhelos y esperanzas de todos.

Los Zulianos que participaron en la gestación y puesta en práctica de este proyecto editorial tenían una visión crítica de la realidad y una actitud constructiva con respecto al porvenir.  Ellos asumieron el reto de impulsar un medio de comunicación masivo que trascendía intereses particulares y económicos, con la convicción de permanecer siempre en primera línea en defensa de las causas colectivas, señalando errores y promoviendo aciertos, como decía su presidente don Jorge Abudei Marcos.

Para ampliar su acción social, el 28 de noviembre de 2010, con el propósito de mejorar la calidad de vida de nuestro entorno, nace La Fundación La Verdad, haciendo énfasis en la formación y preparación de los recursos humanos.

En sus inicios, La Verdad se distribuyó a través de mil quinientos puntos de venta en todo el estado Zulia. Después de 20 años de tinta y papel, ahora con la versión digital, el periódico ha logrado mantener su autonomía y responsabilidad para informar con veracidad a sus lectores mediante la investigación y la presencia de reporteros en el sitio de los acontecimientos.

Una generación de caballeros de la empresa

Don Jorge Abudei Marcos fue un caballero de empresas que supo hacer honor al oficio de producir riqueza, trabajo y prosperidad para beneficio de la sociedad en general. Fue un trabajador abnegado desde los inicios y tuvo muy claro el papel del empresariado en una sociedad democrática.

Como todos los seres humanos, tuvo muchos aciertos y también cometió errores, por lo que cosechó éxitos y fracasos; pero lo más importante de su gran obra fue que supo sembrarse con miles de buenas acciones en el corazón de la gente, dando lo mejor de su condición de hombre libre a una región que lo recibió como a su hijo siendo apenas un adolescente.

Se hizo más zuliano que muchos de los que suelen darse golpes de pecho. Luchó hasta el final por la vida y, en condiciones muy adversas, para todo el sector empresarial hasta el final, como solo lo hacen los guerreros inmortales y nos dejó todo un bello aprendizaje cargado de su humor inteligente, que las nuevas generaciones estoy seguro sabrán proyectar en el horizonte.

Fue un ser ejemplar, que supo cumplir de manera distinguida todos los roles, para hacerse acreedor con verdadero honor al título más importante para Simón Bolívar que puede conceder la república: el de Ciudadano.

Don Jorge Abudei Marcos, un zuliano inolvidable, partió al encuentro del Señor el mismo mes de su nacimiento: agosto el día 12 del 2002, uno de los años más convulsos de la historia política venezolana.


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