Odesa, hacia 1920. Una ciudad con arquitectura europea y transporte público electrificado. A la derecha, la entrada al Café Libman, de propiedad judía. Fuente: Wikipedia

Por JOSÉ G. ÁLVAREZ -CORNETT

De Odesa a Venezuela

De la comunidad judía de Odesa en Ucrania surgió una familia que hizo grandes aportes a la sociedad venezolana. Se trata de la familia Imber Baru y, especialmente, de dos de sus miembros: Lya Imber Baru de Coronil (1914-1981), la primera mujer en obtener en Venezuela el título de doctor en Ciencias Médicas, y su hermana Sofía Imber (1924-2017), una mujer clave en la cultura venezolana del siglo XX, periodista y promotora del arte venezolano, fundadora del Museo de Arte Contemporáneo de Caracas (MACCSI), recordada conductora del programa de televisión Buenos Días y, entre otros, directora de la Sección Cultural del periódico El Universal (1975-1996).

La mayoría de los inmigrantes que vinieron a Venezuela desde la Europa oriental escapando de la guerra, del comunismo o del fascismo hablaron poco sobre sus experiencias de vida en las tierras que los vieron nacer, especialmente si las situaciones vividas fueron dolorosas o traumáticas.

Este parece ser el caso de los Imber Baru, quienes dejaron poca información sobre su pasado en Odesa y Besarabia. Algunos de los datos que encontré en los materiales consultados se contradicen en lo que se refiere a fechas, lugares y grafías de los nombres. Entre los datos discordantes escogí aquellos que me parecieron ser los más fiables o razonables.

En Odesa, la Perla del mar Negro

Para fines del siglo XIX, la ciudad portuaria de Odesa, conocida como la Perla del mar Negro, era una ciudad cosmopolita con una población multiétnica. Odesa operaba como el centro industrial, comercial y cultural del sur de Ucrania que entonces estaba bajo el dominio del Imperio ruso zarista.

Era una ciudad de veraneo para la aristocracia y las élites rusas y europeas. En esos tiempos, Odesa era considerada como la cuarta ciudad más grande del Imperio ruso, después de las ciudades San Petersburgo, Moscú y Varsovia; para la época la ciudad polaca de Varsovia estaba bajo control del zar de Rusia.

En 1914 la población de Odesa era de 669.000 habitantes, pero debido a la emigración motivada por los conflictos bélicos ocurridos entre 1917 y 1920, ya para 1920 la población de Odesa se había reducido a 428.000 habitantes. Luego, la hambruna en Ucrania de 1921 a 1923 afectó fuertemente a la ciudad, por lo que para el año 1923 la población de Odesa mermó a 324.000 habitantes.

Después de la comunidad judía de Varsovia, la de Odesa era la segunda más grande de todo el Imperio ruso. Se sabe que para 1897, el 30,8% de la población de Odesa tenía origen judío (138.935 de un total de 403.815 habitantes).

La familia Imber Baru

Entre las familias judías de Odesa estaba la familia Imber Baru formada por Nahum Imber y Ana Baru, hija de Jacob Baru; quizás originalmente los apellidos eran Imberg y Baruch o Baruck. Nahum Imber nació en 1872 en Omsk, Rusia y Ana Baru en Odesa, Ucrania. En ese entonces ambas ciudades formaban parte del Imperio ruso zarista. Posteriormente, los dos esposos obtuvieron la nacionalidad rumana y la venezolana el 26 de septiembre de 1936. Aunque no se tienen los datos exactos, parece ser que la pareja se casó en Odesa hacia el año 1912.

La lengua materna de los Imber Baru fue el ruso. En Odesa se habla una variante del idioma ruso que se diferencia del ruso hablado en Moscú por haber recibido influencias del yiddish o judeoalemán y del ucraniano tanto en gramática como en vocabulario. La familia Imber Baru vivía cómodamente en Odesa en una casa espaciosa, tenía un carruaje con caballos y personal de apoyo doméstico como un cochero y cocinero (2).

