ENRIQUE KRAUZE, POR VASCO SZINETAR

Por JULIO BORGES Y PAOLA BAUTISTA ALEMÁN

Julio Borges: Hoy tenemos como invitado a Enrique Krauze. Ha sido un gran defensor de nuestras libertades, ha estado en Venezuela varias veces y ha defendido militantemente la libertad y la democracia de nuestro país. Enrique es un historiador, ensayista y una persona que piensa América Latina. Es un filósofo de la libertad.

Krauze es el editor de Letras Libres(2) y ha sido un gran divulgador de sus ideas a través de los medios audiovisuales.

El día de hoy queremos tocar diferentes temas, como la experiencia totalitaria, hasta repasar todo lo que tiene que ver con el populismo en América Latina. Este es un tema que él ha tratado a profundidad: la salud de la democracia en la región y cómo tener una transición a la democracia después del populismo.

Enrique Krauze Kleinbort: Para mí significa mucho estar aquí conversando, una vez más, con mis amigos venezolanos. Yo me interesé en Venezuela desde el principio de este siglo. Y me interesé por razones de intuición histórica. Pensé que en Venezuela estaba ocurriendo una mutación, un cambio político, que me preocupaba profundamente.

Siempre me he sentido ciudadano del mundo, pero en particular de América Latina. Mis maestros en el colegio en México me enseñaron a serlo. Esto también me lo enseñó Daniel Cosío Villegas, fundador del Fondo de Cultura Económica, cuyas ediciones circularon por América Latina en los años 30, 40 y 50; eso es lo que me enseñó Octavio Paz, que fue amigo de tantos escritores, intelectuales, poetas y críticos en América Latina. De modo que yo quería a Venezuela antes de conocerla. Fue en la revista Vuelta (3) donde conocí la obra de Guillermo Sucre (4). ¡Qué bonito sería que estuviera aquí!

Acudí a Venezuela a finales de 2007, en un momento de esperanza, cuando, por primera vez, en un referéndum se le dijo «no» al presidente Hugo Chávez. Me interesé tan profundamente que terminé escribiendo un libro que ustedes conocen, El poder y el delirio, en el cual quise presentar, con toda la objetividad posible, las diversas caras y el trágico experimento que estaba ocurriendo en Venezuela.

Entrevisté a chavistas y no chavistas y personas de todos los gremios. Mi impresión es que algo muy serio y muy grave, no permanente, estaba ocurriendo allí. Publiqué el libro en 2009, cuando todavía parecía que la jauja del petróleo iba a ser permanente. Yo en este punto sabía que no lo iba a ser porque me lo hicieron ver técnicos y economistas muy sensatos. Además, ya se podía percibir que se estaba corrompiendo algo muy profundo de la vida venezolana y de la vida latinoamericana, al confiar todo el poder en manos de aquel líder carismático. Yo sentí que en Venezuela se estaba viendo cómo se partía el huevo de la serpiente del populismo latinoamericano.

Habíamos sido ilusos en pensar que el populismo había concluido con Perón. Ahora teníamos en frente a una nueva variedad de virus autoritario. Una especie de cruce entre Perón y Castro, con elementos de la más rancia y dura dictadura militar. Esa combinación me pareció perturbadora y trágica, y he empleado todos estos años, desde aquel año de 2007 hasta ahora, en tratar de desentrañar a qué clase de virus nos enfrentamos. Y comprobé que podíamos llamarlo populismo.

Antes de conversar con ustedes sobre las perspectivas de la democracia en América Latina, quiero dar un mensaje a mis amigos venezolanos: hizo muy bien Roberto Ampuero en hablar del daño antropológico que los totalitarismos provocan en los seres humanos.

Quiero recordarles, justamente, a mis amigos venezolanos que pueblos enteros tuvieron la valentía, la paciencia y la inteligencia de dejar atrás el totalitarismo. Yo estuve muy cerca de los checos y de los polacos. Cuando los conocí en los años 70, llevaban ya veinticinco años sometidos al dominio militar e ideológico de un partido que dependía de la Unión Soviética. Estoy hablándoles de Checoslovaquia, de Polonia, de Alemania Oriental y de otros países. Yo tuve contacto con checos, polacos y algunos alemanes.

