ESTUDIO ACTUAL (1968-1982) / ARCHIVO

…y tú, Glenn, fuiste al encuentro con los mundos que ella abrió.

Lourdes Blanco


Lemidah. Instruirse. Virtud que tú y papá privilegiaron por encima de otras. Ha sido mi norte, siempre. Un ángel pasajero tomó de mí la sabiduría al yo emerger de tu vientre. Eso dijeron. No faltó sacrificio. Esa es aún mi lucha.

Mitzvah. Obligación tornada en privilegio. Cuidar de ti como tú lo hiciste con todos nosotros.

Zachor. Remembranza. Mientras sostuve en mis brazos tu dulce envoltura una última vez, tu amada hija Jeannine, ¿recuerdas? Se acercó suavemente a tu lecho. Vino a acogerte. A darte la bienvenida a ese viaje final que nos aguarda a todos.

B’shalom. En paz. Amada.

Glenn Sujo


Cuando Clara abrió la galería Estudio Actual en Chacaíto nosotros vivíamos en Ciudad Bolívar, pero íbamos con cierta frecuencia unos días a Caracas a refrescarnos culturalmente, yendo a conciertos, cine y exposiciones, lo cual incluía indispensablemente una visita a la galería. Allí conocimos a Clara, aunque nuestra entrañable amistad con Jeannine era anterior. El gusto exquisito de Clara, su conocimiento y sus conexiones internacionales le permitían hacer notables exposiciones de pintura, dibujo, escultura o cerámica de artistas latinoamericanos y europeos, sin olvidar a los nuestros más destacados. La amistad con Clara se profundizó en 1974 al coincidir en un grupo que viajó a China y Japón. En Kyoto, ella nos invitó, junto con el Profesor Johansson, a visitar el hotel tradicional donde se alojaba. En una ocasión posterior en que Sonia fue a un congreso en Japón, Clara la ayudó a conseguir una reservación para pasar un día en ese hotel, en el cual las habitaciones dan hacia jardincitos internos con estanques y fuentes que permiten escuchar el sonido del agua. Las ocasiones que la visitamos en su casa-museo de Altamira nos permitieron apreciar sus cualidades de perfecta anfitriona. En nuestra casa nos acompaña desde hace muchos años, asociado a su memoria, un grabado de Jacobo Borges.

Sonia Hecker e Ildemaro Torres


Querida Clara,

Quisiera abrazarte. Abrazarte estrechamente, sin permitir el inaferrable vuelo, de los mejores recuerdos, de una Época brillante, los años 70, de la cual fuiste partícipe y Creadora, inteligente y sensible, combatida y Combativa. Permitiste, Unir nombres muy importantes del arte mundial, a otros nombres de artistas jóvenes de mi generación y, así, pudiésemos exponer nuestros trabajos en ese espléndido Espacio que creaste, Galería Estudio Actual. Así tuve la maravillosa oportunidad de exponer mis primeros trabajos, SECUENCIAS, 1974 (serigrafías), en un ambiente lleno de nuevos y agudos lenguajes vivos, intelectuales y emocionantes a nivel artístico, que dieron nacimiento a una de las más brillantes épocas del arte venezolano. Conocer artistas extraordinarios, escritores de arte, fue para mí, unida a tu invalorable amistad, una revelación de vida. El arte en su plenitud.

Mi segunda Exposición, en Estudio Actual, en 1979, fue MADERAS.

Me acompañaste en otras exposiciones, en Bogotá y Puerto Rico, y llevaste mis trabajos a otros países. ¡Siempre estarás cerca de mí, muy cerca, siempre atenta, valiosa y valiente personalidad la tuya! La invención y la creación fueron tu eterno norte.

Anna María Mazzei


Fuimos más que amigos. Juntos colaboramos en muchos aspectos del mundo del arte donde Clara desplegó su claridad y valioso conocimiento. Me limitaré a uno de ellos en el cual me tocó acompañarla: El arte en la pantalla. En 1961 le propusimos a Antonio Pizani Pardi, quien en ese entonces dirigía el Canal 5 de la Televisora Nacional, hacer una serie de documentales sobre las artes plásticas en Venezuela. La idea fue aceptada con entusiasmo a pesar de que no contábamos con los equipos necesarios para un trabajo complejo de esa naturaleza. Hay que recordar que el video no había llegado y todo se hacía en película cinematográfica.

