Blanca Elena Pantin / Autorretrato

Por LAURA ESTRIN 

La poesía enseña a leer porque se lee sola. La poesía es una libertad: forma que puede dar paso a lo visto y oído, a la crónica concentrada en una cuadra, al lamento y a la sabia anotación:

“Anotar: una jeringa en el resquicio,

la biblioteca, el panteón, el mausoleo,

el banco central, los ministerios, la torredelaprensa, el bulevar,

esquina de Salas/El Silencio”.

La poesía es un frente a todo sistema que consuela sin son. La poesía siempre compone una estética trágica. La poesía es esa reserva de verdad, de historia hacia la que solo los poetas no manifiestan indiferencia. La poesía nombra, fastidia, dice lo real. No hay género que le baste porque no se opone a ninguno sino que se desgañita contra su propia ausencia. La poesía no se opone a la prosa, se opone a la ausencia de poesía –dice Meschonnic.

La poesía es ese discurso cercano, el de Blanca Elena Pantín, la poesía es su guerra allí anotada. Guerra que corre a ponerse a la vera de otras batallas conocidas. Registro castrense, el espanto y los siniestros y, en el medio, arte:

“Qué tristes, los artistas

tanta pintura para insistir en el blanco”.

 

Y están los poetas rusos:

“Ajmátova, Tsvietáieva, Mandelstam

(Oigo en el Ártico el golpeteo de las máquinas soviéticas”).

Un libro de poesía de guerra, de vida, es un libro entrañable, durísimo, triste -como esa Caracas retratada “o un lugar de desolación sin medida” o el poema triste de la hermana.

Esta poesía es un libro que son dos: Estructura y Venado en fuga, dos libros que se escribieron juntos, que se fueron acompañando. Estructura: más terrible, más palabra anotada y sufrida, Venado en fuga: algún recuerdo familiar, alguna tristeza, un viaje. Poemas que gritan una conversación entresacada de los días, poemas dedicados, animales fugitivos y los colores de “Tres poemas para Manuel”.

Estructura y Venado en fuga: poesía de poetas que piedra a piedra escriben como rezos su sentir:

Cuando el sol enceguece

(todo el sol en el ojo)

el oído se agudiza

atento a los ruidos

a la más mínima amenaza (nunca mínima)

o a la rompiente del mar

las olas que anuncian

o vienen de un horizonte

inalcanzable,

a la vista.


*Estructura/Venado en fuga. Blanca Elena Pantin. Dcir Editores. Venezuela, 2019.


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