Los checos tenían desconfianza hasta de cantar canciones en los baños de sus casas porque tenían el temor de que la policía secreta los estuviera grabando. El Estado totalitario de la Unión Soviética y el Estado totalitario que predominó en esos países por cuarenta años, desde principios de la Guerra Fría y el fin de la Guerra Mundial hasta el 89, era mucho peor de lo que estamos viviendo.

Sin embargo, esos pueblos resistieron; esas personas, una por una, resistieron y se organizaron. Se organizaron los trabajadores, los intelectuales, los estudiantes, los jóvenes y la iglesia. Tal como diría Václav Havel (5): el poder de los que no tienen poder.

En América Latina, en particular en Venezuela, nos encontramos ante la situación del poder mayoritario de aquellos que no tienen poder. Podríamos decir que el gobierno venezolano actual es más brutal que los regímenes totalitarios a los que me he referido. No obstante, el dominio que tenían aquellos regímenes sobre la vida cotidiana, que llegaba hasta las alcobas de las casas de cualquier persona que fuera levemente disidente, era tan grande o mayor que el actual. Y resistieron. Llegó el momento de luchar por la libertad, siempre llegan los momentos que se gestionan y se desean con fe, entusiasmo, pasión y cabeza fría para organizar bien. En nuestro tiempo, hay muchos elementos que nos permiten organizarnos bien, como el milagro del internet y las redes sociales. Es importante estudiar la experiencia chilena, la checa, la polaca y, en particular, la experiencia de Solidaridad en Polonia.

Recuerdo en 1980 cuando estábamos rodeados y bombardeados por la ideología de la Revolución cubana, cuando de pronto irrumpieron los cubanos en el puerto de Mariel para escapar de Cuba (6). Ese mismo año nace el sindicato Solidaridad en Polonia (7). A pesar de que el gobierno polaco era probablemente más represivo y tenía una característica totalitaria más profunda que la que se vive ahora en Venezuela, lograron superar la adversidad.

El objetivo de la propaganda oficial en Venezuela y en otros países populistas es desanimar a aquellos que creemos en la democracia y la libertad. Mi mensaje es: no podemos permitirnos el desánimo ni un solo minuto. Debemos estudiar lo que sucedió en Solidaridad, en Checoslovaquia, en el año 77 (8), leer a Václav Havel, ver lo que sucedió en Chile y en el este. Yo estudié a Sájarov (9) en la URSS. En ese mundo, a mediados de los ochenta, escuché a mi amigo y maestro Octavio Paz decir: “Creo que la URSS ganó para siempre y las democracias están muertas”.

Jean-François Revel (10), el célebre pensador liberal, escribió ¿Cómo terminan las democracias? (11). En aquel entonces, yo no creía que eso fuera posible. De hecho, escribí un ensayo y un libro titulado Por una democracia sin adjetivos. Durante una entrevista con el filósofo polaco Kolakowsk(12), él me dijo que «la URSS está herida de muerte». En ese momento, no eran las democracias las que estaban muriendo, sino todo lo contrario: el sistema soviético estaba herido de muerte debido a su economía inviable y a la inminente caída de su dominación política.

No puedo ignorar los enormes sacrificios y el dolor gigantesco que está viviendo Venezuela, con su economía y producción petrolera destruidas, la creciente pobreza, la destrucción de tantas ideas y sueños y la aniquilación general del país, todo esto en medio de una pandemia y con un gobierno cuyas características prefiero no calificar. Sin embargo, no se pueden permitir perder el ánimo. Por eso, estoy aquí para recordarles que no deben perder la esperanza. Al decirles esto a ustedes, también me lo estoy diciendo a mí mismo.

