Por GEMA MATÍAS
En la antigua Grecia, uno de los doce olímpicos era Hermes (Mercurio para los romanos), a quien se le rendía culto en templos, altares y cruce de caminos. Hijo de Zeus, el rey de los dioses, y de Maya, una de las Pléyades, desde su nacimiento, mostró habilidades extraordinarias. Era un dios astuto, inteligente y rápido, conocido por su habilidad para moverse entre el mundo mortal, el de los sueños y el mundo divino portando el caduceo de oro, regalo de su hermano Apolo, su casco y sandalias aladas que le conferían rapidez de movimiento y de pensamiento.
Se le atribuía la invención del alfabeto (junto a las Parcas) y la escritura, lo cual le otorgaba un papel importante en el ámbito de la comunicación y el conocimiento. Juntamente con su papel como heraldo del lenguaje y de las órdenes de los dioses a los seres humanos y a otras deidades, de ahí su nombre de Mensajero de los dioses.
Responsable de las funciones elementales del intelecto, del potencial con el lenguaje que se expresa en función de la conexión con otros factores, es muy superior a lo que somos capaces de conocer o advertir. Este azogue alquímico es un ingrediente básico para conseguir la sustancia (palabra) capaz de transformar o envenenar con su toxicidad. Dos caras de la misma moneda que subrayan modalidades de expresión verbal, presentándonos las múltiples posibilidades que se pueden escoger en este peregrinar por la vida, en donde a lo largo de nuestra existencia, atravesamos ciclos vitales similares a la sucesión de las estaciones en la naturaleza.
Vistos desde la Tierra, Mercurio no se separa mucho del Sol, juntos comparten el espacio y su posición informa de los modelos que son afines a cada uno; sumando el signo zodiacal, aspectos y Casa astrológica, muestran el estilo de pensamiento, la forma de comunicarse y el discernimiento. Si en su transitar por el cielo, el Sol camina por delante o por detrás de Mercurio y si este último va en movimiento directo o retrógrado, se darán cuatro tipos de lectura más. Por un lado, estarán los que poseen la capacidad de la retrospectiva, ese pensamiento tardío que permite una reflexión posterior después de evaluar los hechos ocurridos y, por otro lado, el pensamiento ingenioso, futurista, la previsión y originalidad.
Al igual que con el Caduceo se reúnen los cuatro elementos de la naturaleza: Fuego, Tierra, Aire y Agua con los cuales el proceso intelectual se procesará, razonará, analizará, investigará, estudiará, escribirá e informará acerca de las ideas y pensamientos con que se percibe la vida desde el entorno interno y externo. El emblema del verbo —la elocuencia—, la riqueza del lenguaje y la capacidad de comprensión serán matizados por las características simbólicas de cada variable. Asimismo, las fases de Mercurio al ser cíclicas darán a cada persona una manera de pensar, de hablar mucho o poco, de ser crítico, de abordar los problemas con la inteligencia, con el interés, con la emoción o con el conocimiento. La habilidad de ser coherentes en transmitir información verbal o escrita, de poseer expresión única, mejorar lo hecho por otros o plagiarlos.
Prestando atención sobre Mercurio en ese mapa de navegación, aguzamos los sentidos en las particularidades de las posibilidades, en las pautas concretas del procesamiento de la información que todos recibimos tanto del exterior como de los procesos internos del pensamiento.
La poesía de Mercurio se presenta como un fascinante viaje a través de las palabras, llevando consigo la esencia de la creatividad y la expresión lírica a través de una fluidez que se convierte en una danza personal y única, elevando la experiencia de lectura a una forma de arte atemporal y universal.
Observando la carta natal de Charles Baudelaire (1821-1867), el icónico poeta francés del siglo XIX, quien crea un paisaje lírico acerca de la complejidad de la experiencia humana a la vez que celebra y critica la modernidad de su tiempo, es considerado un “poeta maldito”. Encontramos que su visión poética proviene de un Mercurio en Piscis prometeico conjunto a Marte (regente de VIII), lo cual le confiere una visión futurista por un lado y por el otro, el movimiento simbolista que imprime su percepción de la vida urbana tras bastidores, ejerciendo una gran influencia en la exploración de temas considerados oscuros o tabú con los cuales, va a desafiar las convenciones estéticas de su tiempo. La melancolía profunda y existencial se convierte en un hilo temático que teje su poesía.
Rafael Cadenas (1930) es un poeta contemporáneo, quien nos muestra una profunda introspección en su obra, explorando cuestionamientos filosóficos sobre la existencia y la condición humana a través de su Mercurio epimeteico en Aries (regente de I). Con un vasto paisaje poético, va marcado por la profundidad de su reflexión, el sopesar cada vocablo y la maestría con la que aborda la condición humana. Sus poemas actúan como espejos que reflejan las complejidades de la existencia humana, invitando a discurrir, pensar o filosofar sobre la conexión con lo humano y a la apreciación de la belleza que se encuentra en los rincones más inesperados de la vida, transformando momentos comunes en exploraciones profundas de la existencia producto de la conexión entre lo trivial y lo trascendental.
Ambos poetas comparten un interés en la introspección y la exploración de la existencia humana, pero cada uno aborda estos temas desde perspectivas, estilos, formas de expresión y contextos diferentes.
Cadenas convierte sus versos en la exploración de la identidad individual para cuestionar la esencia misma de la vida, centrándose en la filosofía y la conexión con lo cotidiano, al sumergirse en una introspección profunda, explorando aspectos filosóficos y metafísicos de la existencia.
Baudelaire capturando los aspectos oscuros y alienantes de la vida urbana, da una exploración de la condición humana. Se sumergió en la modernidad, la melancolía y la búsqueda de la belleza en lo profano expresando una angustia existencial en sus poemas, una tristeza profunda y una desconexión con la realidad.
*Gema Matías Gema Matías (Barcelona, España, 1955) es poeta, astróloga, docente y peregrina. Vivió durante un largo periodo de tiempo en Caracas. Actualmente reside en Colorado, Estados Unidos.