Por ORIANA REYES

Quiero pensar que escribo este ensayo un poco a la manera de Puig, por ser esta forma de escritura una práctica ajena a mi ejercicio como para él fue inicialmente escribir literatura, y quisiera hacerlo valiéndome de lo que creo supo hacer Puig con maestría: aprovechar lo que ya se sabe en la construcción de algo aparentemente desconocido. Trataré, entonces, de escribir este texto (pensado más como unos apuntes ensayísticos que como un ensayo logrado) poniendo en relación El autor como productor (1934) de Benjamin con Boquitas pintadas (1969) de Manuel Puig, porque además de ser una novela en la que, creo, se ejemplifica perfectamente lo expuesto por el pensador alemán acerca de lo que debe producirse en una obra política y literariamente acertada, resulta para mí un objeto de estudio que conozco, si no a profundidad, al menos con un interés que espero me lleve a hacerlo en algún momento.

Walter Benjamin tiene un objetivo claro en su texto: pensar cuál es la función política del autor; para ello parte de la discusión sobre tendencia y calidad de la creación literaria, si acaso una debería prevalecer sobre la otra, o si, por el contrario, debe exigírsele a la obra ambos aspectos. Benjamin resuelve esta discusión poniendo en tensión tendencia política y calidad literaria, haciéndolas interdependientes. Así, plantea que no es otra cosa sino el avance en la técnica literaria, a través de la cual el objeto artístico funciona beneficiando al común, cuando modifica formas institucionalizadas y excluyentes. Tal avance solo es posible si el autor toma la tendencia política que le permite hacerse consciente de su función dentro de las relaciones de producción. Para Benjamin esta consciencia materialista la tenía en su momento el escritor verdaderamente comprometido con la causa revolucionaria de izquierda, capaz de crear obras que transformaran las técnicas requeridas en su producción.

Un estudio materialista de la obra literaria es un estudio de su técnica. Utilizando la interrogante de Benjamin, pertinente para tal fin, nos preguntamos: ¿cuál es la posición que mantiene Boquitas pintadas en las relaciones sociales de producción de su época? O planteándola de otro modo: ¿Boquitas pintadas alimenta el aparato de producción en que es publicada o lo modifica? Inicialmente, para responder esta pregunta, pensaremos en el contexto de producción en que se inscribe la novela, lo que nos lleva, además, a pensar en la función política de Manuel Puig como autor.

El contexto en el que Puig publicó algunas de sus novelas (Argentina a finales de los sesenta) fue un momento, como es de esperarse, convulso políticamente, tanto así que salió exiliado de Argentina a México después de haber sido perseguido por La Triple A (Alianza Anticomunista Argentina), aunque no militara en partidos de izquierda. Quizás la única organización en la que tendría una participación política activa, fuera de su trabajo literario, sería  el Frente de Liberación Homosexual, del que fue miembro fundador. Por otro lado, el contexto literario correspondiente a su obra fue posterior al Boom latinoamericano, que terminó estableciendo un nuevo canon en las formas narrativas y cuyos autores incluidos, en su mayoría, tenían una tendencia política evidentemente de izquierda, lo que no implica necesariamente la calidad literaria de sus obras, como ya explica Benjamin.

La tendencia política de Puig, independiente de su trabajo literario, parecía ambigua, incluso fue considerado “apolítico”, de ahí que no simpatizara a algunos escritores que hacían evidentes sus inclinaciones. Pero, como  siguiendo lo expuesto por Benjamin consideramos tendencia en estrecha relación con calidad literaria, diremos que la innovación narrativa incorporada en la obra de Puig trasluce su consciencia respecto a la función que cumple dentro del aparato productivo en el que publica sus novelas, lo que le supone una tendencia política que resulta acertada, además.

Manuel Puig conocía de primera mano los medios de comunicación de masas, sabemos que de su fracaso en el intento de hacer cine terminó escribiendo “accidentalmente” literatura y que sus novelas lograron un alcance en ventas, en parte, por la difusión de dichos medios. En sus obras las formas habituales de narrar son transformadas, lo que ya ha sido ampliamente estudiado por diversos autores y nos interesa en cuanto expone lo considerado por Benjamin sobre la obra de arte de su momento, en la que, señala, ocurría un “vigoroso proceso de refundición de las formas literarias, un proceso en el que muchas contraposiciones, en las cuales estábamos habituados a pensar, pudieran perder su capacidad de impacto” (Benjamin, 2018: 105). Esto es utilizado en su ensayo para ejemplificar las técnicas artísticas de su contexto que modifican el aparato productivo. El proceso indicado es el mismo mediante el cual Boquitas pintadas está construida, en ella la novela como género fue replanteada al transcribir y poner en interacción otros géneros discursivos que permanecían al margen en su construcción (cartas, diarios, chisme, informe policial, folletín, radionovela, tango, cine, fotografía…). Estos géneros pasan a formar parte de la novela como formas narrativas funcionales a ella y en este proceso son transformados.