Paola Bautista de Alemán: ¡Qué buena esta labor que cumple: llenarnos de ánimo y de esperanza! En el caso venezolano vemos unas intenciones muy concretas por parte del régimen de hacerse de la conciencia de los venezolanos y, a partir de esta intencionalidad, llenar su alma y espíritu de desánimo, haciendo que la persona le vea una pérdida de sentido a la lucha democrática e, incluso, a la vida misma.

Cosas como los procesos de emigración que nosotros estamos viviendo son completamente nuevos para Venezuela, éramos un país receptor, y esto responde a esa realidad. Yo lo escuchaba y me pregunto lo siguiente: dentro de los estudios que usted ha realizado y todo el bagaje cultural al que se ha referido, ¿cuáles antídotos culturales y antídotos existenciales pueden encontrar los venezolanos en este momento para cultivar la esperanza en un sentido profundo que anime a la resistencia y a la lucha política?

EKK: Ya les he dado alguna sugerencia de lectura porque en los libros está la historia y la experiencia y eso siempre inspira. Les hablé de Vaclav Havel y su libro El poder de los sin poder (2013). Pienso en dos inspiraciones. Una, si ustedes me permiten, que es la que yo he hablado hasta ahora: la de todos los luchadores disidentes del totalitarismo. Yo vengo de una familia judía de Europa del Este y, para mí, una inspiración permanente es la resistencia histórica del pueblo judío por dos mil años. Esa ha sido una resistencia importante. A pesar de los seis millones de muertos en la Segunda Guerra Mundial, ahí siguen. Por otro lado, quiero decirles que los que se desaniman son como quienes cancelan la vida. Es como una empresa que decide unilateralmente quebrar. Si un empresario decide unilateralmente quebrar, le está cerrando la puerta al futuro. Inclusive le está cerrando la puerta a algo que es muy importante en la vida: el azar. El azar ya lo sabía Maquiavelo, lo llamaba fortuna.

El azar es fundamental en la vida y en la historia. Si perdemos el ánimo perdemos, incluso, la oportunidad de abrirle la puerta al azar. El azar domina lo incierto y la incertidumbre y domina la historia, no siempre para mal. Entonces, confiemos que a veces el azar va estar de parte nuestra, pero ayudemoslo inspirándonos en ejemplos de pueblos y personas que han resistido a través de la historia, que se han levantado de las cenizas, también organicémonos. Para esto yo creo que es fundamental mandar mensajes a toda esa franja amplia de venezolanos que dudan. Incluso se deben mandar mensajes a aquellas personas que pertenecen o pertenecieron al gobierno en sus distintas etapas, para que entiendan la importancia que tiene que Venezuela vuelva a tener un orden democrático como el que soñó Rómulo Betancourt (13), Que estas personas se den cuenta de que no es necesario un régimen dictatorial y populista para que haya una mejor distribución del ingreso. Que no es necesario que para que haya más igualdad y mejores oportunidades económicas y sociales exista un caudillo en la presidencia.

Hay que persuadirlos con buena fe. Se logró en Chile. Yo visité Chile en 1979 y el papel de la Iglesia católica en Chile era fundamental para explicar a la población lo importante que es la libertad. Ni ustedes, ni yo, ni ninguna persona en el planeta Tierra tiene una de las libertades más preciadas: la libertad de movimiento. Yo no tengo la libertad para abrazar a mis nietos hoy, ni siquiera para verlos. ¿Es doloroso, verdad? Quiere decir que la libertad solo se aprecia cuando se pierde. Entonces, traten de transmitir a los no convencidos y a los que no están viendo este programa lo que significa la libertad. La libertad de hablar, la libertad de expresarse y la libertad de creer.

Expliquen el misterio de la libertad. Expliquen, por ejemplo, lo que decía Spinoza (14), un gran filósofo: La libertad es tan connatural al ser humano que ni uno puede ordenarse qué pensar o qué soñar. Los sueños son tan libres como el pensamiento. Y no puedo ordenarle a mi mente que piense algo que no piensa. Igual que no puedo ordenarles a mis sueños que vayan por un camino o por otro. La mente humana no es programable, la mente humana es libre. Apelen a esa libertad.

