En enero se cumplieron 160 años del fallecimiento de Agustin Codazzi

Por JUAN JOSÉ PÉREZ RANCEL

  1. Ciencia para la Civilización.

El pasado mes de enero se cumplieron 160 años de que Agustín Codazzi, a quien conocemos como geógrafo y autor del primer Atlas de Venezuela, falleciera en una aldea de la Sierra Nevada de Santa Marta. En realidad, Codazzi no era geógrafo de profesión: se había formado entre 1810 y 1815 como Sub-Oficial de Artillería montada, en la Escuela italiana de Artilleros de Pavía, en donde se capacitó en estrategia militar, fortificación, matemáticas, astronomía, cartografía, agrimensura, física, química y las aplicaciones prácticas de esas disciplinas. Cumplió esos estudios bajo el influjo de las Revoluciones Industrial, Científica y Agrícola que sucedían entre el ‘700 y el ‘800, y del auge de las exploraciones naturalistas, la botánica, la antropología y del liberalismo económico y político occidental.

2. Educación, Región y ciudadanía.

17 años tenía Codazzi cuando entró a aquella Escuela de Pavía, luego de haberse alistado en Boloña y de haber finalizado sus estudios en el importante Colegio Trisi de Lugo, su ciudad natal en la región de Romaña, entonces parte de los Estados Vaticanos. En ese Colegio se enseñaba con las tendencias pedagógicas y de jurisprudencia más avanzadas de Europa desde el ‘700, así como eran conocidas en esa Lugo mercantil las instituciones científicas activas en la cercana Boloña. En esta, sede de la Universidad más antigua de Europa, se habían fundado entre los siglos XVII y XVIII, el Jardín Botánico y el Instituto de las Ciencias, que contenía el Museo astronómico, el de arquitectura naval y de fortificaciones, así como el Museo antropológico y las colecciones de Historia Natural, geografía, cartografía, etnología, física y química, además de numerosos jardines de experimentación botánica y agronómica, públicos, privados y monásticos.

3. Contextos e influencias.

En Romaña, siendo parte de los Estados Pontificios, resonaba una amplia discusión filosófica y teológica, desde la radicación allí de los contestatarios sacerdotes jesuitas expulsados en el XVIII de España y América. Y entre ambos siglos fue foco de la agitación política encendida por la revolución francesa, que promovía la Unidad de la nación italiana, en alianza o no con el imperio napoleónico, y por medio de sociedades secretas perseguidas por las autoridades del Estado papal, como la Masonería y los carbonari. En esa región con tales influencias, se había intentado por siglos hacer productivo un difícil territorio formado por extensas planicies anegadizas y surcado por ríos desbordantes entre los Apeninos y la cuenca del Po. Desde comienzos del Ochocientos, Romaña vivió una general experimentación agronómica, pecuaria y comercial, que aprovechaba su condición como cruce de caminos entre el Adriático y el Tirreno. Los mencionados entornos científicos, económicos y físico-ambientales, plenaron la experiencia vital de Codazzi, hasta su enrolamiento en el ejército del Reino Itálico pro francés en 1810, bajo el cual recibiría su formación política y militar, en la etapa final del dominio napoleónico en Italia y Europa.

4. Soldado del Imperio francés.

Entre 1813 y 1815, Agostino Codazzi participó en importantes batallas de la Campaña francesa en Alemania, como soldado de caballería del Reino Itálico. Fue uno de los tres mil sobrevivientes de los veintiocho mil que formaron la División Italiana como parte de los ejércitos imperiales, frente a los de Prusia, Austria y sus aliados. En las batallas de Bautzen, Berlín, Borienbau, Torgau, Hanau, y en Leipzig en la histórica “Batalla de Las Naciones” (16-18/10/1813), participó el joven artillero, comandado eventualmente por Bonaparte, de cuyas manos recibió el honroso Anillo Napoleónico por su valor en combate. Así fue su primer encuentro con paisajes diferentes la Romaña, su primera experiencia en la logística de los viajes, la comprensión del espacio y el tiempo en las distancias, la orientación astronómica bajo la bóveda celeste, los factores geoestratégicos y el reconocimiento de las diversidades culturales.