Lya Imber con sus padres. A la izquierda Lya Imber con su madre Ana Baru en Besarabia. A la derecha, vemos a Lya Imber con su padre Nahum Imber en Caracas. Fuente: Archivo Adriana Meneses

“Yo siempre he sido un agricultor por vocación —decía Nahum Imber—, por amor a la tierra, sentimiento que heredé de mis mayores”. Nahum Imber fue en Odesa un agricultor dueño de tierras con conocimiento técnico especializado en trigo, en el cultivo de la remolacha azucarera y en el proceso asociado de producción de azúcar a partir de esta planta bienal (Beta vulgaris vulgaris var. altissima) y con estudios en lecherías y operaciones agrícolas (3).

En su hacienda llevaba una vida sencilla y compartía la vida dura del campo con los campesinos que trabajaban para él. Sin embargo, en los tiempos del régimen zarista los hombres también debían formar parte de la milicia. Nahum Imber tuvo el rango de Teniente del Ejército Imperial Ruso. Afortunadamente, como los agricultores estaban exentos de ir a la guerra, Nahum Imber no participó en la cruenta Guerra ruso-japonesa (febrero 1904 – septiembre 1905), en donde Japón resultó victorioso (4).

Su esposa Ana Baru tenía vínculos familiares con rabinos e intelectuales de Odesa. En su juventud Ana Baru practicó la equitación. Según su nieta Daniela Meneses Imber, en Odesa Ana Baru ejerció como fisioterapeuta y comadrona (5). El 18 de octubre de 1914 nació en Odesa su primera hija, Lya Imber Baru.

Los primeros años de vida de Lya Imber fueron turbulentos, estuvieron marcados por varios conflictos bélicos: la Primera Guerra Mundial (1914-1918) y, en especial, la Batalla de Odesa entre la armada rusa y otomana (29 de octubre de 1914), la Revolución Rusa de 1917 y la subsiguiente guerra civil entre rusos blancos y rojos (1917-1923) y la guerra de independencia de Ucrania (1917-1921). En octubre de 1917, Odesa pasó a formar parte de la República Popular Ucraniana.

Contaba Lya con cinco años cuando el 6 de enero de 1920 el Ejército Rojo, o sea los bolcheviques, tomaron la ciudad de Mariúpol. Al darse cuenta de que las tropas bolcheviques ya habían entrado en el mar de Azov y se estaban acercando a Odesa y de que muy pronto controlarían la ciudad, como en efecto ocurrió el 8 de febrero de 1920, los odesianos entraron en pánico y de inmediato huyeron en masa de la ciudad por diferentes rutas de escape, unas marinas y otras terrestres. Con el apoyo de la Armada Británica, el Ejército Blanco (los rusos monarquistas) junto con algunos odesianos fueron evacuados de Odesa en buques británicos (6).

No dispongo de información de archivo sobre la salida de los Imber Baru de Odesa. Fuentes secundarias señalan años diferentes para la huida de Odesa (1917, 1918 o 1919). Solo contamos con un relato sin fecha exacta donde se cuenta que Nahum Imber y Ana Baru, con la pequeña Lya escondida dentro de un barril, primero por tierra y luego montados en una barcaza cruzaron el río Dniester para llegar a la región histórica de Besarabia que entonces controlaba el Reino de Rumania y se asentaron en la ciudad de Soroca, la capital del condado con el mismo nombre y que hoy es parte de la República de Moldavia (7).

La revisión de la historia de Odesa me permite postular que la huida de los Imber Baru, siguiendo la ruta terrestre hacia Besarabia, pudo haber ocurrido a mediados de enero de 1920 cuando toda Odesa entró en pánico.

No obstante, sí sabemos que los campesinos de Odesa que trabajaron para Nahum Imber le salvaron la vida. “Yo —señala Nahum Imber— siempre he sido agricultor, y los agricultores no miramos sino al campo, sin que la política llegue en forma alguna a interesarnos. Yo confieso que, durante la época zarista, los campesinos llevaban una vida precaria, sin instrucción, sin que se le abriese el horizonte al espíritu…Yo nunca tuve problemas con mis agricultores, porque siempre estaba trabajando con ellos, acompañándolos en las faenas que ellos hacían y trabajando más que ellos si era posible, de manera que se acostumbraron a verme no como a un patrono, sino como un compañero. Jamás tuve revueltas en mi hacienda, porque inmediatamente que notaba síntomas de cualquier descontento, acudía presuroso a remediar el mal en favor de los humildes. Por ese motivo cuando vino la revolución [bolchevique], ellos fueron los que salvaron la vida tanto a mí como a mi familia” (8).