Yo creo que tienen que dar dos tipos de mensajes. Mensajes filosóficos sobre la libertad que lleguen al corazón. Incluso al corazón de los militares venezolanos que recuerdan a Bolívar como debe de recordarse, como un hombre que creía en la libertad. ¿Todo esto para qué? Para que se encauce a Venezuela en un orden democrático pleno con libertades.

¿Cómo se hace? Bueno, no tengo muchas recetas. Yo creo que ustedes lo están haciendo bien. Estudien cómo se organizaron los del 77. El grupo del 77, en Checoslovaquia, tenía que usar papel e imprimirlo en imprentas clandestinas y distribuirlo en hojas por debajo de los departamentos con riesgo de vida. Ahora tenemos el milagro de la pantalla, nuestros teléfonos y dispositivos. Lo que hace falta es creatividad de comunicación. Hay que crear mensajes positivos y constructivos. Que las personas en los barrios y lugares más pobres de Venezuela entiendan que no estamos culpando a A o a B, sino que la destrucción ha sido gigantesca y llega el momento de reconstruir.

JB: Al final, esta lucha que hemos llevado los venezolanos por tantos años tiene un ingrediente psicológico y anímico fundamental, He ahí donde está el daño antropológico.

EKK: Ahí no pueden. El alma es un santuario que ni pueden ni deben conquistar. Es el santuario de la libertad.

JB: Absolutamente: Quisiera pedirle el desarrollo de una caracterización que ha hecho, que me parece interesante.

Cuando usted explica lo que vela en Venezuela, intuitivamente hace míticos años, era una especie de cruce entre Fidel y Perón. Ellos encarnan ese populismo que usted ha estudiado tanto en América Latina. ¿Cómo valora usted el tema de la presencia cubana en Venezuela? Para nosotros, y para mí en lo particular, creo que es el gran elefante en el cuarto.

Es decir, ellos hábilmente siempre están detrás de la escena, pero son los que manejan el escenario para tener un dominio, desde Venezuela, a Nicaragua, a Bolivia y a movimientos que lo que buscan es destruir la libertad. En ese sentido, usted habla de las Fuerzas Armadas. Nuestra Fuerza Armada, si pudiera opinar libremente, rechazaría lo que está pasando en Venezuela, pero tiene una presencia de la inteligencia cubana en su interior.

Tenemos centenares de militares presos en este momento.Y creo que es el factor fundamental por el cual no ha terminado de darse un desenlace en Venezuela con todas las cosas que hemos logrado construir. Quisiera, si pudiera darnos, una opinión en ese sentido, Enrique.

EKK: Yo creo que ustedes conocen más el caso de lo que lo conozco yo. Desde lejos, lo que puedo decir es que la Revolución cubana fue una promesa de redención latinoamericana sumamente fuerte en su origen. Yo recuerdo que la Revolución enamoró a dos o tres generaciones de latinoamericanos, pero muy pronto se vio que aquel David enfrentado al Goliat de EE. UU. lo que hizo fue aliarse con el otro Goliat, el Goliat de la Unión Soviética. Cuba no solo dependió económicamente de ellos, sino que importó su sistema. Ese sistema, con variantes, sigue. Además, con mutaciones y aliados al populismo, está presente en Venezuela. Pero igual que me decían los checos y los polacos en los años 70 y 80, ese sistema no tiene ninguna viabilidad económica o material. Entonces, no se trata de esperar sentado, se trata de no desanimarse y seguir informando a los venezolanos. Sin ánimos de polarización, sin agresividad, esta presencia del Gobierno cubano en Venezuela.

Como dijo Julio Borges, incluso muchos militares venezolanos, estoy seguro, en su fuero interno lo piensan así. Yo creo que los cambios que ocurrirán en EE. UU. serán una demostración de un mundo distinto. Será un mundo muy golpeado, pero en ese momento Venezuela tiene que estar preparada para la transición democrática.