5. Tierra o Guerra, entre “la espada y el arado”

Disuelto el Reino Itálico y el Imperio de Napoleón, Codazzi emprendió azarosos itinerarios por Italia, el Mediterráneo y Europa oriental, enfrentado al dilema nuevo para él de escoger “entre la espada y el arado”, disyuntiva vital que lo acompañará por siempre, entre recorrer o cultivar las tierras. Por ese dilema podemos entender que al darse de baja, ofreciese su intensa experiencia militar a disímiles ejércitos, desde el comandado por Lord William Bentinck entre Marsella, Génova y Nápoles por la Unidad Italiana con apoyo de Inglaterra, hasta el del Sultán de Turquía, o el ruso-polaco del Zar Alejandro, quien por entonces pasaba revista a sus tropas en Polonia. Rechazado, como todos los veteranos napoleónicos, Codazzi partió desde Varsovia hacia Ámsterdam, atendiendo el llamado de voluntarios para la colonia holandesa Batavia (actual Yakarta). Cuando llegó a Helder, puerto de Ámsterdam, comenzando 1817, esa expedición ya había salido, en cambio supo que podría sumarse a los cientos de migrantes que allí abordaban navíos para América del Norte, atendiendo el ofrecimiento de tierras que desde veinte años antes publicitaba Estados Unidos, invitando colonos que poblasen sus desconocidos territorios. El arado podría imponerse a la espada. Desde el puerto envió una carta de despedida a su padre, en la que resumió sus andanzas por Italia, el Mediterráneo, Constantinopla, el Mar Negro y Europa oriental, desde la disolución del Reino Itálico.

6. Modelar tierras y hombres.

También en Ámsterdam le informaron que en Estados Unidos reclutaban voluntarios para los ejércitos libertadores que luchaban contra el imperio español en el Sur del continente. Las historias −ya leyendas− que escuchaban sobre un genio militar que le recordaba a Napoleón, Simón Bolívar, impulsaron en Codazzi la decisión de partir de Helder para América en un velero con 250 personas en abril de 1817. Luego de una azarosa travesía de tres meses por el Atlántico Norte, la espada vencería al arado. Una caminata por Baltimore, luego de navegar frente a Boston y penetrar la bahía de Chesapeake, fue su primer encuentro con el continente americano. Y fue también su admiración, al constatar en aquel Nuevo Mundo cómo podían modelarse la naturaleza y las sociedades, cómo la actividad cultivadora, mercantil e industriosa dirigida por “hombres sabios” podía materializar la posible “riqueza de las naciones”. Allí conoció la posible libertad política, la separación Estado-Iglesia, la tolerancia religiosa, la igualdad ante las leyes, la educación teórica y práctica de los jóvenes, con la cual aquella recién fundada nación podía “producir todos los días nuevos descubrimientos e invenciones”. En Baltimore, Codazzi se alistó en el ejército Libertador venezolano como Teniente de Artillería, sumándose a los 150 tripulantes del navío América Libre, una de las naves de la escuadra recién comenzada a dirigir por Luis Brión, con financiamiento, entre otros, de comerciantes de Filadelfia, y coordinada por Pedro Gual y Lino de Clemente, por encargo de Bolívar.

7. Corsario de la Libertad.

El América Libre de la Armada Libertadora tomó rumbo a Galveston, Golfo de México, donde se reunió con la División Unión. Esta flotilla la comandaba Louis Aury, marino francés que había sido autorizado por el gobierno de México independiente −y luego por Bolívar y Gual− para ejecutar acciones corsarias, políticas y militares, entre el Golfo, las Antillas y las costas centro y suramericanas, en apoyo a la Armada. En las operaciones de esa División participó Codazzi como edecán de Aury y miembro de su Estado Mayor, junto con Louis Perú de la Croix y otros veteranos, entre quienes estaba Constante Ferrari, también jubilado del Reino Itálico y compañero de Agustín desde su pase por Constantinopla. Al mismo tiempo que la construcción o asedio de naves y fortificaciones, Codazzi fue enlace de las redes políticas tejidas por Pedro Gual y Cortés de Madariaga entre Los Cayos de Haití, Kingston, Cartagena, Bogotá y la base de operaciones corsarias en las islas de San Andrés y Providencia. La División Unión actuó desde 1818 dirigida políticamente por Madariaga bajo las banderas de las Repúblicas Unidas de Buenos Aires y Chile. Codazzi y Ferrari dirigieron la fortificación, construcción de muelles, caminos e infraestructura del archipiélago de San Andrés. Durante esos años, el Teniente Codazzi anotaba sus observaciones en un Diario de Viajes, que luego se convertirá en un manuscrito −conocido como Las Memorias (1825-1826)− con anotaciones, cartas y coordenadas de ubicación de los lugares donde estuvo.