Enero, 1920. Evacuación de Odesa por tierra. Los odesianos aterrorizados y las tropas del Ejército Blanco de Rusia tratan de escapar de los comunistas del Ejército Rojo por vía terrestre hacia el río Dniester para cruzar la frontera hacia Besarabia. Fuente: Underwood & Underwood, N. Y., Wikipedia: Odessa Operation (1920)

Los Imber Baru en Besarabia (Rumania)

Al huir de Odesa la familia perdió sus propiedades, por lo que en Besarabia su situación económica ya no fue más ni holgada ni próspera. En Soroca, los Imber Baru no tuvieron mayores problemas para comunicarse con su nuevo entorno. Aunque en el campo y en las ciudades se hablaba el idioma rumano, el ruso funcionaba como la lengua de comunicación interétnica y, además, en el condado de Soroca también existía una gran comunidad judía.

Entre ellos estaban Zhenya (Evgenya) Baru, hermana de Ana, y su esposo Moisey Tismitetsky con sus hijos. Al parecer, Ana Baru también tuvo un hermano David Leib (Louis) Baru (1886-1978), quien emigró a Estados Unidos y falleció en Kansas City (9).

En Besarabia los judíos estaban urbanizados. De acuerdo con el censo de 1930, la población del condado de Soroca era de 315.744 habitantes, de los cuales el 9,2% eran judíos, mientras que la ciudad de Soroca tenía una población de 14.661, de los cuales 5.452 (37,2%) eran judíos. En la capital de Besarabia, Chisináu, la población judía era de 41.405 personas (el 36% de un total de 114.896 habitantes).

En Besarabia, Nahum Imber se dedicó al trabajo agrícola laborando en las tierras de un barón polaco. La pequeña Lya con seguridad comenzó a estudiar en algún colegio de Soroca, pero luego fue enviada a Chisináu a estudiar en el liceo francés Jeanne d’Arc, en donde culminó su bachillerato. En Soroca, el 8 de mayo de 1924, nació Sofía Imber.

Las dificultades económicas, la situación política en Besarabia y el antisemitismo reinante motivaron a Nahum Imber a buscar mejores posibilidades en el continente americano. En 1929, el señor Imber llegó a La Guaira y, luego, aunque al parecer su destino inicial era Valparaíso en Chile, se estableció en nuestro país en La Victoria.

En Venezuela el cultivo de la remolacha azucarera no era conocido, Nahum Imber no pudo continuar con su oficio como técnico agrícola. Por tanto, y con desagrado, tuvo que dedicarse a una actividad comercial como la venta de telas de puerta a puerta. Un año después, Ana y sus dos hijas, Lya y Sofía, dejaron Besarabia y viajaron a Venezuela y ese mismo año de 1930, su hija Lya Imber se mudó sola a Caracas para estudiar Medicina en la Universidad Central de Venezuela.

Los Imber se instalan en Caracas

Para 1932 ya toda la familia Imber Baru se había mudado a Caracas y vivían en una pensión en el No. 18 de Bolsa a Pedrera, y, más tarde, en la casa No. 91 de Glorieta a Pilita. En Caracas, Nahum Imber pudo finalmente ejercer como perito agrícola y la familia comenzó a integrarse a la sociedad venezolana. En su español con acento eslavo, Nahum Imber dijo en una entrevista realizada en los años cuarenta que cada día él se sentía más venezolano.

En estos tiempos nuestros de cotidiana destrucción de árboles en Caracas es bueno recordar el contraejemplo de Nahum Imber, quien después de la muerte de Juan Vicente Gómez trabajó para el Ministerio de Agricultura y Cría (MAC) arborizando a varios sectores de la ciudad capital, entre ellos El Pinar, Macarao, Cotiza y el Parque Nacional El Ávila.

