Vida ética

Gloria Cuenca de Herrera es licenciada en Periodismo en la Universidad Central de Venezuela (1965) y profesora titular-jubilada en esa misma universidad. Sus estudios universitarios influyeron en lo que sería después su prolífica reflexión sobre la ética de la comunicación en Venezuela. Estudió Derecho en la Universidad de Roma y en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas (UCV). Magíster en Comunicación Social, mención Política y Planificación de la Comunicación en América Latina (UCV, 1982), con doctorado en Ciencias Políticas (1989). Durante 27 años fue profesora de la asignatura Ética y Legislación en Comunicación en la Escuela de Comunicación Social de la UCV. Cito algunos de los trabajos: “Ética para periodistas” (1980); “La enseñanza de la ética” (1986); “La noción de la objetividad en la información” (1987); “Ética, comunicación y decisión democrática” (1990); “Comunicación social y conciencia ética” (1997); “La enseñanza de la comunicación y el periodismo en Venezuela” (1998). Es reconocida por su trayectoria académica en el ámbito nacional e internacional. Premio Nacional de Periodismo, mención investigación por su libro Ética para periodistas (1990).

Ética para periodistas

Gloria Cuenca entiende por ética periodística: “el conjunto de normas que el Código de Ética del Periodista fijan y regulan los límites de la actividad profesional. La finalidad deberá ser siempre la búsqueda de la verdad, de la libertad, de la imparcialidad, la honestidad y la responsabilidad profesional del periodismo”. Esta pensadora venezolana se refiere a “una ética universal que rija los principios del hombre, del comunicador y del periodista”. En otros términos, se puede hablar de un código deontológico o de normas autorreguladoras que orientan a una determinada actividad o práctica profesional. Como bien lo expresa Antonio Pasquali: “Muchas deontologías concretas son a menudo una mezcla de inteligentes preceptos para la autoestima del profesional, el buen ejercicio de su actividad y el respeto al beneficiario de dicha actividad (lo que representaría sus aspectos ‘hipocráticos’).”

La noción “ética para periodistas” de Gloria Cuenca es de gran utilidad porque nos permite discernir sobre la responsabilidad deontológica de los periodistas cuando difunden informaciones en los medios masivos y en las redes sociales. ¿El acceso a Internet, medios tradicionales (cine, radio, televisión) y redes sociales nos ha convertido en una sociedad más libre, civilizada y democrática? ¿Cuáles serían las normas locales y universales que constituyen una ciber-ética ante situaciones anómalas como la omisión y el exceso de información, la mentira y la desinformación, la propaganda y el sensacionalismo, la rapidización y la descontextualización? ¿Cuál es el papel pedagógico que deben asumir las ciencias humanas en torno a lo que se ha dado en llamar ciberperiodismo en el entendido de que los ciudadanos usan las redes sociales para producir y difundir contenidos, muchas veces, sin criterios éticos?

Compromiso ético

Gloria Cuenca es taxativa cuando define el valor del compromiso ético: “La educación y la formación que reciba la persona durante muchos años moldea la personalidad y la conducta del profesional de la comunicación. En este sentido, el compromiso ético adquiere trascendencia en la medida en que hay consciencia de la importancia del uso de los canales, medios o vehículos de comunicación, del impacto que los mensajes pueden producir y de las diferentes acciones que involucran en el uso de la comunicación masiva”. De lo anterior se puede inferir que es necesario pensar en una ética de la comunicación que norme, oriente y guíe tanto a periodistas como a los profesionales de la comunicación dedicados a la creación, producción y distribución de contenidos informativos, ficcionales, culturales, históricos y científicos.

Noticias e información

Es pertinente la observación que nos hace la profesora Gloria Cuenca sobre la distinción entre noticia e información: “La noticia, de news, se refiere al hecho novedoso, raro, actual, de preeminencia, entre otros factores y elementos que obligan al periodista darle difusión. Si no lo hace, recibe lo que en el argot de la prensa se llama tubazo. Mientras que la información, dato reductor de la incertidumbre, siguiendo la definición usada por la cibernética, solo será difundida vía los medios, cuando además de reducir la incertidumbre, es noticia”.