Vendrán cambios en EE. UU., y estos cambios implicarán una recomposición de la relación de todo Occidente. Yo creo que hay muchas oportunidades geopolíticas y que Cuba ya no podrá permanecer eternamente en la actitud que tiene. Aun en Cuba existen fuerzas internas que buscarán esa transición. Dirán ustedes que estoy siendo utopista, ¿pero por qué voy a ser un utopista aquí cuando vi lo que ocurrió en aquellos países?

Veamos el ejemplo de China. Si bien sigue el Partido Comunista chino, hoy China es una potencia capitalista. Entonces, negar que estas mutaciones existen es un gran error. Desanimarse es un gran error. Fíjense que también es importante recordar a Gandhi, por el gigante cambio que le impuso al Imperio inglés con su actitud de no violencia. Dirán ustedes: ¿qué clase de Gandhi podrá enfrentar al Sr. Maduro? Bueno, simplemente digo que es una combinación. Venezuela eligió sucesivamente a Hugo Chávez por muchas elecciones. El mejor antídoto que tiene Venezuela para el futuro contra la dictadura ha sido esta terrible experiencia que ha vivido, pero estoy seguro de que cuando llegue el momento de la transición, Venezuela, por 100 años, no va a volver a incurrir de nuevo en una violación contra la democracia. Escuchen bien lo que les digo, a veces la mejor escuela de la democracia es la dictadura. Vean ustedes lo que pasó con Alemania: para que Alemania vuelva a un régimen como el que tuvo con Hitler, pues faltan mil años.

PBA: Le tengo una pregunta que se refiere al orden mundial que estamos viendo actualmente: hay una capacidad de coordinación, de solidaridad autocrática, entre países como Rusia, China, Irán, Turquía y Cuba. Estos países operan para darles solidaridad y cauce a otras fuerzas y a otras dictaduras del mundo. Pareciera que estos mecanismos funcionan con más agilidad que la solidaridad democrática.

¿Qué cree usted que les hace falta a los modelos de democracia liberales para, por un lado, contener estas redes de solidaridad autocrática y, por otro, para operar con más agilidad cuando el riesgo del avance populista, dictatorial o incluso totalitario se ve en el horizonte como una amenaza concreta?

EKK: Lo primero que hay que decir es que está resistiendo la democracia. Resiste en Alemania, resiste en Francia, resiste en Europa y yo diría que hasta en Inglaterra, a su manera, y en España, a pesar de todo, resiste. Y va a resistir mucho más con el cambio que viene en EE. UU., porque ese país después de la experiencia Trump está entendiendo lo que significa que ellos también puedan perder la democracia. Yo confío en que EE. UU. no se suicide. Confío en los 200 años de democracia de EE. UU. Su democracia nació en 1776. Esto quiere decir que en 2026, si no calculo mal, se cumplirán 250 años de democracia. ¿Qué les parece esta profecía? La vicepresidenta Kamala Harris celebra los 250 años de salud democrática. EE. UU. de nuevo, con Europa, y con muchos países latinoamericanos lo vamos a ver, yo lo voy a ver, reaccionando frente al club de los totalitarios o de los autocráticos que usted menciona. Yo no soy tan pesimista. Yo creo que el cambio en EE. UU. va a arrastrar esto.

La experiencia de las pandemias en la historia es que terminan con saldos espantosos, pero terminan. Luego de que terminan, viene una especie de irrupción de creatividad y de vida. Es muy natural. Después de estar confinados tanto tiempo, imagínense el estallido de libertad. Bueno, venezolanos, preparen ese momento de libertad. Cuando recuperemos la libertad de caminar y de abrazarnos, aunque sea paulatina, va a haber que encauzar esa libertad. ¿Hacia dónde? Hacia las elecciones libres y limpias. Hacia la democracia. Que el pueblo venezolano exprese libremente su voluntad en las urnas.