Nahum Imber (izq.) y Ana Baru (der.). Fuente: Archivo Adriana Meneses

La comunidad judía de Caracas tenía a Nahum Imber en muy alta estima. Después de su obra de reforestación, pasó a ejercer como mediador o consejero de la comunidad judía de Caracas para dar consejos, dirimir problemas o querellas en la comunidad judía caraqueña o aportar soluciones en situaciones difíciles.

Nahum Imber falleció en Caracas en 1959.

Ana Baru

Su esposa Ana Baru de Imber fue una mujer muy dedicada al trabajo social en Caracas. Su labor de servicio hacia quienes estaban más necesitados como, por ejemplo, las personas ciegas, los realizó desde el capítulo venezolano de la Organización Mundial de Mujeres Sionistas (WIZO, en inglés).

En su Crónica testimonial sobre el judaísmo venezolano, Simón Guberek se refiere a Ana Baru de Imber con las siguientes palabras (10):

“El solo nombre de Ana Imber se puede considerar como sinónimo de bondad y de servicio, de tenacidad en los empeños, de insistencia en los estadios de la lucha por el bienestar, el mejoramiento de los demás y la elevación del nivel social y espiritual de las personas. Si analizamos la historia del servicio social comunitario encontramos que Ana Imber es una de las pioneras más preclaras y visibles”.

La señora Ana Baru de Imber falleció en Caracas hacia 1974.

Los Imber Baru y la ‘Hromada’ ucraniana

Pareciera que las vidas de los Imber Baru se desarrollaron alejadas y desconectadas de la comunidad ucraniana (Hromada) en Venezuela. Existen dos razones: primero, porque los inmigrantes ucranianos comenzaron a llegar a Venezuela diecisiete años después de la llegada a Venezuela de la familia Imber Baru, cuando Nahum, Ana e hijas ya estaban bien integrados a la sociedad venezolana y, en segundo lugar, porque los Imber Baru eran culturalmente diferentes a la mayoría de estos nuevos inmigrantes centroeuropeos orientales con raíces en Ucrania, quienes, aunque hablaban ruso, tenían al ucraniano como su lengua materna y, principalmente, eran de religión católica de rito griego o cristiana ortodoxa.

Lya y Sofía

Lya Imber se consideraba a sí misma como una “trabajadora por la infancia”, su influencia en la pediatría en Venezuela y sus actividades en el Hospital de Niños J.M. de Los Ríos, en el Consejo Venezolano del Niño y como vicepresidenta de UNICEF han sido descritas en diversos artículos académicos y periodísticos y en la biografía de Ana Teresa Torres en la Biblioteca Biográfica Venezolana titulada Lya Imber de Coronil (Caracas: El Nacional, 2010).

Por otra parte, su hermana Sofia Imber fue una mujer polifacética de gran influencia en el ámbito artístico y museístico venezolano. Sobre ella también se ha escrito ampliamente, recomendamos, especialmente, el trabajo de Diego Arroyo Gil titulado La señora Imber: genio y figura (Caracas: Editorial Planeta, 2016).

Sanando la vista: el doctor Edward Grom (1917-1998)

Aunque culturalmente no podemos considerarlo propiamente como un profesional ucraniano, en esta Crónica quiero recordar también a un médico que nació en una ciudad que hoy forma parte de Ucrania. Se trata del doctor Edward Grom, quien nació el 4 de octubre de 1917 en Rohatyn, un pueblo que para esa fecha pertenecía a la Segunda República Polaca, pero que hoy es parte del Óblast de Ivano-Frankivsk de Ucrania.

En 1941, Edward Grom se graduó de Médico cirujano en Lwów —nombre en polaco para uno de los grandes centros culturales de Ucrania, la ciudad de Lviv; Leópolis en español— y de doctor en Medicina (1947) por la Universidad de Varsovia, Polonia.