Las historias de los amores de Juan Carlos con Nené y Mabel, así como también la historia de Raba y Pancho, nos son reveladas, en parte, utilizando dos procedimientos atribuidos por Benjamin a algunas de las obras que le son contemporáneas, estos son el uso de la prensa y del montaje cinematográfico. Sobre la primera Benjamin hace especial acotación diciendo “la prensa es la instancia más determinante con respecto a dicho proceso [el de refundición] de las distinciones convencionales, y por eso toda consideración del autor como productor debe enfrentarse a ella” (2018: 106). En Boquitas pintadas es determinante el hecho de presentar la novela como folletín, formato correspondiente a la prensa, tomando de este tanto la división en entregas, que favorece la manipulación de la intriga, como también la apropiación de los temas, de corte cursi en este tipo de novelas pero utilizados críticamente en la obra de Puig porque delatan el tipo de relaciones (injustas, hipócritas, violentas) de la pequeña burguesía argentina.

El artículo, otra de las formas discursivas de la prensa, resulta determinante en la construcción de la trama, pues a través de él se nos pone al tanto de hechos cruciales en la novela (como la muerte de Juan Carlos). A su vez, este cruce de géneros discursivos juega con categorías propias de la literatura, como por ejemplo las de lector y personaje, o las de historia y discurso. Aunque formas verbales, en la novela los artículos de prensa siguen siendo objetos construidos en la ficción, pero que nos dicen, tanto a lectores como a personajes, lo ocurrido; no es sino hasta que alguno de los personajes decide romper uno de estos recortes de prensa que su materialidad ficticia se nos recuerda, haciendo tambalear también la oposición en que a veces encerramos la historia y el discurso. La prensa, medio, según Benjamin, incitador de la transformación de la literatura, es utilizada en este caso como técnica para narrar y llama la atención a lo frágil de algunas de las categorías literarias convencionales.

Comentaremos brevemente una de las formas utilizadas por Benjamin para ejemplificar el uso de técnicas cinematográficas en el teatro épico de Brecht; nos referimos al montaje. Boquitas pintadas pareciera estar construida bajo una total ausencia de narrador, en ella podría considerarse al montaje como la técnica que cumple la “función organizativa” en la obra, haciendo que materiales aparentemente disímiles cobren sentido dentro de la narración. Si es aquí que se hace presente el narrador en la novela, como responsable del montaje, o si debemos hablar más bien del trabajo de un autor que procura una obra literaria extraña a sus formas habituales, supondría también una discusión en la que se entrecruzan categorías literarias institucionalizadas.

Pensando en la pregunta hecha inicialmente, podemos decir que Puig logra convertir formas que alimentan el aparato de producción en objetos complejos, al resignificarlas como elementos dentro de la narración, es decir, modifica el aparato de producción utilizando sus propios productos. A partir de esto podemos pensar en las funciones políticas implicadas en dichas transformaciones. Para ello nos detendremos un momento en los medios de comunicación de masas; estos conforman el aparato del capitalismo para producir dinero a través de la comercialización del fácil entretenimiento dirigido, por tanto, a una “masa”, término que aunque al igual que “proletariado” designa a un grupo amplio de personas está despojado de la carga política que sí tiene este último. Esto deriva en una división de la producción cultural en “alta cultura”, caracterizada por su difícil acceso, no tanto comercial sino más bien intelectual, y “baja cultura”, caracterizada por la facilidad de adquirirse y entenderse.

Boquitas pintadas, y las novelas de Puig en general, en la transcripción particular y el montaje que hace de esos medios, convierte formas consideradas de “baja cultura” en procesos narrativos complejos que cuestionan categorías institucionalizadas y, a su vez, presenta al común la “alta cultura” representada en la novela. El resultado de esto quizá sea lo que esperaba Benjamin que produjera la obra literaria: la “literaturización de las formas de vida”, entendida como la modificación de los modelos sociales establecidos mediante la transformación de la técnica literaria. Tal vez, al reconocer el carácter político de la masa presentándole a través de Boquitas pintadas un medio de producción del que ha estado doblemente apartada, ya sea por cargarlo de un aura intelectual o por banalizarlo en productos de consumo, esta consiga en él un artefacto a partir del cual puede pensarse, criticarse y, ¿por qué no?, reconstruirse.


Referencias

Benjamin, W. (2018). Iluminaciones. Madrid: Taurus.

Puig, M. (1980). Boquitas pintadas. Barcelona: Seix Barral.


*Oriana Reyes nació en Mérida en 1998. Recibió mención honorífica en el III Concurso Literario Cuentos por los Derechos Humanos de Provea (2020). Fue premiada con el segundo lugar del 6° Concurso Nacional de Poesía Joven Rafael Cadenas (2021). Actualmente escribe su tesis para graduarse como licenciada en Letras por la ULA


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