Geraldine Gutiérrez-Wienken | ©Carsten Meltendorf

Por GERALDINE GUTIÉRREZ-WIENKEN

I

El relato es corto. Cortísimo. El silencio de la naturaleza

se renueva como la sed. Es lo menos pasivo. Un

cántaro progenitor. Hombre sin paradero. Lo

dulce en antiguos bargueños. Indaga. Ellas y los

simulacros. Primero Perséfone. Luego dos cortos

susurros. Luego más Perséfone. Primero

más dulce. La exigencia de un sentido. Banalidad

y sed. Infinita sed de contar estrellas. Sin paradero

II

De los incendios en la grama nada percibimos

¿o sí? al comienzo demoramos en llamar. Nadie

respondía. El saltamontes

daba largos saltos y en la grama se perdía. La rama

seca hacía un ruidillo. También seco al des-

prenderse. Eran indicios. Movimientos

Al comienzo una mano cuida. La otra hace tiempo

contraste. Y nos nace un bosque de cabeza. ¿O no?

III

Indefensas se han ido las tragedias autoanexando

a c a n t o s pasivos bajo la sombra

toda una vida. La voz de tarde llamando a comer

La voz de la malanga. La voz acuática y su collar

de perlas. En una cajita turquesa, el relato. Corto

contundente. Una mañana común y corriente

Ese día anexo. El brillo de su ausencia. Quiero

ser piadosa con mis objetos. Y de una

se rompen estrellas y se (re)parten. Se rompen

estrellas y se (re)parten que la vida es sueño y

las hijas sueñan toda una vida. La vida entera

IV

Si oyes tu idioma en un bus no evadas

el ritmo que nos oprime. A esta hora

en la noche sin lámpara que ilumine

en dos termos un paño y un taburete

el desastre puede ser interpelado. Él

V

La tristura es corporal. Y una

lámpara en el mero medio de la lengua. El cielo

escindido del ginkgo biloba. Una

especie de rÍzoma / técnica familiar. Acaso ciudades

cartesianas imponen otro ritmo. De una

lo faltante venidero. El mero relato encara y

la lengua (de)mora en aves

del paraíso y filodendros. Mujeres

que a la sombra venden invisibles ramilletes de

lirios en un ánfora venida de otra parte

me contradirán y amaré dividirme. En una

doble. Extranjera


*Los poemas aquí ofrecidos son los cinco primeros de la colección titulada El silencio es una bailarina (Alción Editora, Córdoba, Argentina, 2021). Geraldine Gutiérrez-Wienken (1966) es poeta y traductora. Está residenciada en Alemania.


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