Ayn Rand | New York Times Co.

Por ANDREA I. RONDÓN GARCÍA

Aunque sea reiterado y obvio escribir sobre Ayn Rand en la vinculación entre la literatura y el liberalismo, he querido escribir estas líneas presentando cómo sus novelas reflejan las bases del Objetivismo como corriente filosófica, porque siempre he pensado, salvo excepciones, que en los foros liberales no destacan lo suficiente los aportes de las obras literarias de Rand para el liberalismo, y al mismo tiempo, siento que desde la literatura se le resta importancia a sus novelas.

Sobre el Objetivismo

Con el impacto de sus novelas y de los ensayos intelectuales posteriores, Ayn Rand se dedicaría a desarrollar una corriente filosófica, el Objetivismo, basada en la realidad objetiva (los hechos son los hechos, independientemente de los sentimientos y deseos); que la razón es el único medio que posee el hombre para percibir dicha realidad; que el hombre necesita una moralidad racional (no fundamentada en la fe); que esta moralidad —verdadera y necesaria— puede ser provista a través de la lógica (1) y que el mejor sistema político y económico es el capitalismo (2).

Rand crearía todo un sistema de ideas para exponer su filosofía que se iría dibujando primero en sus novelas.

Himno, originalmente titulada «Yo»

Aunque por orden de publicación, Himno (1946) sería la tercera novela de Rand publicada, podría decirse que sería la primera en ser concebida. De hecho, por la forma en que se estructuran sus novelas, puede verse una evolución desde esta novela hasta su última, La rebelión de Atlas (1958).

No es una novela típica de Rand. No está ambientada en ningún sitio o época específica. Los personajes tienen nombres como Igualdad 7-2521 (el héroe), Colectivo 0-0009, Democracia 6-6998.

Igualdad 7-2521, quien narra la historia, se refiere a sí mismo como nosotros, tercera persona del plural. Esto es muy importante porque, dentro de la historia de ficción, el suceso más importante es el descubrimiento de la palabra «Yo».

Lo que luego será contextualizado en sus otras novelas en una historia y personajes más elaborados y estructurados, Rand lo advierte en Himno con el descubrimiento de Igualdad 7-2521: «Yo quise saber el significado de las cosas. Yo soy el significado. Yo quise encontrar la justificación de la existencia. No necesito justificación para existir, ni ninguna palabra de permiso para hacerlo. Yo soy la justificación y el permiso (…) Tampoco soy el medio para algún fin que otros quieran alcanzar. No soy la herramienta de nadie. No soy un servidor de sus necesidades…» (3).

Los que vivimos

De las novelas que escribió Ayn Rand, Los que vivimos es la más autobiográfica —en el sentido intelectual— de todas, dicho por ella misma (4). Rand admite que en el momento en que escribió esta primera novela sabía la importancia de la vida, ciertamente, pero no el significado filosófico, psicológico y moral de los hombres que valoran la vida y los que no lo hacen (5). Esto lo sabría y respondería en su última novela, La rebelión de Atlas.

Esta vez Rand sí nos ubica en un lugar y tiempo determinados, la Rusia soviética. Es más una novela política, y aunque todavía no muestra la profundidad filosófica para lo que sería luego el Objetivismo, Rand escribió una historia universal del hombre contra el Estado y que si bien está ambientada en la Rusia soviética, también podría aplicarse a la Alemania nazi o a los Estados Unidos socialista (6).

El Manantial

Con esta novela Rand proyectó al hombre ideal (Howard Roark) y retrató un ideal moral (pensando ya en la sociedad que crearía a través de La rebelión de Atlas).

A través del personaje de Howard Roark —arquitecto, el hombre como debería ser, que defiende sus convicciones hasta sus últimas consecuencias—, en las palabras que dirigió en el juicio que se inició en su contra, Rand nos habla de los tipos de hombres que existen:

«Nada nos es dado en la Tierra. Todo lo que necesitamos debe ser producido. Y aquí el ser humano afronta su alternativa básica, la de que puede sobrevivir en sólo una de dos formas: por el trabajo autónomo de su propia mente, o como un parásito alimentado por las mentes de los demás. El creador es original. El parásito es dependiente. El creador enfrenta la naturaleza a solas. El parásito enfrenta la naturaleza a través de un intermediario» (7).

La rebelión de Atlas

Ahora bien, ¿qué pasaría si los creadores de una sociedad deciden irse a una huelga porque ya no soportan más el expolio de los parásitos? De esto justamente trataría la novela más leída y famosa de Ayn Rand, La rebelión de Atlas.

Si Rand quería un enfoque personal con El Manantial y su preocupación era Roark; en La rebelión de Atlas su enfoque es más social y su preocupación es la relación de los Roarks (de los Atlas, de los creadores) con el mundo.

Como nos tiene acostumbrados la autora rusa, la novela tiene monólogos y diálogos que son las bases del Objetivismo y son de un enorme valor, más allá del literario. En lo personal siempre remito al discurso de Francisco D’Anconia sobre el dinero. Fue el que más me impresionó hace más de 15 años.

El Objetivismo hoy

Hoy, finales de marzo de 2021 cuando escribo estas notas, reitero el enorme interés a nivel mundial que siguen teniendo las novelas de Ayn Rand escritas en los años 30, 40 y 50 del siglo pasado. Esto se debe fundamentalmente a que Rand supo analizar desde un punto de vista filosófico la naturaleza humana y expresarlo a través de sus novelas.

Hoy en día no estamos en presencia de randianos (término que la propia Rand corregía) sino frente a serios estudiosos del Objetivismo que también usan sus mismas herramientas. Para los que deseen ahondar en las ideas expuestas en estas muy breves notas sugiero las novelas del intelectual argentino Ricardo M. Rojas, El Amanecer (Unión Editorial, 2013) y El Consorcio (Unión Editorial, 2016); consultar los trabajos de Warren Orbaugh y seguir la intensa actividad del Ayn Rand Center Latin America presidido por María Marty y de Cedice Libertad.


Referencias

1 ROJAS, Ricardo M., Realidad, razón y egoísmo. El pensamiento de Ayn Rand, Madrid, Unión Editorial, 2012, pp. 60-61.

2 Ibidem, p. 55.

3 RAND, Ayn, Himno, Buenos Aires, Grito Sagrado Editorial, 2009, pp. 109-110.

4 Prólogo de Ayn Rand a la novela Los que vivimos, Buenos Aires, Grito Sagrado Editorial, 2009, p. 21.

5 Ibidem, p. 18.

6 Introducción de Leonard Peikoff a la edición de Los que vivimos Grito Sagrado Editorial, p. 10.

7 RAND, Ayn, El Manantial, Buenos Aires, Grito Sagrado Editorial, 2009, pp. 731-732.


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