Por RODRIGO FIGUEROA

I

Nos imaginamos a Doña Elenita, viendo desde la barandilla del buque que partía de la rada de La Guaira, cómo el Ávila desaparecía lentamente en el horizonte” (2)

Este pasaje que imagina Daniel Bendahan en su detallada biografía remite al día 20 de abril de 1878 en el cual zarpaba del puerto de La Guaira el vapor Vandalia de la Línea Hamburguesa-Americana (3) que tenía como destino final a la ciudad de Hamburgo, Alemania (4). Dicho barco de vapor, además de los cientos de bultos de café que llevaba en su bodega, transportaba a la familia Hahn Echenagucia junto a Reynaldo Hahn que apenas tenía 3 años de edad. La “Doña Elenita” mencionada en la cita es su madre Elena Echenagucia. Bendahan añade en su ejercicio especulativo lo siguiente: “Quizás en el fondo de su corazón pensó que, como tantas otras familias, algún día regresarían a la patria. ¡Venezuela perdía una de sus más ilustres familias, pero el mundo ganaba un gran compositor!”. El prolífico compositor Reynaldo Hahn nacido en Caracas el 9 de agosto 1874 partiría de Venezuela ese día y ni él ni sus padres regresarían de nuevo.

La vida de sus padres

La pareja Hahn Echenagucia comparte en sus respectivas biografías itinerarios de movilidad que los relacionan a diversos hitos geográficos.

María Helena Echenagucia Ellis, conocida como Elena Echenagucia, nació en Curazao en 1831. Su padre José Antonio de Echenagucia era oriundo de la Provincia de Vizcaya, se casa en Curazao con Elizabeth François Ellis, natural de esta isla, resultando de esta unión 8 hijos (5). Elena desde joven no solo hablaba holandés y español, sino también se dice que sabía inglés y alemán (6). A sus 17 años quedó huérfana de padre y madre. El día de su casamiento en 1853 estuvo acompañada por uno de sus hermanos mayores llamado Herman, que fue además padrino de su boda celebrada en la Catedral de La Guaira (7).

Carlos Hahn Dellevie nace en Hamburgo en 1822 en el seno de una familia judía no ortodoxa. Los Hahn eran originarios de los Países Bajos, aunque establecidos en Hamburgo desde finales del siglo XVIII (Bendahan). Carlos Hahn adquiere de su padre el conocimiento en los negocios y se establece en Venezuela desde 1848 (8), en donde se desempeña como exitoso comerciante y cumpliendo funciones de confianza en el gobierno de Antonio Guzmán Blanco. Relata Bendahan que entre sus principales aficiones estaba la jardinería y poseía profundos conocimientos de botánica siendo “uno de los primeros cultivadores de orquídeas, pues además de la famosa Flor de Mayo (Catleya Mosiae) (sic), tenía en su jardín numerosas especies procedentes de las serranías cercanas a la capital” (9).

En 1853, Carlos Hahn a sus 31 años de edad se bautiza como católico para casarse con Elena Echenagucia (que tenía 22 años), formando una familia de la cual se han documentado 13 hijos (10), siendo el último de ellos Reynaldo.

II

El inmigrado, el exiliado, el turista, el errante urbano son las figuras dominantes de la cultura contemporánea” (11).

En París, la carrera musical de Reynaldo Hahn prosperó velozmente y frecuentó desde muy joven los círculos más importantes del ambiente artístico e intelectual de esta ciudad que gozaba de una vigorosa actividad artística.

En una carta que escribe Carlos Hahn a Guzmán Blanco en 1887, el mismo mes de su nombramiento como cónsul general de Venezuela en Berlín, dice: “Reynaldo continúa haciendo buenos estudios en el Conservatorio de música y espero que hará honor a su patria” (12) ratificando a qué “patria” pertenecía Reynaldo Hahn.

Una década más tarde, el estar impedido de participar en el importante Premio de Roma, por no ser francés, le da pie a hablar públicamente sobre su condición de extranjero a propósito de la presentación de su ópera L’Ile du rêve (estrenada en 1898).

Unas palabras sobre mi condición —o no— de extranjero. Confieso que no tengo la culpa de haber nacido en Venezuela. Pasé nueve años en el Conservatorio, donde fui alumno de Massenet en particular.

En un momento dado me aconsejaron que me nacionalizara para poder participar en el Prix de Rome. Me parecía indecoroso entrar en combate con quienes, en virtud de su nacimiento, tenían derechos legítimos; querer aparecer disputándoles las ventajas que esos derechos les otorgaban me repugnaba” (13).

Reynaldo Hahn en esta ocasión, aunque no toma la decisión de renunciar a su nacionalidad venezolana para naturalizarse francés, deja ver en una carta a Édouard Risler hecha en pleno proceso de composición parte del conflicto personal que transitaba.

“(…) ¡tengo convulsiones morales!, (…) ¡me molesta desde hace tres años! Si fuera francés, si pudiera competir, no tendría ese deseo ardiente, porque me diría a mí mismo que todo lo que hace esa gente, yo podría hacerlo, ¡y más! Pero pensar que, aunque quisiera, no podría, me enfada mucho (…) Aun así, me he prometido algún consuelo personal, y para ello haré todo lo que pueda para que el tercer acto de L’Ile sea un éxito” (14)

Dicha carta ratifica el carácter “compensatorio” (15) que tuvo esta ópera para Reynaldo Hahn. Ya que decidió superar la desventaja que tenía como extranjero con su talento y aunque su obra suscitó elogios también hubo críticas por su nacionalidad por ser la Opera-Comique un género emblemático francés (16).