8. Misiones políticas y militares y paso interoceánico.

Aquella práctica náutica y la teoría adquirida en Astronomía durante su formación militar, se fundieron en el joven oficial de 24-29 años con su intuición para la orientación geográfica. Así como se unieron con sus nociones cartográficas y de estrategia militar; con las historias de exploraciones americanas; con la disciplina y la mística política, para emprender las expediciones que lo llevarían a atravesar el Noroeste suramericano. Durante esas travesías con fines políticos, asimilaba el idioma, junto con la cultura y la naturaleza de los habitantes. Anotaba datos del clima, los ecosistemas, las utilidades de las plantas, la geología, la fauna, las etnias, etc. Igualmente, sus relaciones o encuentros con políticos y militares, incluidos Santander y Bolívar, maduraron su posición política ante su tiempo histórico. De este periodo es su espectacular travesía interoceánica, por la cual navegó sobre los ríos Atrato y Quibdó desde los Golfos del Darién y de Urabá en el Caribe, penetrando la región neogranadina del Chocó para bajar en la corriente del San Juan hasta el océano Pacífico, al Norte de Buenaventura. Así lo dibujó entusiasta en una de las cartas adjuntas al manuscrito de Las Memorias, adoptando esa sugerente hipótesis, conocida por los habitantes del Chocó y del Cauca, sobre la comunicación entre los océanos por vía fluvial.

9. Regreso a Italia.

La muerte accidental de Aury en 1822 ocurrió después de la suspensión por Bolívar de la actividad corsaria como recurso financiero de la emancipación. La División Unión fue disuelta y sus miembros licenciados y retribuidos, mientras que Codazzi y otro oficial fueron nombrados albaceas testamentarios de Aury, encargados de llevar sus posesiones a su familia en Francia. Por esa vía Codazzi y Ferrari regresaron a Italia, e invirtieron en Romaña el capital reunido, al comprar en abril de 1823 las 180 hectáreas de la hacienda Villa Serrallo, cerca de Lugo, para destinarla a cultivar el cáñamo y la  morera está empleada para reproducir el gusano de seda. Allí Codazzi enlaza su vocación como modelador del espacio y la naturaleza, con el conocimiento empírico de la producción agrícola y su formación autodidacta en los principios de la economía liberal: el arado en revancha con la espada. Las vías de acceso, internas y perimetrales, los establos y almacenes, los sembradíos y el edificio patronal pre existentes fueron refaccionados por Agustín. Especialmente el conocido en esos años como “Palacio Codazzi” fue reformado para albergar a su familia y la de Ferrari. En las paredes del salón superior, Codazzi hizo pintar escenas de sus expediciones y acciones militares caribeñas, que complementaron la veracidad de las Memorias allí manuscritas.

10. Suspensión de la “vida patriarcal” y regreso a América.

El contexto científico y agronómico romañolo favorecía la empresa de la hacienda, pero el contexto político lo truncó, cuando Codazzi cayó bajo la vigilancia de la policía del Estado pontificio, que no dudaba en perseguir, condenar, castigar o ejecutar a cualquier sospechoso de pertenecer a grupos políticos partidarios de la Unidad italiana, como los ex miembros del Reino Itálico. La vigilancia y las citaciones a Codazzi representaron mayor peligro para su vida que los riesgos vividos en el Caribe, por lo que fueron oportunas las noticias que llegaron durante 1825 a Villa Serrallo, de la convocatoria de un Congreso a realizarse en Panamá en junio de 1826, con el fin de confederar las naciones por cuya independencia y Unidad había luchado Codazzi en América: el Congreso Anfictiónico convocado por Bolívar el 7/12/1824 y organizado por Pedro Gual. Un atractivo adicional tenía el Congreso del istmo: favorecería el comercio con el mundo mediante el canal interoceánico. Santander auspiciaba a sectores inversionistas que buscaban la apertura del canal con el respaldo del gobierno de la Gran Colombia, pero Bolívar no compartía tal asociación de lo público con lo privado. En cambio, conociendo los escritos de Humboldt en los que recomendaba la opción del canal entre Colón y Panamá, comisionó en 1827 al ingeniero inglés, Jhon A. Lloyd, para que definiese la trayectoria, fuese para un canal o para un ferrocarril. Codazzi había regresado en mayo del año ‘26 a Colombia −de la cual formaba parte el istmo de Panamá−, entrando por Cartagena, probablemente buscando aportar a la realización de aquella obra de la que pocos años antes había constatado sus posibilidades.