Juntos elaborábamos los guiones. Clara escribía las narraciones y yo de hombre orquesta hacía la fotografía, el montaje, el sonido, musicalización y la dirección técnica. Logramos hacer nueve documentales sobre arte, entre ellos: El Mundo de José María Cruxent; La cerámica De Tecla Tofano; Así nace un mural, con Jesús Soto.

Entretanto, había caído la democracia y a la dictadura militar de Pérez Jiménez no le interesaba el arte. Al regresar de un viaje a Francia fui a la televisora a rescatar los documentales para grabarlos en cinta magnética. ¡No estaban más… los habían tirado a la basura para aprovechar los carretes y las cajas metálicas donde se guardaban! Así se escribe la historia en nuestro país. Para entonces, había llegado el videotape, con los programas de Aquiles Nazoa y de Uslar Pietri. De esa debacle pude rescatar solo tres documentales que hoy se han digitalizado.

Ángel Hurtado


La memoria de Clara es la de un arrebato, la de una hoguera. Que el nombre perfila el carácter parecía haber sido en ella un mandato. Penetrante en su mirada, no perdía tiempo en convertir sus intuiciones en epifánicos haikús que, de algún modo, suspendían el pensamiento e invitaban a mirar el objeto de sus observaciones con la misma intensidad.

Pero con ella me ocurre lo que con El Bosque de Abedules de Andrzej Wajda. Sólo recuerdo el arrebato, la epifanía del bosque desplazándose tras la ventana; por más que intento no acuden los detalles, sólo el destello. Es un eco mudo de observaciones penetrantes sobre la naturaleza del arte y de la vida cuyo silencio incendiado heredé como una fascinación indistinta de su memoria.

Héctor Fuenmayor 


A los Sujo Diament y Otero Pardo nos juntó la entrañable amistad y admiración entre Clara, Aby, Alejandro y Mercedes. Recuerdo los copetes impecables a lo Presley y ojos de cielo como los de Clara de los varones; la niña de los cuentos de Carrol con su larga marea dorada recogida en un lazo; las meriendas en la mesa del jardín —estaba permitido embarrarse de chocolate solo aquí, en San Antonio, cuenta Glenn— a las puertas del taller de Alejandro, cerca de montañas de tirro despegado de los Coloritmos en proceso, al lado de los colores de Mercedes. Fueron las visitas a Estudio Actual, a las exposiciones de los domingos, a la casa de Altamira donde los chicos tocaban el violín y adonde una vez Alejandro llevó un arbolito para instalar en la familia, para siempre, la Navidad. Crecimos. Fue el taller de Glenn encaramado en El Amarillo montañoso, las expediciones al IVIC tras la sonrisa exploradora de Jeannine, el laboratorio de Cruxent, las piedras y sus cuentos secretos. Mientras, Clara, cual demiurgo hilaba la historia, convocaba definitivamente la mirada del mundo sobre el arte latinoamericano del Siglo XX y sus protagonistas.

Mercedes Otero


Hablar de ti

Hablar de ti, Clara, en diez líneas es imposible. Siempre conversabas de las formas, del tiempo, del color, en fin, del mundo de las artes visuales, mi mundo, que es también el tuyo. En 1964 tenía catorce años y me permitías oír tus clases con los alumnos del quinto año de Arte Puro. Yo estaba en el primer año. Quizás tú ya no lo recordabas, pero eso para mí es inolvidable. Más tarde, entre 1968 y 1970, fui formalmente estudiante tuyo. Asistíamos a Estudio Actual, tu galería, o Jacaranda, tu casa. Allí estudiábamos a Marcel Duchamp y todo lo que su obra indujo. Expuse en tu galería algunas veces. ¿Recuerdas la escultura del Che Guevara muerto que envié a la exhibición a propósito de, la muestra de objetos? Cuando el público se iba, cubrías el dibujo de su rostro con un pañuelo. Te pregunté la razón y respondiste: “Es que me está mirando”. Tengo infinidad de historias que viví a tu lado, no tengo espacio para escribirlas. Mujer inteligente, fuerte, emprendedora. Formaste artistas, curadores, coleccionistas, museógrafos, museólogos y críticos. A las personas que te acompañaron les cambiaste la vida. Enseñar a ver fue tu misión, afilar el ojo, hacer entender que el arte es mágico, sublime e inexplicable. Clara, querida, qué gran privilegio es haberte conocido. Estoy inmensamente agradecido.

Sigfredo Chacón


*Reconocimiento. La familia Sujo agradece los mensajes de solidaridad y tributos a Clara Diament Sujo en ocasión de su partida a otro plano, así como a las personas que han aportado a la presente edición de Papel Literario en homenaje a su vida y su obra.


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