Naturalización

Con una carrera musical consolidada el 6 de diciembre de 1907, se emite desde Dirección de Asuntos Civiles y del Sello del Ministerio de Justicia un documento en el que se concede la naturalización de Reynaldo Hahn, ya que como dice Bendahan “Ahora su carrera había llegado a tal punto que la decisión era crucial para su vida futura”.

Su fervor por defender a la tierra que lo abrigaba lo impulsa a alistarse en la Primera Guerra e inclusive a indignarse por no ser llevado a las posiciones principales de ataque (posiblemente por ser un blanco fácil), alegando que gozaba de la vitalidad suficiente para hacerlo.

Otros declaran que si yo no fuera «judío» y estuviera protegido por los «judíos», hace tiempo que estaría en el frente. (…) otros dos o tres como yo tienen este privilegio, pero a ellos, como no son aptos para hacer campaña, no les importa. Hace tiempo que me declaré apto y me negué a presentarme ante comisiones médicas, pues gozo de excelente salud” (17).

 III

lo radicante toma la forma de una trayectoria, de un recorrido, de una marcha efectuada por un sujeto singular” (18).

La capacidad de adaptación del migrante, es el desarrollo de una conciencia sobre su identidad que lo habilita a tomar posición y sostenerse en una tensión dialéctica con la construcción simbólica que define a una nacionalidad y los estamentos legales y territoriales de los países que habitan (la nación en su contextura legal y territorial geográfica). Pugnar en esa dialéctica (que de fondo puede ser entre —individuo propio de— e —individuo ajeno de—) genera cualidades diferenciales en nuestra contemporaneidad, caracterizada por la movilidad en escala global.

Estableciendo una analogía con la botánica, Bourriaud recontextualiza de manera sugerente el concepto de radicante que alude a plantas que como las hiedras no tienen una raíz única, sino que la despliegan en diferentes direcciones según la superficie donde se encuentran.

El radicante se desarrolla en función del suelo que lo recibe, sigue sus circunvoluciones, se adapta a su superficie y a sus componentes geológicos: se traduce en los términos del espacio en que se encuentra. Por su significado a la vez dinámico y dialógico, el adjetivo radicante califica a ese sujeto contemporáneo atormentado entre la necesidad de un vínculo con su entorno y las fuerzas del desarraigo, entre la globalización y la singularidad, entre la identidad y el aprendizaje del Otro. Define al sujeto como un objeto de negociaciones” (19).

La orquídea, clasificada en el grupo de plantas epifitas (20), curiosamente flor nacional de Venezuela y que se dice que cultivó con esmero Carlos Hahn, es un ejemplo de un tipo de radicancia que deja al descubierto sus raíces y como ellas en su recorrido se adaptan con versatilidad al sustrato que se les asigna. De forma análoga la vida del migrante es el cúmulo de sucesivos anclajes contingentes, de desprendimientos y apropiaciones que solo en su articulación cobran sentido como totalidad.

A pesar de que hubo algunos que se resistieron a asociar a Reynaldo Hahn con la nacionalidad venezolana (21) y a pesar de que no compuso música con aires nacionales, ni volvió al país donde nació; tampoco fue un completo ajeno a Venezuela. Aparentemente en la casa de sus hermanas probaban comida venezolana, se dice que aun preservaba un español con acento caraqueño e hizo parte de los homenajes a Bolívar a propósito de su centenario. Creo que de manera más sutil y elocuente daba cuenta de un tipo de venezolanidad que aún estamos por comprender.

Bibliografía

MILANCA GUZMÁN, Mario. Reynaldo Hahn caraqueño: contribución a la biografía caraqueña de Reynaldo Hahn Echenagucia. Caracas. Academia nacional de la historia, 1989.

BENDAHAN, Daniel. Reynaldo Hahn: su vida y su obra. Caracas. Monte Avila Editores, 1979.

BOURRIAUD, Nicolas. Radicante. Buenos Aires. Adriana Hidalgo editora. 2009.

ETCHARRY, Stéphan. Reynaldo Hahn, compositeur au front: pour une poétique de l’apaisement. Études et documents. Reynaldo-han.net. 2014.

BLAY, Philippe. L‘Île du rêve de Reynaldo Hahn Contribution à l’étude de l’opéra français de l’époque fin-de-siècle. Tesis doctoral. Universidad François-Rabelais, Tours. Conservatorio nacional superior de musica y de danza, Paris. 1999.

Referencias

1 Milanca (1989) (p.216)

2 Bendahan (1979) (p.44)

3 Hamburg-Amerikanische Packetfahrt-Actien-Gesellschaft (HAPAG) conocida también en inglés como Hamburg America Line

4 Milanca (1989) (p.81)

5 Milanca (1989) (p.37)

6 Bendahan (1979) (p.32)

7 Milanca (1989) (p.38)

8 Milanca (1989) (p.69)

9 Bendahan (1979) (p.28)

10 Milanca (1979) (p.27)

11 Bourriaud (2009) (p.56)

12 Milanca (1989) (p.216)

13 Fragmento traducido del diario La Patrie. 24 de marzo de 1898. Consultado en https://gallica.bnf.fr

14 Blay (1999) (p. 65)

15 Blay (1999) (p.64)

16 Blay (1999) (p.475)

17 Etcharry (2014) (p.2)

18 Bourriaud (2009) (p.61)

19 Bourriaud (2009)  (p.57)

20 Planta que vive sobre otra planta (Del griego: epi, sobre, y pyton, planta)

21 Milanca (1989) (p.43)


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