Para entenderlo mejor: socavar  (excavar algo por debajo, dejándolo en falso. Debilitar, minar, destruir ); impunidad (falta de castigo por delinquir, o por delitos cometidos, evasión, escape); violación (abuso, atentado contra las libertades, terrorismo de Estado, genocidio); instar (pedir con insistencia que se haga algo o urgir la pronta ejecución de una cosa. Obligar mediante la fuerza o la autoridad a que se haga algo con rapidez ).

Vuelvo al tema y lo hago por enésima vez por una razón muy simple: para que no se me acuse de cobardía, en mi tarea periodística, por olvidar, dar vuelta la cara, lavarme las manos o perder por cansancio.

Otra vez las Naciones Unidas han condenado al régimen dictatorial de Nicolás Maduro por socavar el sistema judicial de Venezuela, por favorecer la  impunidad y por la continua y persistente violación de los derechos humanos.

¿Y?

La alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos denuncia en informe conocido en las últimas horas el atentado permanente del régimen contra la independencia judicial (jueces y fiscales “transitorios”, falta de garantías, transparencia, imparcialidad y accesibilidad y eficacia, además de “interferencia política”). Se añade que las “víctimas de violaciones de los derechos humanos enfrentan grandes obstáculos para acceder a la justicia, lo que redunda en su revictimización”.

En el informe se insta al régimen a realizar una reforma de la justicia dándole total independencia y a que ponga en marcha “investigaciones prontas, exhaustivas, independientes, imparciales y transparentes sobre las alegaciones de violaciones de los derechos humanos, incluyendo la privación de la vida, la desaparición forzada, la tortura, la violencia sexual y la violencia de género, en las que se involucran elementos de las fuerzas de seguridad, (y) lleve a los perpetradores ante la justicia y garantice una reparación adecuada a las víctimas”. Por último, lo  insta al cese “inmediato” de cualquier “intimidación, amenazas y represalias por miembros de fuerzas de seguridad en contra de familiares de las víctimas que buscan justicia”.

¿Y?

¿Qué van a hacer las Naciones Unidas? Se sabe que estas sirven de muy poco y sobre todo cuando los temas son serios e importantes. Solo sirven para albergar la mayor y más cara burocracia del mundo y no van más allá de declaraciones “pour la galerie”, para cumplir y cubrirse. Así es en los hechos y ello queda certificado por el accionar del Comité de Derechos Humanos, el que a lo largo de la historia solo es efectivo para la protección de las naciones y las dictaduras que han violado y que violan esos derechos y libertades sin ningún tipo de freno y escrúpulos. Lo que hace Maduro.

Y el dictador hasta se divierte y sube la apuesta. Ahora llama a elecciones legislativas y pone una Corte Electoral títere e interviene los partidos opositores. Pretende quitarle legitimidad a la actual Asamblea  Legislativa y al presidente interino Juan Guaidó.

¿Qué van a hacer las naciones democráticas libres?; ¿van a expeler un gran suspiro y decir  “ y bue…, ahora hay otra asamblea electa”? ¿Van a tomar ese camino o se comportarán dignamente y en la medida que han condenado esta farsa electoral no aceptarán la maniobra de Maduro, y continuarán reconociendo a Guaidó y a la actual Asamblea, hasta que efectivamente acabe el actual régimen militar y se hagan elecciones libres y democráticas? Es lo menos que podrían hacer.

De la ONU y sus “instan” poco se puede esperar. Si efectivamente cumple con su reclamo debería “obligar mediante la fuerza o la autoridad a que se haga algo con rapidez”. La ONU tiene facultades (y la obligación) para actuar y terminar con el sufrimiento de los venezolanos, deslegitimizar al gobierno y con ello a todos los pactos y acuerdos que se hagan con las conocidas naciones “cuervos” que se están quedando con las riquezas y patrimonio de Venezuela. Es la vez, y fundamentalmente, la forma para evitar situaciones peores, más tristes e indeseables que, como lo dice la historia, se transforman en ineludibles.

¿Qué va a esperar? ¿A llevar a Maduro, Diosdado Cabello, Padrón y a los generales a un tribunal Internacional? Hacerles un juicio de Nuremberg “post mortem”, incluyendo a Chávez. ¡Vamos!

La ONU ya no puede esperar más información. Lo tiene todo y si necesita algo más que se lo pida a la OEA o a las decenas de organizaciones de defensa de las libertades que han denunciado lo que ocurre en Venezuela.

La impunidad de la ONU no puede ser infinita. Tampoco.


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