registro electoral
Foto: Archivo

En la presente entrega deseo tratar un tema de gran trascendencia: la defensa del sistema de voto manual y la necesidad de apoyar a María Corina Machado en estos momentos cruciales. A lo largo de este artículo, expondré mis argumentos sobre la importancia de mantener una mirada crítica hacia los sistemas automatizados utilizados en el proceso electoral y destacaré la relevancia de respaldar a una líder que ha demostrado su firme compromiso con la democracia en nuestro país.

Permítanme comenzar enfatizando mi convicción en este asunto. Es necesario abordar con prudencia el sistema automatizado electrónico del CNE. Estoy completamente persuadido de que el CNE manipula nuestros datos y los utiliza como parte integral de un conjunto de acciones que tienen como propósito llevar a cabo una estafa electrónica y un descarado robo de las elecciones.

Mi historia personal tiene raíces en una profunda conexión con las tecnologías desde una edad temprana. Durante mi período como diputado en la Asamblea Legislativa del estado Miranda, me dediqué a promover un sistema moderno de transporte ferroviario desde Guatire hasta Caracas. Creo que existen registros de esta gestión en las actas de la secretaría. Además, mi participación en la creación del sistema de transporte estudiantil Sitranes  en Guarenas, cuando Aníbal Cardozo ocupaba el cargo de alcalde, despertó mi interés en el uso de sistemas como modelos de gestión. Es precisamente en este contexto que identifico similitudes con el CNE, un sistema de gestión eficiente, aunque utilizado para fines innobles: favorecer al régimen de Maduro y sostenerlo en el poder.

Para complementar mi trayectoria en el campo de la tecnología, posteriormente me desempeñé como asesor de la Comisión de Ciencia y Tecnología en el extinto parlamento. Luego, ocupé el cargo de director ejecutivo de la Cumbre Nacional sobre Transferencia Tecnológica. Más adelante, asumí la posición de jefe de Gobierno Electrónico en la Alcaldía Mayor de Caracas y luego presidí la Fundación para la Promoción de las Pequeñas y Medianas Empresas de Tecnologías de la Información y Comunicaciones, Propymettic. Desde esta institución, tuve la responsabilidad de organizar diversos eventos tecnológicos, en los cuales contamos con el respaldo de empresas como Movistar, Cantv, PDVSA, Digitel, Microsoft, Intel, y, por supuesto, el apoyo continuo de El Nacional. Mi cargo más reciente antes de dejar Venezuela fue como funcionario de apoyo profesional en tecnología en la Asamblea Nacional en 2015.

Si bien admiro los procesos automatizados, anhelo que Venezuela pueda disfrutar de una plataforma de voto electrónico confiable. Sin embargo, en la actualidad, esto es una meta inalcanzable debido a la manipulación de datos que prevalece. Los chavistas maduristas han demostrado su destreza en tecnología, utilizando fraudes electrónicos y estrategias que abarcan desde tácticas manuales, como la intimidación, hasta el uso de mensajes de texto, correos electrónicos y otras formas de comunicación electrónica para mantenerse en el poder.

Uno de los objetivos del régimen es fomentar la abstención electoral, lo que les brinda la oportunidad de llenar el vacío dejado por los abstencionistas y aplicar algoritmos para manipular ubicaciones, datos y votantes. Además, la intimidación se manifiesta de múltiples formas, especialmente a través de operaciones simultáneas con controles biométricos. Estos controles son utilizados para otorgar acceso a los venezolanos a beneficios como las bolsas CLAP, servicios médicos, pagos y ayudas gubernamentales. El régimen no solo advierte a la población que puede privarlos de estos beneficios, sino que también deja claro que sabe por quién votan.

Un ejemplo de esto es la experiencia en la lista Tascón: el régimen de Chávez expulsó a millones de funcionarios que figuraban en listas de firmantes solicitando su renuncia. Esto evidenció la capacidad del régimen de Maduro para utilizar datos privados con fines políticos, lo que incrementa el temor entre la población ante la posibilidad de que se revele su voto y las consecuencias que esto podría acarrear. A pesar de los esfuerzos por asegurar que el voto sea secreto, el régimen ha impulsado la propagación de rumores sobre a quién apoyan los electores.