11. Comienzo de la obra geográfica en Venezuela.

Desde Cartagena, Codazzi acompañó a Lino de Clemente hasta Bogotá, en donde con Santander recibieron en diciembre a Bolívar, quien venía con el Ejército Libertador desde Perú rumbo a Caracas. Hacia esta ciudad partió el Ejército en enero de 1827, con Codazzi ya aceptado entre sus filas, dirigiéndose previamente a Maracaibo. Al comenzar 1827 Bolívar nombró a Codazzi Primer Comandante de Artillería y Comandante de las Fortificaciones del Zulia, incorporándolo al Ejército Libertador por sus méritos desde 1818 y le concedió la Orden de los Libertadores. Al mismo tiempo dio instrucciones al Jefe militar del Departamento del Zulia, de que se trazase el Plan de Defensa, ante una probable invasión de la aún activa flota española. Entre 1827 y 1830 dirigió Codazzi desde Maracaibo la fortificación y defensa de las 2.780 leguas cuadradas del Departamento del Zulia, desde las montañas merideñas al Sur del lago hasta el Golfo de Venezuela, y entre la cuenca del Lago y Valledupar al oeste de Perijá. Como resultado surgió no solo el plano de la ciudad-puerto artillada y el Plan de Defensa, sino la única cartografía detallada de una región de la Colombia confederada, primer mapa de una provincia de Venezuela independiente. El Congreso constituyente de esta se reunió en Valencia de mayo a octubre de 1830 y ante él presentó Codazzi el resultado de sus relevamientos, proponiendo que igual relevamiento para las demás provincias. Ello fue aceptado mediante el Decreto (13/10/1830) de formación de la Comisión Corográfica que se encargaría de las expediciones, mensuras, mapa general y cartas provinciales; datos físicos, de comunicaciones, infraestructura y defensa; delimitaciones políticas; estadísticas fiscales, demográficas, de recursos naturales, de producción y comercio; e informes prospectivos nacionales y de las 13 provincias. Todo bajo la dirección de nuestro ítalo-venezolano, nombrado Jefe de Estado Mayor por el mismo Congreso, y quien así comenzó la primera Geografía de una nación suramericana, que sería la más importante obra científica venezolana durante casi todo el siglo XIX, vigente durante más de 100 años y que definió la silueta nacional hasta el presente.

12. Mapa, Atlas e Historia de Venezuela.

A finales de 1838, finalizaron las expediciones corográficas y en la casa de Codazzi en Valencia comenzó el trazado final de las cartas originales hasta 1839, cuando Codazzi elaboró un prospecto del proyecto editorial para buscar suscriptores y financiamiento público y privado para la impresión en los talleres de París a escoger. A la edición se añadió un Mapa general del país y los datos históricos, que en un principio debían ir en párrafos marginales a las cartas, convirtiéndose en tres volúmenes adicionales redactados principalmente por el Capitán de artilleros Rafael María Baralt. A mediados de 1840 partió de La Guaira la Comisión, con los manuscritos originales y las cartas terminadas, para finalizar las demás en la casa-taller habilitada en París, en la cual recibían las visitas, entre otros, del septuagenario Barón de Humboldt, entusiasmado por ver materializarse sus previsiones y recomendaciones de cuarenta años antes. Los doce volúmenes de manuscritos resultantes contenían las estadísticas físicas, demográficas y de recursos de los Cantones o distritos provinciales; las conclusiones sobre la botánica y los tipos de agricultura posibles para el país; la red de caminos existentes y de canales, navegación fluvial y ferrocarriles propuestos para el territorio, entonces de 1.250.000 m2; los paisajes y sitios naturales notables, etc. Debido a los costos, Codazzi debió reducir a tres volúmenes las páginas de datos y conclusiones manuscritas, titulándolas Resumen de la Geografía de Venezuela, y encabezó el Atlas con los Informes del Secretario de la Sociedad Geográfica de París, Sabine Berthelot, primero en revisar los originales y recién designado Agente Especial en Europa para la Inmigración, y de Jean Baptiste Boussingault, quien había sido comisionado por la Academia de Ciencias de Francia por recomendación de Humboldt para la evaluación científica de la obra. Durante ocho meses imprimieron y para agosto de 1841 ya circulaban en Caracas los ejemplares. Los elogios científicos a la obra culminaron con el reconocimiento de su valor por la Royal Geographic Society y el otorgamiento a Codazzi en 1842 de la Orden de la Legión de Honor, por parte del rey Luis Felipe de Francia.

