A. DEL VECCHIO. Floema espejado verde, 2022

Por SUSANA BENKO

Alessandro del Vecchio es artista y arquitecto. Esta información no es sólo un detalle biográfico. Conocerla es importante porque explica su modo de pensar y la lógica de su proceso de creación. Ser artista implica, en su caso, estar atento a las formas y a la belleza. Ser arquitecto, por otra parte, le permite establecer una relación con el espacio con mayor dominio y concreción. Para ambas cosas, es indispensable diseñar.

A estos oficios, suma el uso de la tecnología digital. Ésta no sólo le facilita el diseño paramétrico de las formas y la concepción de áreas o módulos siguiendo el diagrama de Voronoi, sino que gracias a determinados programas de computación que el artista utiliza, la producción material de las obras culmina con una imperturbable precisión: cortes con láser para las piezas en acrílico; plasma para las obras en metal.

La creación de patrones de formas y de color es un distintivo en su obra. Estos resultan tanto de precisiones algorítmicas como de su intuición. Gracias al diseño paramétrico, Alessandro puede variar o alterar de manera ilimitada formas geométricas concebidas con antelación. Estas formas, creadas originalmente por medio de puntos, conforman áreas

—celdas— relacionadas entre sí (aquí el diagrama de Voronoi) y el resultado material de ello da pie tanto a la malla o red en primer plano, como al grupo de celdas representadas en el soporte posterior. Ambos elementos mantienen las formas preestablecidas, sólo que la malla cobra autonomía cuando quedan celdas vacías, sin soporte detrás de color, que hacen variar la composición final.

Color, luz y sombra constituyen una triada indisoluble en estos trabajos. En obras recientes, el artista ha ampliado el uso del color creando familias cromáticas entre las celdas. Éste puede variar de múltiples maneras: en algunas piezas se da por gradaciones lumínicas como por cambios de matices en un mismo color; en otros casos, se trata más bien de contrastes de color. En otros momentos, el artista crea espacios cóncavos o convexos en algunas celdas como una manera de generar cierto dinamismo y vibración. Finalmente, la red que ocupa el primer plano proyecta, por otra parte, sombras que multiplican su tramado lineal.

En cualquiera de sus variantes, la connotación orgánica está presente en estas obras. Los conjuntos de celdas se perciben como “grupos de células”. Esta percepción no está disociada de una observación casi científica de la naturaleza. Ello es evidente, por ejemplo, en sus Floemas, piezas que toman como referencia a la conformación de los vasos o conductos por donde pasa la savia en el tejido vegetal. Las formas distribuidas de acuerdo con el diagrama de Voronoi parecen tener carácter generativo, y sin duda son factibles a ser multiplicadas al infinito. Con el color podría decirse que se produce un proceso similar: puede derivarse del reflejo del entorno o de relaciones cromáticas entre sí, por lo que en esto hay mucho de empatía e intuición.

La relación entre forma, luz y color es evidente en las obras que hoy presentamos de Alessandro del Vecchio. A ésta suma el espacio que, además, permite considerar el desarrollo de este concepto generativo y orgánico a  múltiples escalas.

Abstracción y naturaleza son un referente y un tema que siempre ejercen enorme atracción.


*Investigadora y crítico de arte, docente. Miembro de la Asociación Internacional de Críticos de Arte (AICA-Venezuela)


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