Definitivamente, el país jamás saldrá del marasmo político en el cual se encuentra, motorizado por un régimen que no solamente lo ha destruido en lo económico y social, sino porque hizo de las instituciones una basura administrativa y de justicia, y todo ello secundado por una “oposición” que en vez de comprender que el auténtico adversario de los venezolanos está en Miraflores, termina devorándose a sí misma, entre ellos cual caníbales políticos, originando un asesinato de la República en todas sus dimensiones y estructuras de vida.

En tal sentido, esa dirigencia opositora que vemos en los autodenominados grupos del G-4 y “alianza democrática” han evadido por todas las formas posibles realizar elecciones primarias para que sea precisamente el pueblo y sus seguidores, quienes determinen las eventuales candidaturas de unidad en cada estado y municipio, pero, lamentablemente, lo que han hecho ambos grupos es servir de contraparte divisora en beneficio del madurismo.

Por ejemplo, cómo entender si existen 4 gobernaciones en manos de la oposición, tales candidaturas que deberían recibir el respaldo absoluto de los partidos políticos que dicen ser “adversos” al gobierno, por el contrario, se llega incluso al extremo de que haya declaraciones de otros dizque “opositores” que aseguran que luchan contra estos, tal como lo hemos visto en los estados Táchira y Nueva Esparta.

En la misma medida ocurre con las alcaldías, en las cuales si algo abunda son “candidatos” de oposición, que en muchos casos no tienen ni la mínima oportunidad de figuración política, y, aun así, se atreven a presentarse ante un electorado harto y desquiciado por tan pésima dirigencia, lo cual, en vez de estimular el voto, genera el efecto contrario, o sea, la abstención.

Lo insólito de todo esto es que ya algunos que forman parte de estas comparsas de división y autodestrucción de la oposición afirman que el 22 de noviembre piensan salir con su cara muy lavada, los que hoy yacen encontrados entre sí, a decirnos que desde ese día –cuando supongamos todos queden arrasados por el madurismo– “pasarán la página por la unión de los venezolanos” y ver hacia el futuro como un “solo grupo político” ¡Pues, no! Esta oposición, que todavía tiene unos días para comprender que estas elecciones no son una simple distribución de gobernaciones y alcaldías, sino una máxima para demostrar al mundo que el madurismo es minoría y, ampliamente rechazada por un país, razón por la cual, si no logran establecer la unidad perfecta que exigen los electores cansados y agotados entre un ir y venir de retórica e inacción política, también debe quedar claro para esos mismos electores que esta oposición habrá cavado su última tumba, y en consecuencia, estaremos obligados a deconstruir un nuevo camino, con nuevos actores y protagonistas en donde sea la variable inductiva de opiniones y planteamientos políticos, económicos y sociales, sea convertida en una gran referencia deductiva, donde ambas marquen y señalen el rumbo en lo sucesivo para desmontar de una vez y para siempre la bazofia madurista que nos ha llevado a este nivel de postración humana.

La oposición está obligada a ganar estas elecciones regionales, y tiene cómo hacerlo si coloca de un lado sus pretensiones particulares sobre el interés colectivo del país que solo quiere ver terminada esta pesadilla. No obstante, lo que se percibe en cada una de sus acciones son arrogancia, prepotencia, egolatría, e incluso llegan al punto de “invocar a Dios” en sus espacios de división, lo que además genera cinismo e hipocresía en cada una de sus palabras.

El país agoniza en todos sus niveles de jerarquía institucional y social. Aquí se ha llegado al extremo de ver a militares que son golpeados por delincuentes, quienes a su vez obligan a los primeros para que confiesen sus delitos contra la población, y todo ello mientras un viaje por tierra de Caracas a San Cristóbal o viceversa que debería durar unas 12 horas, se ha extendido hasta las 24 horas por las innumerables “alcabalas” que existen a lo largo del trayecto, y en las cuales si algo se testifica es la llamada “matraca” en contra del ciudadano como efecto de un régimen militar y civil que está podrido en  todos sus componentes éticos y morales.

El 21 de noviembre será la última oportunidad de esta oposición para reivindicarse ante el país. Caso contrario, pueden estar seguros que el pueblo en un contexto distinto de política orientada por la libertad y la recuperación de Venezuela, los va a relevar de tales posiciones, porque no permitiremos que finalmente el país termine asesinado por las huestes maduristas y de los fracasados políticos en estas dos décadas. Ya no hay más tiempo para esta oposición.


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