Una persona se encuentra en pobreza extrema cuando no tiene recursos para comprar los alimentos más básicos de su alimentación. Es una situación que va más allá de la carencia de alimentos, agua potable y servicios médicos. Es un problema grave de derechos humanos.
Entre las consecuencias directas de la pobreza ya hemos señalado el hambre y la desnutrición, pero existen otras manifestaciones. La pobreza también afecta a la salud de las personas. Según recientes estadísticas, hay 8 millones de niños y niñas que mueren cada año en el mundo, antes de cumplir 5 años.
En nuestro país, la recuperación de la economía incidió en una reducción de la pobreza en 2022 y se ubicó en 50,5%, aunque las desigualdades de ingresos de las personas siguen ampliándose, según el estudio de Encovi, el más importante ente que mide las condiciones de vida de la población.
Venezuela, con 30 millones de habitantes, enfrenta por años un colapso económico que llevó a unas 7 millones de personas a abandonar el país. Por la crisis, el número de pobres en 2021 llegó a 65,2%, según la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi), realizada por el Instituto de Investigaciones Sociales de la privada Universidad Católica Andrés Bello (UCAB).
El estudio, que se realiza desde 2014 para suplir la ausencia de datos oficiales, entrevistó a familias en 2.300 hogares de todo el país entre julio y agosto de este año, revela que “a la economía le puede seguir yendo bien, pero a las familias no. Para que la economía se convierta en bienestar, se requieren de políticas públicas de inclusión social”, afirmó el sociólogo e investigador de Encovi Luis Pedro España, durante la presentación del estudio, en la sede de la UCAB. Agregó que para sacar a más venezolanos de la pobreza se requiere un crecimiento económico sostenido, pero además de programas sociales que apunten a formar y educar a la población, para poder insertarse en ese crecimiento.
Por otra parte, varios analistas han señalado que las medidas oficiales no son suficientes para una recuperación total de la economía, debido a que aún hay desequilibrios. El país enfrenta una inflación interanual del 155,9%, según datos oficiales, la más elevada de la región latinoamericana.
España señaló que las desigualdades de ingresos continúan y la diferencia entre el 10% más rico y el 10% más pobre es de casi 70 veces. El ingreso promedio per cápita del más pobre es de apenas 5,16 dólares al mes, en tanto que el del más rico es de 553,2 dólares.
Según el estudio, 21,9% de los hogares no tienen preocupación de que se quedarán sin alimento, cuando en 2021 era de 11,8%. “Esas mejoras en el consumo y la seguridad alimentaria es probable que se estanquen, por carencia de una política social que incluya a la población”, dijo España.
La situación antes referida y una encuesta, también revela que la migración ha experimentado cambios y muchos de quienes ahora se marchan del país, oscilan entre los 30 y 49 años, cuando antes era entre 15 a 29 años.
La coordinadora del proyecto Encovi, Anitza Freitez, señala que ese cambio puede obedecer a la reagrupación familiar, en la que un migrante va trasladando a su familia y a su nuevo país de destino.
La crítica situación económica que vive el país no avizora perspectiva alguna de mejoramiento, y tampoco permite confiar en una ola de retorno a Venezuela, debido a que las personas que tienen ya varios años afuera sopesan el costo de regresar a un país en el que aún perciben incertidumbre. En diversos estudios realizados solo se ha contabilizado el regreso de 6% de los migrantes, que se marcharon del país desde 2017 hasta la presente fecha 2023.
De cara a las elecciones presidenciales 2024, profesores e investigadores de la Universidad Católica Andrés Bello refieren datos sobre las necesidades sociales y económicas que deberá atender el nuevo gobierno. Urgen a la dirigencia, a construir espacios de encuentro y reinstitucionalización, para activar políticas públicas que atiendan los problemas de salud, educación y empleo de la población.
En medio de una profunda crisis y con indicadores de retroceso social, económico, político e institucional, el pueblo venezolano deberá tomar clara conciencia, para con su voto elegir a la persona sobre cuyos hombros recaerá la más grande e histórica responsabilidad, de rescatar los valores éticos, morales y con ellos además, acabar de una vez por todas con la pobreza, en la que se halla sumida el país.
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