Entonces, como pueden ver, si me quieren desanimar, pues está difícil. Yo no soy un optimista irredento o ingenuo, pero creo que hay elementos en el horizonte para no perder el ánimo, porque hay otra cosa, y no me quiero contradecir: perder el ánimo es como perder la vida y no nos podemos dar ese lujo suicida.

JB: En ese mismo ánimo me permito preguntarte lo siguiente: proyectando el hecho de que va a haber un cambio en Venezuela y proyectando que tenemos que prepararnos para la libertad, ¿cómo sería la vacuna que tiene que preparar Venezuela y la región para no retroceder de nuevo en temas como la narrativa populista, como lo es ese sueño buenista, ese sueño del hombre nuevo que termina siendo utópico, pero que detrás de él, detrás de ese maquillaje, está el totalitarismo, el comunismo, la destrucción de la conciencia y de la dignidad humana? ¿Cómo nos ayudaría a preparar una vacuna que nos permita no regresar a esta enfermedad?

EKK: La vacuna contra el populismo y el totalitarismo viene de la experiencia de tenerlos. Entonces, una vez que venga el momento de la libertad no va a ser tanto una cuestión de narrativas, sino de resultados, de eficacia, de convencer a la gente pobre. Que, por cierto, va a ser mucho más de lo que era en 1998 o en el 2010. Esa vacuna también viene de que los venezolanos estén allí para ayudarse unos a otros, de todos los esfuerzos que tengan que hacerse para recobrar la producción y de que Venezuela no solamente vuelva a ser un país que produzca petróleo, sino que impulse la producción ganadera y agrícola. Que los venezolanos van a tener solidaridad genuina y que van a poder confiar en que el gobierno va a poder ayudarlos y apoyarlos con un salario universal, por ejemplo. O inventando un modelo para que la gente pueda vivir mejor, aun cuando viva en condiciones muy precarias. Es decir, la lección fundamental es que hay que atender los problemas sociales.

Pero sí es cierto: hay que construir una narrativa. Para eso, los cineastas, los artistas, los intelectuales y los escritores tienen herramientas. Ahora, sobre todo, desde las artes hay que tratar de construir la narrativa de una Venezuela mejor. Crear productos que retraten la historia venezolana y sus mejores momentos, exaltar la riqueza del mestizaje venezolano y de los valores del país. Creo que habrá mucha creatividad para ello.

Yo no me preocupo tanto porque el populismo reincida en el año 2035 o 2027. Yo lo que creo es que cuando se recupere la libertad hay que tener gran conciencia social y un acuerdo nacional. Venezuela clama por un acuerdo nacional, digan lo que digan los gobernantes actuales.

En este sentido, quisiera sugerir tres obras cuyas perspectivas sobre la opresión y la lucha contra el totalitarismo han sido altamente valoradas por su rigor y profundidad analítica.

En primer lugar, Archipiélago Gulag (15) (1973), de Aleksandr Solzhenitsyn. Es una obra clásica en la que se aborda el complejo sistema carcelario soviético y sus efectos en la vida humana y social. En esta obra, el autor explora las diversas formas de opresión y violencia que caracterizaron al régimen soviético y presenta una crítica incisiva y documentada de la estructura del poder totalitario.

En segundo lugar, Esperanza contra esperanza (16) (2012), de Nadezhda Mandelshtam. Es un testimonio excepcional sobre la vida en la Unión Soviética que relata la historia de Osip Mandelshtam, un gran poeta ruso que fue perseguido y torturado por el régimen estalinista tras recitar un poema en contra del régimen. La autora, su esposa, narra en esta obra sus vivencias en los años de la represión y la resistencia, y ofrece una reflexión profunda sobre la naturaleza del totalitarismo y sus efectos en la vida humana.

Por último, El poder de los sin poder (17) (2013), de Václav Havel, es una obra que analiza las formas de resistencia y lucha contra el poder totalitario. En ella, Havel reflexiona sobre la capacidad de la sociedad civil para hacer frente a la opresión y la dominación, y propone una serie de estrategias y acciones colectivas para construir una sociedad más libre y democrática.

