Este texto expositivo es parte del resumen extendido a presentar próximamente en un Congreso Internacional de Educación, Innovación y Gerencia, a realizarse en un país árabe del Medio Oriente con 75% de su población de confesión musulmana, pero rechazada en una Universidad del Táchira por considerarla no educativa ni innovadora por el hecho de sustentarla en la religión católica y por ende en Cristo Jesús y María Santísima. La ponencia se titula: “Satisfacción de las necesidades espirituales a través de una innovación educativa basada en la visión monfortiana, la teoría del aprendizaje de Piaget, la psicología transpersonal de Jung y la coherencia cerebro-corazón de Dispenza”:

Sobre el  aspecto denominado principio o ley de escasez, problema económico o brecha existente entre las necesidades ilimitadas del ser humano y los recursos limitados para satisfacerlas, resuenan los fundamentos teóricos de Maslow (1943) en lo que concierne a la “Jerarquía de las necesidades humanas” o “Pirámide de Maslow”, y en particular a lo referido a dos de sus niveles (fisiológicas y autorrealización), los cuales representan factores determinantes en el proceso de dirimir la presencia o ausencia de la espiritualidad en el desarrollo de las diversas actividades humanas.

Este patrón maslowniano nos hace referir exclusivamente a las necesidades fisiológicas (materiales) y de autorrealización (espirituales), donde la carencia del recurso económico o financiero para solventar requerimientos de comida, salud, temperatura, etc., someten a prueba al individuo en cuanto a mantener su equilibro racional, cognitivo y de valores morales-espirituales. En relación a este planteamiento son innumerables los casos que se han presentado y seguirán presentándose en el trascurrir del tiempo a causa del problema  económico o la imposibilidad de solventar la escasez, como factor clave en el pensar y accionar, y por ende la desestabilización de la persona caracterizada por el estrés.

Sea oportuno agregar, que la hormona del estrés y las sustancias químicas que genera, ejercen un rol fundamental en el funcionamiento del sistema físico, psíquico y espiritual de la persona, al hacer pasar al cerebro a un estado de ondas cerebrales llamado patrón de ondas cerebrales alfa alta, es decir, aquel estado relacionado con toda actividad rutinaria donde se enfoca la atención y preocupación (única y exclusivamente) por solventar un inconveniente o satisfacer una necesidad material (Dispenza, 2009).

Se aclara, que aunque el estrés “es un estado de preocupación o tensión mental generado por una situación difícil” (OMS, 2010, pp. 53-56), que prácticamente forma parte de la propia naturaleza humana, cuando la situación estresante (motivada al factor económico o a la dimensión salud) se transforma en crónica al mantenerse en el tiempo (lo que equivale a vivir en el pasado), igualmente se segregan en exceso sustancias como la adrenalina, el cortisol, la mixtalina, dopamina, etc., que en función de los hechos y verificación científica, impactan dañina o nocivamente la correlación orgánica entre los sistemas nervioso central, endocrino e inmunitario (Ayala, 2009).

Pero, ¿qué es vivir en el pasado? «Todos de alguna forma u otra tenemos una historia  sobre el pasado y las contamos basándonos en las emociones que se experimentaron en ese momento. Cuanto más fuerte es la emoción que se ha sentido con relación a algún incidente o cierta experiencia en nuestra vida, más alterados estaremos dentro de nuestro ser interior. Cuanto más se le presta atención al factor o causales que lo están causando en ese instante de la vida, todo se paraliza en el tiempo y el cerebro asume la postura de realizar capturas o “fotos” instantáneas determinando lo que se conoce como memoria.

Entonces, pensamos dentro de los circuitos de nuestra propia experiencia subjetiva personal acerca de esa realidad basada en el sentimiento que obtenemos  de la experiencia, determinando un verdadero problema: “vivir en el pasado”. La mayoría de las personas no saben que cuando piensan en aquel evento están produciendo los mismos químicos en su cerebro y cuerpo como si el evento estuviera ocurriendo. Luego al revisar tal evento múltiples  veces,  se opta por arraigarse al pensamiento, sentimiento, imágenes, emociones,  estímulo y respuesta afines, iniciando así el proceso de condicionamiento corporal a vivir en el pasado».

Finalmente, para una mayor profundidad, se invita a presenciar este domingo 22 de septiembre la temática Salve María Auxiliadora / Vivir en el pasado. Transmitido por el Canal 21 (Táchira-Venezuela) en el horario de las 9:00 am y 8:00 pm,  y a través de: a) https://www.youtube.com/playlist?list=PLFBq7gAltSL0UJgStt3EcvJo8119FTGOL y b) https://canal21tachira.com/.

¡Al final el Inmaculado Corazón de la Virgen María triunfará!

Fuente: “Perspectiva Económica y Académica Contemporánea”. UNET. Años: 2018 a 2023.  Pedro Morales. Postulante a Rector de la Universidad Nacional Experimental del Táchira (UNET)

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