LUDWIG VON MISES, INSTITUTO MISES

Por JOSÉ VALENTÍN GONZÁLEZ

Ludwig von Mises fue un ser humano extraordinario. De origen judío, su familia paterna formaba parte de la nobleza austríaca desde el siglo XIX. Fue un niño prodigio. A los 12 años, hablaba alemán, ruso, polaco, francés y entendía ucraniano. Al parecer, su genialidad era cosa de familia ya que su hermano menor Richard fue un destacado científico y matemático que terminó siendo profesor de la Universidad de Harvard. Ludwig y Richard tuvieron un hermano más joven, Karl, quien murió de escarlatina siendo niño.

Mises nació en Lemberg, Galicia (actualmente Ucrania), para ese momento parte del Imperio Austro-Húngaro. Sin embargo, su familia volvió a Viena cuando Ludwig y Richard eran niños. Creció en esa magnífica ciudad imperial donde florecieron extraordinarios talentos como Sigmund Freud, Ludwig Wittgenstein,  Karl Popper, todos ellos de origen judío como Mises, así como el gran jurista Hans Kelsen, entre muchos otros. Allí, los judíos formaban parte de las élites políticas, intelectuales y económicas pero también eran objeto de manifestaciones antisemitas que finalizaron con la anexión de Austria por la Alemania Nazi en 1938.

En 1906, Mises se graduó de abogado y trabajó brevemente en un bufete en Viena. Para ese momento, no existía la licenciatura en economía y la única forma de tomar cursos de economía era estudiando derecho. El padre de Mises había muerto en 1903, mientras que su madre vivió hasta 1937.

En 1914, se inició la Primera Guerra Mundial, en la cual Mises sirvió como oficial de artillería. Al regresar de la guerra, Mises trabajó para la Cámara Austríaca de Comercio, desde donde desarrolló su famoso seminario y cuyo alumno más destacado fue el famoso Nobel de Economía Friedrich von Hayek.

En el amor, Mises no era un hombre destacado. Torpemente, cortejó por más de 10 años a Margit Herzfeld, una actriz alemana nacida en Hamburgo, viuda del aristócrata húngaro Ferdinand Sereny, de quien tuvo dos hijos: Guido y Gitta. A la mamá de Mises no le agradaba Margit, por lo que Mises no fue capaz de casarse con ella sino hasta 1938, habiendo muerto su madre y estando en Ginebra, Suiza, a donde huyó en 1934 ante la amenaza de los nazis.

Mises no tuvo hijos, pero fue el padre que conocieron Guido y Gitta, quienes quedaron huérfanos siendo niños. Guido vivió en Caracas por varias décadas donde se casó. Mises y Margit lo visitaron en junio de 1959, luego de haber estado en Argentina siendo huéspedes de Alberto Benegas Lynch. Como testimonio de ese viaje, hace varios años, conseguí una foto de Mises con un joven Nicomedes Zuloaga, la cual le entregué a mi querida amiga Rocío Guijarro para que la conservara en la sede del Centro de Divulgación del Conocimiento Económico (CEDICE). Gitta fue una destacada periodista e historiadora enfocada en el estudio del Holocausto.

Mises vivió durante sólo seis años en Ginebra. Según sus propias palabras, fue la época más feliz de su vida. Allí inició su matrimonio con Margit, la cual fue una esposa extraordinaria ya que no solo lo amó profundamente sino que trabajó arduamente por la preservación y divulgación de la obra de Mises luego de su muerte. Además, en Ginebra recibió un reconocimiento que le fue negado tanto en Austria como en Estados Unidos: ser titular de una cátedra universitaria pagada y a tiempo completo. En efecto, el famoso seminario de Mises en Viena era una iniciativa personal en el marco de su trabajo en la Cámara Austríaca de Comercio, mientras que en Estados Unidos, solo pudo ser profesor visitante en la Universidad de Nueva York donde dictó unos cursos aislados en la escuela de negocios.

Mises tuvo que dejar Ginebra en 1940, ante el temor de que los nazis invadieran Suiza. Así, teniendo 58 años, tuvo que emigrar a los Estados Unidos sin saber inglés.  Curiosamente, el prodigio que a los 12 años dominaba varios idiomas no hablaba inglés. Sin embargo, Mises rápidamente lo aprendió a una edad tan avanzada y fue capaz de escribir su obra maestra La acción humana en ese idioma. En Estados Unidos, Mises organizó nuevamente su seminario, en el cual conoció a su alumno más fiel, Murray Rothbard, también de origen judío.

Hayek y Rothbard. Si bien Guido y Guitta fueron sus hijastros, me atrevo a decir que Hayek y Rothbard fueron realmente los hijos que Mises no tuvo. Para la gran mayoría de sus colegas economistas, Mises era una persona de mal carácter e intolerante ante quienes no compartían sus ideas. Sin embargo, con Hayek y Rothbard, Mises no solo fue tolerante ante las profundas diferencias que ellos sostenían con su maestro, sino que los estimuló a profundizar en esas diferencias. En mi opinión, ello se explica no solo porque Mises reconoció el talento superior que Hayek y Rothbard poseían, sino porque los amaba profundamente, como a los hijos que nunca tuvo.

Mises no vivió cómodamente en los Estados Unidos pero allí siempre tuvo el amor de Margit y de su discípulo Rothbard, quien siempre estuvo a su lado. Lamentablemente, Hayek no fue tan consecuente con Mises, ni personal ni intelectualmente. Quizás no actuó de mala fe ya que Hayek era muy frío y sufrió de una profunda depresión por muchos años. Una vez que Mises muere, Margit y Rothbard trabajaron incansablemente para proyectar su legado a través del Mises Institute. Hoy hay decenas de miles de discípulos de Mises en el mundo y ello se debe fundamentalmente a la labor de Rothbard y Margit así como de los jóvenes discípulos de Rothbard, esos nietos y bisnietos de Mises que el gran Ludwig no conoció.


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!