13. París fue el escenario de tres encargos cumplidos casi simultáneamente por Codazzi. El primero fue el de la impresión de la obra corográfica. El segundo fue el de organizar la empresa pobladora vislumbrada repetidamente a lo largo de esa obra y conversada con Humboldt durante sus tertulias en París, convirtiendo la idea en una sociedad privada apoyada en las recientes leyes migratorias venezolanas especialmente la nueva, promulgada en 1840. Patrocinantes de esta empresa fueron dos de los fiadores de la publicación del Atlas: Martín Tovar Ponte y Manuel Felipe Tovar. El primero de ellos dueño de los terrenos hacia las sierras occidentales de Caracas y el segundo Secretario de la Comisión de Inmigración fundada en 1841 por el Congreso, en donde él mismo era diputado. Más allá de las ideas sugeridas en el Resumen de la Geografía, para fundar colonias en las montañas de todo el Norte de Venezuela y en Guayana, la propuesta inicial de Codazzi era la de fundar once colonias en esas montañas al Occidente de Caracas con inmigrantes europeos, enlazada cada una con un muelle frente al mar Caribe. Los terrenos para las Colonias fueron explorados dos meses después del regreso de Codazzi en julio de 1841, elaborando su primera cartografía de ubicación. Durante 1842, se organizó entre Francia y Alemania el traslado de las herramientas y equipos agrícolas y de los futuros colonos, la mayoría de los cuales se reclutaron en las poblaciones de la región del Baden alemán, en donde la familia de uno de los litógrafos del Atlas, Alexander Benitz, tenía fincas cuyos campesinos sufrían constantemente la pérdida de sus cosechas. Benitz se convirtió en socio de Codazzi en la empresa y con 392 agricultores, artesanos y sus familias, atravesaron desde Alemania el territorio de Luxemburgo y Francia hasta Le Havre, entre diciembre de 1842 y enero de 1843, para emigrar al norte de Suramérica y fundar en sus serranías la Colonia agrícola con el nombre de Tovar. Luego de desembarcar en Choroní, 378 inmigrantes sobrevivientes caminaron hasta Maracay y La Victoria, desde donde subieron las montañas hasta llegar el 8 de abril de 1843 al sitio en donde fundarían el primer poblado. El tercer encargo cumplido por Codazzi en esa etapa parisina, fue el de diseñar el traslado a Caracas de los restos de Simón Bolívar desde Santa Marta. Con ese fin contrató a los pintores que habían diseñado en 1840 el traslado de los restos de Napoleón desde Santa Elena a París, y diseñó con ellos las decoraciones urbanas y arquitectónicas con las que Caracas y el templo de San Francisco se vistieron de pompas fúnebres para un apoteósico homenaje póstumo a Bolívar, el 17 de diciembre de 1842.

14. Gobernador de Barinas.

La permanencia de Codazzi en la Colonia Tovar se vio interrumpida por su designación en diciembre de 1845 como Gobernador de la provincia de Barinas. Durante 1846 y 1847, Codazzi recorrió de nuevo los Cantones provinciales, que entonces incluían porciones de los actuales Estados Portuguesa, Trujillo y Apure. Sus estadísticas de Barinas para la Geografía fueron actualizadas, profundizando los diagnósticos de la producción agropecuaria y el comercio y bosquejando canalizaciones y comunicaciones fluviales y terrestres para un territorio que le era doblemente familiar: está surcado por numerosos ríos que bajan de la cordillera andina, desbordándose por las lluvias y anegando las tierras hasta alcanzar el Apure: un territorio como el de Romaña. Las propuestas del Gobernador incluyeron las ferrovías con el Noroccidente del país; la navegación fluvial interurbana sobre el Santo Domingo hacia Occidente y sobre el Apure y el Orinoco hacia el Atlántico; la propuesta de la carretera Barinas-San Cristóbal; la construcción personalmente de la nueva carretera hacia Mérida y la previsión de numerosos muelles fluviales y canalizaciones entre ríos y ciudades secundarias. Imaginó que el embarcadero de Puerto Nutrias podría convertirse en un gran puerto fluvial sobre ambas márgenes del Apure, para ser el centro del comercio entre Los Andes y el Atlántico, integrando las incomunicadas Provincias mediante los dos grandes ríos venezolanos, enlazados por una red de carreteras, canales y caminos. Todo ello sumado a la renovación administrativa del gobierno provincial, la refacción de los edificios públicos principales y la persecución del abigeato que entonces azotaba las llanuras venezolanas. En febrero de 1848, después de la invasión del Congreso en Caracas por las turbas monaguistas, Codazzi renunció a la Gobernación, obstaculizada durante 1847 por el nombramiento de Monagas como Presidente y por la oposición del Partido Liberal, que en Barinas instigó los intentos de asesinarlo. Así culminaron los veinte años de Codazzi en su segunda Patria.