Poco después de finalizada la Segunda Guerra Mundial, el doctor Grom emigró a Venezuela. Entre 1949 y 1954, durante las mañanas, trabajó, como Oftalmólogo en el Hospital Luis Ortega en Porlamar, en la Isla de Margarita. Pero, en las tardes “en un Jeep descapotado de la Unidad Sanitaria de Porlamar, recorría las escuelas de la isla, para evaluar la visión de los escolares y liceístas. Comentaba ‘…en algunos momentos, trabajé en Margarita, tragando arena y polvo…’, y afirmaba que allí había pasado los mejores años de su vida”.

En Caracas, el doctor Grom fue el fundador del Instituto Nacional de Oftalmología del Ministerio de Sanidad y Asistencia Social (MSAS) y desde 1977 hasta 1985 se desempeñó como jefe de la Cátedra y del Servicio de Oftalmología del Hospital Universitario de Caracas.

Durante el lapso 1986-1998, el doctor Grom ocupó el Sillón XXXI de la Sociedad Venezolana de Historia de la Medicina. Para conocer más detalles sobre la vida de este médico oftalmólogo, los invito a leer el panegírico sobre el doctor Grom presentado por el Doctor José Francisco cuando asumió la Silla que quedó vacante por el fallecimiento en Caracas de tan distinguido médico.

Entre libros médicos y un pintor ucraniano en Isnotú

En la próxima Crónica develaremos la razón por la cual un reconocido político y diplomático ucraniano vino a Caracas a pasar sus últimos días y revisaremos la trayectoria vital del pintor ucraniano quien con su arte enmarcó la vida del Médico de los Pobres.

Agradecimientos

Quedo profundamente agradecido con Lorraine Kirmayer y César Núñez de la Unión Israelita de Caracas y con Adriana Meneses por las informaciones suministradas sobre la familia Imber Baru. Gracias al profesor Benjamín Scharifker por haberme contactado con Lorraine Kirmayer y a Jacqueline Goldberg por facilitar el contacto con Adriana Meneses.

NOTAS

(1) Según la Gaceta Oficial de los Estados Unidos de Venezuela, No. 19.071, 1936. Véase: Alvarado, Diódoro y otros: Recopilación de leyes y decretos de Venezuela, Parte 2, Vol. 59, Caracas: Imprenta Nacional, 1936, p. 664.

(2) Grases, Pedro (Editor): Venezolanos del siglo XX, Volumen 3, Caracas: Fundación Eugenio Mendoza, 1982, p. 127.

(3) Según el artículo Hubiera sido uno de los más notables mamadores de gallo, pp. 12-13, firmado por Pedro Moreno Garzón (1895-1976), autor del libro Venezolanos ciento por ciento (Caracas: Editorial Cecilio Acosta, 1943). Desconozco la fecha de la publicación y el título de la revista en donde el artículo fue publicado.

(4) Véase: Nota 3.

(5) Información tomada de un testimonio de Daniela Meneses publicado en Crónicas familiares: un aporte al estudio de los judíos en Venezuela, Caracas: Colegio «Moral y Luces Herzl-Bialik», 1979.

(6) Port of Mariupol Taken by Bolsheviki. Panic in Odessa as the Red Forces Draw Near–People Flee in Ships, The New York Times, 7 de enero, p. 2. 1920.

(7) Véase: Martínez, Aurora: “Mi padre el inmigrante”. Revista Páginas. Caracas, Año XII, No. 281, 30 de junio, 1960.

(8) Véase: Nota 3.

(9) Tismaneanu, Vladimir: Comunicación privada, vía Adriana Meneses, 27 de mayo, 2022.

(10) Véase: Guberek, Simón: Crónica testimonial sobre el judaísmo venezolano, Bogotá: Fundación Cultural Simón y Lola Guberek, 1980.

(11) Véase: Francisco, José: “Panegírico sobre el Dr. Edward Grom (1917-1998), presentado por el Dr. José Francisco, con motivo de su incorporación como individuo de número, Sillón XXXI, a la Sociedad Venezolana de Historia de la Medicina, Palacio de las Academias, el 10 de marzo de 2003”, Revista de la Sociedad Venezolana de Historia de la Medicina, Vol. 58, No. 1-2, 2009. Disponible en: https://revista.svhm.org.ve/ediciones/2009/1-2/art-2/


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