Les recomiendo también, si pueden encontrarlo, un libro de Octavio Paz que se llama El ogro filantrópico (18) (1979). En ese libro, Octavio Paz cuenta cómo se enamoró de la Unión Soviética, por muchas décadas, y cómo se decepcionó también de ella, de una manera muy profunda. Algo de esto cuento yo en mi libro Redentores (2011). En mi libro hablo mucho de estas experiencias a nivel latinoamericano, y destacó cómo Vargas Llosa se desencantó de la Revolución cubana y cómo García Márquez, desgraciadamente, siguió siendo fiel a Castro toda su vida.

Hay un libro más. Precioso libro. Se llama Retrato de familia con Fidel (19) (1981). Su autor es Carlos Franqui, quien murió hace no muchos años. Fue director de Radio Rebelde, el periódico de la Revolución. Su libro habla del revolucionario poeta que fue y que soñó una Cuba y una revolución muy distinta de la que fue.

Yo haría un llamado a los jóvenes escritores venezolanos: ¿dónde está el Solzhenitsyn? ¿Dónde está el Havel? ¿Dónde está el Franqui de Venezuela? Nos han quedado a deber. Llevan veinte años.

Es necesario recoger la historia, escribirla y distribuirla.

JB: Estamos llegando ya al final de este foro y una de las cosas que quiero rescatar es que ha sido una conversación profundamente humana e inspiradora. Una de las cosas que toda esta cantidad de protagonistas que hemos tenido han hecho es insistir mucho en que al final lo más importante es el testimonio. Ese testimonio que construye un liderazgo moral. Si no se tiene liderazgo moral es muy difícil vencer el totalitarismo.

En ese sentido, para nosotros ha sido un cierre, un broche de oro, el que nos has dado hoy. Todo apunta a que no nos perdamos en la reacción, en la confusión, en la mecánica política, sino que vayamos a la yugular, que es fortalecernos como sociedad y como país. Debemos aprovechar esa lucha permanente, con ese testimonio y esa fuerza moral.

EKK: Como historiador les digo lo siguiente: ningún dictador ha pasado a la historia. Napoleón pasó a la historia, pero no por dictador sino por militar, por conquistador, por llevar la libertad a muchos lugares de América, por su Código Napoleónico. Hitler pensó que pasaría a la historia por mil años y miren donde está. Stalin pensó lo mismo y miren donde está. Hasta Lenin y miren donde está.

Ningún dictador, por más que se rodee de un halo revolucionario que lo justifique ante sus fanáticos y sus seguidores, va a pasar a la historia. A la historia pasan los que dejan testimonio. A la historia pasan los defensores de la libertad. Venezuela y los venezolanos que creen en la libertad pasarán a la historia. No los dictadores. Nunca pierdan el ánimo.