15. La Comisión Corográfica de la Nueva Granada.

Después de apoyar militarmente los intentos de Páez de enfrentar a Monagas, Codazzi aceptó las propuestas recibidas por Manuel Ancízar y Joaquín Acosta, para radicarse en la Nueva Granada a dirigir su Comisión Corográfica, decretada por el Congreso desde 1839. El 3 de julio de 1948 el Presidente Tomás Mosquera le asignó, en ausencia, el cargo como Profesor del Colegio Militar y a su llegada a Bogotá en enero ‘49, el de Director del mismo, el cual enseguida Codazzi reorganizó para formar ingenieros civiles, además de militares. Ese año relevó con los estudiantes la más precisa cartografía que se hubiese realizado de la capital. El 22/12/1948 el gobierno neogranadino había decretado la fundación de un Instituto, homónimo y en homenaje a Francisco José de Caldas, entre cuyos objetivos estaba el “Fomento, mejoras materiales, Inmigración, Estadística y vías de Comunicación”. Ese decreto y la organización del Instituto estuvieron a cargo de Manuel Ancízar, quien durante todo el ‘49, colaboró con Codazzi en el proyecto de la Comisión Corográfica, exactamente para los mismos fines que el Instituto, y elaboró con base en mapas anteriores, el Mapa síntesis del país que comenzaría a recorrer el 3 de enero de 1850. Los itinerarios de la Comisión se enmarcaron en la ubicación interoceánica del país, particularidad geográfica expresada desde 1830 en el escudo de la nación. Durante ocho viajes en nueve años, la Comisión produjo el Atlas con 52 mapas y los textos descriptivos, además de explorar detalladamente la Provincia ístmica de Panamá para chequear en sitio las hipótesis conocidas de comunicación entre océanos. En el Informe enviado por Codazzi al Congreso sobre sus exploraciones en el Istmo durante 1854, determinó para la posteridad la opción Panamá-Chagres-Colón como la más indicada para la apertura del Canal. Esta opción había sido adoptada desde 1850 por los ingenieros de Estados Unidos que construían entonces el ferrocarril, sobre el cual hizo Codazzi parte de su recorrido transístmico, inaugurado el 27/01/1855. Esa línea fue adoptada por los ingenieros franceses dirigidos por F. Lesseps, que habían abierto el Canal de Suéz, quienes recibieron del gobierno las copias de la cartografía elaborada por Codazzi. Y la misma opción siguieron los estadounidenses desde 1902, para inaugurar en 1914 el tan ansiado Canal, separando la provincia ístmica de la neogranadina República colombiana. Después de 1854 Codazzi continuó hasta 1859 las expediciones de la Comisión, la última de las cuales quedó inconclusa en la Sierra Nevada de Santa Marta, en cuyas faldas fue derrotado definitivamente el 7 de febrero de ese año, esa vez por una de las fiebres tropicales que lo habían asediado durante sus exploraciones americanas. La obra corográfica fue continuada por sus ayudantes y sucesores, durante el resto del siglo. El Instituto Geográfico de Colombia lleva su nombre, como uno de los homenajes posibles.

*Juan José Pérez Rancel es arquitecto, doctor en Historia de la Arquitectura y del Urbanismo (Italia) y profesor en la Universidad Central de Venezuela. Entre los galardones con que ha sido reconocido están el Premio Carlos Raúl Villanueva (2000) y el Premio FONACIT (2005).


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