La realidad es que el control electrónico sobre los ciudadanos en Venezuela es absoluto. El régimen de Maduro se beneficia ampliamente de esta información. A través del procesamiento de solicitudes biométricas, principalmente aquellas vinculadas con beneficios como las bolsas CLAP, servicios médicos y pagos gubernamentales, la información se cruza con los datos del CNE en un gigantesco HUB concentrador. Estos datos de comportamiento permiten al régimen identificar y generar estadísticas de consumo, las cuales son utilizadas para profundizar el impacto de sus estrategias, tanto en forma de terrorismo de estado como en campañas electorales.

Sin embargo, el control no se limita a la manipulación de datos, sino que se extiende al ámbito cibernético. El régimen implementa tácticas de terrorismo de estado a través del espionaje telefónico y la infiltración de troyanos en las computadoras mediante la red de internet del estado. Con la distribución de módems de reputación dudosa, el régimen parece estar llevando a cabo un espionaje masivo. Esta realidad se confirma en el alarmante número de sitios web en Venezuela infectados con troyanos. El régimen manipula estas páginas para contaminar las computadoras de los usuarios, convirtiéndolas en herramientas de transmisión de información y dándoles acceso a las mismas.

Estas operaciones cibernéticas forman parte de los esfuerzos del régimen por asegurar su victoria electoral. El hecho de que Maduro haya encarcelado a personas por publicar simples tweets es una muestra clara de su disposición a hacer uso de la tecnología para mantenerse en el poder. Los ciudadanos son monitoreados y rastreados, y aquellos que se destacan como líderes comunitarios o posibles influenciadores son sometidos a un seguimiento minucioso. La información recopilada se utiliza para manipularlos, intimidarlos y forzar su cooperación electoral.

Sin embargo, la intimidación es solo una faceta de la estrategia electoral. Esta estrategia se entrelaza con la manipulación electrónica, lo que ha llevado a una forma de control social electrónico. La otra parte crucial de esta supuesta estafa electoral radica en la manipulación en tiempo real de los datos de votación. Sospecho que esta manipulación de datos electrónicos podría originarse en puntos oscuros, quizás en servidores que reciben información que luego es procesada por ingenieros. Mi suposición es que estos lugares oscuros podrían ubicarse en el edificio de Pdvsa, donde funciona la Universidad Bolivariana en Los Chaguaramos. Según se dice, en este lugar, que supuestamente es un HUB o centro de conexión, se recibe inicialmente la información de las totalizaciones electrónicas originales. Este sería el lugar donde se realizan los cambios, y debido a su control militar, los actores de la oposición tienen prohibido el acceso. Uno de estos lugares podría ser la Universidad Bolivariana, específicamente un anexo del edificio.

Estos lugares sospechosos podrían seguir siendo operados como zonas oscuras dentro de la Universidad Bolivariana, permitiendo que una unidad especial compuesta en su mayoría por hackers venezolanos trabaje para encontrar los votos necesarios que aseguren la victoria de Maduro. Los votos que pasarían desapercibidos. No es casualidad que la rectora de esta universidad sea una exmiembro del CNE.

Aunque la forma exacta en que opera este algoritmo es especulativa, creo que la única manera de evadirlo sería contar la totalidad de las papeletas una vez sean enviadas o transmitidas. Esto requeriría un cambio en las reglas constitucionales, de manera que los votos contados manualmente en las mesas prevalezcan sobre los votos electrónicos. En esta línea, se podrían enviar dos actas, una electrónica y otra manual, prevaleciendo esta última. No obstante, esta solución se enfrenta a una barrera insalvable en la actual Asamblea Nacional de Maduro.

Además, el reciente nombramiento del presidente del CNE Elvis Amoroso, una figura con un historial de ejecutar inhabilitación de candidatos opositores, señala un enfrentamiento inminente para mantener a flote la candidatura presidencial de la oposición, liderada indudablemente por María Corina.

Es innegable que el señor Maduro perdería en una elección incluso en un contexto poco relevante. Esto no solo aplica a él, sino también a sus compañeros en el PSUV. El dilema radica en que estos individuos están dispuestos a todo para permanecer en el poder, sin que los detenga ninguna restricción legal.

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Foto AFP

María Corina Machado se alzará como la ganadora en las primarias de la oposición, sin embargo, Maduro ejerce influencia sobre la elección del candidato de la oposición desde su posición en el CNE. El futuro nos depara una lucha ardua para mantener a flote la candidatura presidencial de la oposición, la cual, sin lugar a dudas, recaerá sobre los hombros de María Corina.

En este punto, concluyo esta semana y espero seguir interactuando con ustedes a través de las páginas de El Nacional en futuras entregas.


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