  1. La novena sesión de Encuentros por Venezuela estuvo a cargo de Enrique Krauze Klein-bort. Se realizó el jueves 13 de agosto del 2020. Krauze (1947) es un intelectual mexicano, escritor, historiador y editor. Tiene una amplia producción bibliográfica y además ha producido programas y documentales sobre la historia de México.
  2. 2. Letras Libres es una revista cultural mexicana de periodicidad mensual en donde se comparten crónicas, reportajes, poemas, semblanzas, fotografias e ilustración.
  3. Vuelta es una revista intelectual fundada y dirigida por Octavio Paz en 1976. Letras Libres se considera heredera de esta
  4. Guillermo Sucre fue un poeta y crítico literario de origen venezolano.
  5. Expresidente de la República Checa (anteriormente Checoslovaquia), dramaturgo y escritor.
  6. El éxodo de Mariel fue un proceso migratorio masivo que ocurrió de Cuba hacia Estados Unidos. Se dio desde abril hasta octubre.
  7. El sindicato Solidaridad fue un movimiento de raices obreras y campesinas que luchaba por la independencia de las instituciones polacas. Luego se consolidó como un partido político que se oponía al régimen comunista.
  8. En 1977 se redactó la Carta del 77, un documento que le exigía al gobierno comunista de Checoslovaquia que cumpliera sus propias leyes, las cuales repetidamente violaba, y que respetara los derechos humanos consagrados en los Acuerdos de Helsinki. Es importante destacar que la población checoslovaca intentó sublevarse ante el Gobierno soviético en 1968 con la Primavera de Praga y, al fallar en el intento, el Gobierno se tornó mucho más férreo, por lo que solamente firmar este documento era un delito.
  9. Andréi Dmitrievich Sájarov fue un físico y activista de derechos humanos que fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz en el año 1975.
  10. Jean-François Revel fue un escritor, periodista y filósofo francés. Famoso por ser un polemista político y defender el liberalismo democrático.
  11. Revel. J.-E, Comment les démocraties finissent, 1983.
  12. Leszek Kolakonski fue un filósofo e historiador polaco, conocido por su crítica al marxismo.
  13. Rómulo Betancourt fue un importante político venezolano, comúnmente llamado por historiadores como el padre de la democracia en Venezuela, ya que su ideas a mediados del siglo xx en Venezuela y ocupó la presidencia después de la dictadora de Marcos Pérez Jimenez, comenzando, de esta forma, los cuarenta años de democracia civilista en Venezuela.
  14. Baruch Spinoza fue un aclamado filósofo holandés del siglo xvii de corriente racionalista y cartesiana.
  15. Archipillago Gulag es una obra que narra el horror y la deshumanización de los campos de concentración del comunismo soviético, desde 1918 hasta, aproximadamente, 1956. Pueden ubicarlo en: Solahenityn, A., Archipillago Gulag. Cuando falta algún nombre, se debe a un fallo de la memoria humana, Aurora Ebook, 2017, hips/boolos.google.com.mx/boods?hl=s8ir=&idulymBDwA.AQBA/&i=ind&pg=PT38dq= El+archipiC3%ASlago+Gulag
  16. Esperanza contra esperaras es una cora que narra la vida del poeta Osip Mandelshtam nacido en Varsovia en 1891, en plena Rusia revolucionaria. Fue perseguido por el estalinismo dada su pluma irreverente y vivió en carne propia el sistema de persecución y muerte del comunismo soviético. Esta historia también es un relato de amor y humanidad divulgado por quien fuera la compañera de vida de Mandelshtam
  17. El poder de los sin poder es una de las obras más importantes de Václav Havel (1936-2011), un ensayo que constituyó una referencia en cuanto a lucha por la libertad en los años setenta en los países del bloque comunista como Checoslovaquia, Polonia y otros países comunistas. Havel, V., El poder de los sin poder, Encuentro, 2013, https://books.google.com.mx/bookshl=es&Ir=&id=hZnCAQAAQBAJ&o1=fnd&pg=PA4&dq=I+poder+de+1os+que+no+tienen+poder+havel
  18. El ogro filantrópico es una obra de Octavio Paz que narra su amor y desamor con la Unión Soviética, así como la visión estatista que se apoderó del mundo durante el auge del comunismo. Paz, O., El ogro filantrópico, Cuadernos de Economía, 1998.
  19. 19 Retrato de familia con Fidel es una obra fundamental para entender las desviaciones del proceso político cubano. Carlos Franqui fue testigo de excepción de la Revolución cuba-na, estuvo al lado de Fidel Castro, conspiró y luchó para destronar la tiranía de Fulgencio Batista. Con el tiempo, el autor se percata de que las causas que lo llevaron a aquella insurrección fueron abandonadas y terminaron sustituyendo un autoritarismo por otro.

*Las transiciones de la democracia: entre la libertad y el autoritarismo. Editores: Julio Borges, Paola Bautista de Alemán y Juan Miguel Matheus. Prólogo: Larry Diamond. Edición de Estudios Políticos Forma. Bilingüe: español e inglés. Producción Editorial: Cyngular Asesoría 357, 2023.


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