El impacto de una noticia como los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, obviamente, generó enorme desasosiego mundial. Una de las funciones de los medios masivos, en aquel momento, consistió en informar que se trataba de una serie de atentados terroristas cometidos por miembros de la red yihadista Al Qaeda.

Para el norteamericano Harold Lasswell, sociólogo y especialista en psicología política, el proceso de la comunicación cumple con la función esencial de supervisar y vigilar el entorno social. Los medios masivos deben brindar información de calidad basada en la veracidad, la honestidad y la contrastación de las fuentes. (Recomiendo la lectura Estructura y función de la sociedad de Lasswell).

Es oportuno recordar también lo que dice Gloria Cuenca sobre uno de los postulados de la Ética de la Información: “Tendría que ver con reducir la incertidumbre de quien así lo haya pretendido. Para ello, la información debe cumplir con requisitos, que son exigidos, también, a la noticia. Debe ser veraz. Puede entender cómo la falsedad o veracidad de un hecho permite la reducción, la eliminación o la ampliación de la incertidumbre”.

Ethos comunicante

Para Gloria Cuenca el ethos comunicante o la relación entre comunicación y la conciencia ética “surge de dos planos claramente diferenciables (es decir, a la reflexión de la micro ética, lo individual, y a lo macro ético, entendiendo lo planetario), pero que finalmente remiten al Ethos del ser humano (se entiende por Ethos, el modo o carácter de la persona, formado a lo largo de la vida). El Ethos en las personas adultas requiere de la reflexión y el decantamiento, deberá ser revisado, puesto al día y actualizado permanentemente”.

Se plantea así la necesidad de estudiar el Ethos Comunicante, esto es, lo que atañe a la conducta o el temperamento moral de los sujetos que se comunican con el objeto de mantener actualizados los códigos deontológicos relacionados con la práctica periodística. La ética de la comunicación, por lo tanto, debe estar en sintonía con las conductas o maneras de actuar o de pensar de los seres humanos. De lo contrario estaríamos en presencia de una pseudo ética basada en estereotipos, mitos y supersticiones.

Ética y democracia

Gloria Cuenca señala que el hecho comunicacional va más allá de lograr una comunicación efectiva: “Lograr una buena y efectiva comunicación no es una panacea, pero al dar oportunidades de compartir, de discutir, de conocer, de participar, de opinar, de acceder, permite que se logre un proceso desalienador para comunicarse. Para hacer efectiva la comunicación, se pasa por un conjunto de factores, elementos, actitudes, aptitudes de la personalidad y hechos que tocan lo político, lo ético, lo social y lo económico, entre otros. La comunicación lograda per se es enriquecedora y crecedora, ello conduce a más democracia y menos alienación”.

Lo dicho por la profesora Cuenca nos conduce de inmediato a pensar sobre el autoritarismo informativo de estos últimos dieciocho años de gobierno chavista. No puede existir comunicación cuando se sataniza o criminaliza la opinión, cuando se persigue y se apresa al que disiente del poder establecido, cuando se cierran y se censuran los medios masivos, cuando se acalla la voz del contrario a punta de alocuciones presidenciales o cuando la propaganda oficial pretende ocultar la realidad.

P.D. La profesora Gloria Cuenca de Herrera es una experta en ética de la comunicación. Sus escritos nos brindan notables reflexiones sobre la ética para periodistas y sobre la necesidad de formar en un Ethos Comunicante, lo cual implica pensar también en una comunicación social que valore y defienda los principios de la democracia. Ya para terminar, en su momento, la profesora Cuenca escribió sobre los vicios de la dictadura en Venezuela, mucho antes de que el chavismo asumiera su poder devastador:

“Creemos que la conciencia ética pasa por la formación de un nuevo Ethos Comunicante, es decir, deberá entrenarse al ciudadano para que la configuración de este nuevo Ethos Comunicante o de la Comunicación Social supere los vicios y problemas que quedaron en los períodos dictatoriales y autoritarios, para pasar al ejercicio de la democracia, y más aún, de la democratización. Es imprescindible, en esta circunstancia, la libertad, la información, la comunicación y, por ende, la retroalimentación, la réplica, el conocimiento y el saber”.


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