Por RUTH AUERBACH
Ronald Pizzoferrato es un artista visual pluridisciplinario, cuya principal estrategia de trabajo se fundamenta en el uso de la fotografía y el video, así como en la creación editorial. Su obra es el resultado de estudios de campo a largo plazo y de una investigación etnográfica de alcance participativo. En este proceso, se ha dedicado a documentar e indagar fenómenos sociales y conflictos intrínsecos de varias regiones de Venezuela, tanto del contexto urbano como de aquellos sostenidos en comunidades altamente vulnerables o violentas. Su práctica artística se apropia de diversas disciplinas y destrezas para concebir una narrativa propia, basada en la interacción con el individuo. De esta manera, opera a nivel global en proyectos multimedia integrales relacionados con las nociones amplificadas de identidad, migración y desarrollo social.
La exposición Ronald Pizzoferrato. Fronteras visuales se configura a partir de dos propuestas fotográficas que nos exigen ampliar los límites de nuestra propia percepción: de un lado, una realidad áspera e insospechada como es el masivo proceso migratorio venezolano, documentado en el conjunto El camino de los objetos, y por el otro, el relato autóctono de El Principito de Caracas, en el cual, en coautoría con un adolescente que padece cierta condición visual, retratan, a través de sus otros sentidos, una ciudad imaginada, una realidad más allá de lo visible.
El camino de los objetos presenta un archivo visual singular que registra los forzados desplazamientos y dinámicas de la emigración atravesada a pie. Más allá de la noción generalizada de diáspora, su proyecto capta un fenómeno local con características propias y una experiencia contada en primera persona. Es un trabajo de exploración etnográfica que nos revela la otra cara de este doloroso proceso, aquel más amable y emotivo, aquel que nos habla de familia, de solidaridad y de un viaje colectivo hacia lo incierto. En suma, la fragilidad del comportamiento humano ante las inaceptables circunstancias y estructuras de poder que dominan el cruce por “los caminos verdes”. Más de 7 millones de venezolanos han abandonado el país buscando mejores condiciones de vida, considerándose la nuestra, la mayor crisis migratoria global, por encima de aquellos países en guerra. Esta serie fotográfica no solo expone la interminable y riesgosa travesía de las comunidades migrantes; con ellas marchan también los pocos objetos personales que terminan abandonados en los senderos y trochas, pues solo lo mínimamente indispensable podrá ser transportado en sus mochilas o en las inconfundibles bolsas multicolores de tejido sintético.
Ronald Pizzoferrato (AKA Malandrophotos), quien procede de un hogar de emigrantes y, a su vez, él mismo se ha desplazado permanentemente, decide atravesar estas prácticas de deconstrucción social para entender sus (y nuestras) actuales circunstancias. En ese afán exploratorio y en un intento por visibilizar la situación de riesgo en la que sobreviven los caminantes, emprende un intenso itinerario de recorridos que se inicia en las fronteras de Cúcuta (2018-2020) para avanzar consecutivamente a las de Maicao (2020), Ciudad Juárez (2022-2023) y la selva del Darién (2022). Lejos de desarrollar un reportaje foto documental —instrumentalizando al individuo como noticia—, su propuesta formaliza un ejercicio autoral, fundamentado en los procesos y en una poderosa narrativa, resultante en la potencialidad de la imagen fotográfica y una visión crítica, entendida desde la amplia perspectiva geopolítica.
*Exposición Ronald Pizzoferrato. Fronteras visuales. Beatriz Gil Galería. Curadores: Ruth Auerbach y Ricardo Gómez-Pérez. Octubre a diciembre de 2023.
El Principito de Caracas
Por RONALD PIZZOFERRATO
El presente proyecto muestra una de las tantas caras que tiene Caracas. Es una historia que no se puede contar con números o estadísticas, una historia que habla desde una versión de una persona que ve más allá de la luz y los colores. Esta es la historia de Carlos Cabrera, un chico de 13 años de Caracas con un glaucoma congénito al que solo le queda un 8% de visión. Nos cuenta su historia, su versión de cómo ve, siente, interactúa y conecta con una de las ciudades más peligrosas del mundo. Carlos me cuenta de una forma muy sincera y directa cómo percibe su realidad y cómo siente la ciudad a través de todos sus sentidos. Carlos me habla con lo más honesto y puro que tiene este niño: su corazón. Por eso utilizo la famosa frase “sólo con el corazón se ve bien; lo esencial es invisible a los ojos” de El Principito de Antoine de Saint-Exupéry como alegoría de la versión de Carlos de Caracas. Con esta metáfora de la vida, Carlos nos invita a mirar más allá de lo tangible. Este proyecto no me pertenece; es solo una representación visual de cómo Carlos ve Caracas.