La necesidad de hacer más competitiva una empresa es, en general, problema de mucha gente; de los accionistas y de la gerencia, de los bancos y de los clientes, del Gobierno y de otras autoridades. Por eso no parece sorprendente hoy día que una institución gaste en auditores y consultores en marketing, sistemas, contabilidad, calidad y otras áreas que representan oportunidades para mejorar la manera como se llevan a cabo los negocios, y que además sirven para mantener informados a los interesados.

Cada uno de los aspectos mencionados fue considerado alguna vez como excepcional, o como parte de una moda gerencial transitoria. Sin embargo, en la actualidad todos ellos constituyen parte esencial de cualquier empresa. De la misma manera, la utilización de los recursos y el manejo de los desechos se han ido convirtiendo en factores importantes en el proceso de toma de decisiones para la empresa y, también, para mucha gente.

Cada empresa en su manejo diario tiene relación con aspectos ambientales, como el uso eficiente de la energía y el manejo de sus efluentes y emisiones, además de consideraciones sobre recuperación de recursos, cambios y mejoras en su utilización. Esto ocurre tanto en el campo de los procesos productivos y de transformación, como en el campo del transporte de mercancías y materias primas.

Debemos estar claros en que la razón para desarrollar una conciencia ambiental en una empresa pasa por el bottom line, a corto y largo plazo (el de corto plazo casi siempre tiene prioridad presupuestaria sobre los de mediano y largo plazo).

Las inversiones, para lograr competitividad desde el lado ambiental, pasan por el mediano y el largo plazo, por lo cual se requieren elementos de presión externa para que el ambiente no pierda su peso en el proceso de planificación y desarrollo de negocios. Estos elementos de presión (beneficiosos para todos) contienen componentes de cumplimiento voluntario y de cumplimiento obligatorio tales como:

  • La acción legislativa y gubernamental para generar, clarificar y reforzar políticas, leyes y regulaciones ambientales.
  • La presión que generan instituciones como bancos y compañías de seguros, accionistas y trabajadores, consumidores, suplidores y público en general, así como organizaciones no gubernamentales.
  • La imagen de una empresa ante la presión –cada vez más fuerte– de la comunidad sobre el medio ambiente en aspectos como cuidado del entorno y del ambiente, impacto sobre el público, publicidad negativa producto de accidentes, fallas o campañas para mejorar que involucren negativamente a una empresa.
  • Competitividad desde el punto de vista de mercados o preferencias, a las cuales se puede acceder si se cumplen ciertos patrones o estándares ambientales.
  • Aspectos financieros desde el punto de vista de la vulnerabilidad que significan los costos de solucionar problemas, interrumpir operaciones o pagar indemnizaciones por motivos ambientales no considerados ni anticipados; o multas por no cumplimiento.
  • Ventajas que vendrán cuando logremos incorporar en nuestro entorno, incentivos gubernamentales o deducciones, o elegir programas de preferencias por cumplir con normativas ambientales.

Para lograr que una empresa se vuelva competitiva desde el punto de vista ambiental, debe pasar por una serie de etapas, que la conduzcan a incorporar al ambiente entre sus prácticas gerenciales.

Debe producirse una conciencia interna orientada al cumplimiento voluntario de estándares, y al estricto cumplimiento de las normas y regulaciones obligatorias. Para eso debe informar a su entorno sobre su nuevo enfoque; tras un proceso de clarificación y divulgación.

Además, debe generar un conjunto de normas y políticas internas, que lleven al desarrollo de procesos y procedimientos, a través de los cuales se pueda articular el nuevo enfoque. Para eso realiza las siguientes tareas:

  • Identificar los aspectos ambientales de su tipo de negocio (sus efectos, impactos y riesgos)
  • Establecer un proyecto que tenga como producto el cumplimiento del párrafo anterior
  • Desarrollar políticas ambientales que incluyan objetivos a cumplir en el tiempo, tanto aquellos de cumplimiento obligatorio, como los voluntarios
  • Definir un set básico de principios que guíen a la empresa en el cumplimiento de sus responsabilidades con el ambiente
  • Establecer los beneficios (e identificar los costos asociados) para la empresa y las partes involucradas
  • Identificar los recursos necesarios para cumplir con el proyecto, establecer tiempos y costos, así como asignar responsabilidades específicas, dotadas con el poder necesario para ser exitosos
  • Dentro del proyecto definido, monitorear su avance y asegurarse de que cada participante cumple el rol para el cual fue asignado
  • Medir el avance en términos cuantificables, según los estándares establecidos
  • Hacer los ajustes necesarios.

Como podemos ver no es un esfuerzo de un día. Es un esfuerzo que nos beneficiará a todos, en nuestro rol de empresarios, gerentes o clientes de un sistema económico, que cada vez pone a competir más el ambiente con el desarrollo. Pero estos esfuerzos de largo alcance comienzan en un día o en un minuto con un impulso dado por las oportunidades de negocio inmediatas que representan los estándares ambientales.

Si un producto consigue una diferenciación competitiva por ser ecológico, entonces se habrá logrado el incentivo para dar el primer paso. La Comisión Mundial sobre Ambiente y Desarrollo definió en 1987 al Desarrollo Sostenible como “(…) aquel que cubre las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para cubrir sus propias necesidades”.

La gerencia ambiental es una aproximación sistemática al cuidado del ambiente en todas las áreas del negocio de una empresa. Incluye actividades de planificación estratégica y táctica, requiere de una organización que facilite el flujo de recursos e información para apoyar la toma de decisiones, asegurando el cumplimiento de las políticas ambientales como parte del proceso de negocio de una empresa.

Noticias destacadas

  • El Pitazo: Diosdado Cabello desestima advertencia de Estados Unidos sobre inhabilitaciones a candidatos. La Ceiba. Nicolás Maduro: “Venezuela va a salir adelante con o sin sanciones”.
  • La Gran Aldea. Félix Seijas: el chavismo crítico considera injusta la inhabilitación de María Corina Machado. Maduro va a estirar el Acuerdo de Barbados hasta el último minuto porque necesita dinero para activar su estructura clientelar. Gobierno apenas tiene 15% de apoyo popular y necesita, mínimo, 30% para poder competir en la presidencial. Asimismo, descarta un adelanto de elecciones y es escéptico con la posibilidad de que María Corina Machado vaya a ser habilitada.
  • Maduro afirmó que no reconoce la jurisdicción de la CIJ sobre el Esequibo. Plataforma Unitaria: Venezuela tiene sólidos fundamentos para defender el Esequibo ante la CIJ.
  • La Ceiba: “Más importante que una cruzada nacional contra el inútil referéndum inventado por Maduro para distraer, es, por ejemplo, una cruzada por elecciones presidenciales democráticas y sin inhabilitados”.
  • Israel encontró armamento y material explosivo en casas, mezquitas y escuelas en la Franja de Gaza.
  • Argentina llega a 142,7% de inflación a las puertas del balotaje presidencial (no se puede creer que el responsable del desastre económico tenga posibilidades reales de ser elegido presidente… es evidente que los pueblos latinoamericanos aprenden muy lento, y por eso sufren más).

Lo que no fue noticia (y debería serlo)

  • Que, quiero insistir, cada vez más se utilizan como prueba en juicios internacionales las declaraciones informales de funcionarios con poder sobre los temas en cuestión. Juez de Nueva York ordenó a Argentina pagarle 16.000 millones de dólares a Repsol, usando como prueba declaraciones públicas del ministro Kicillof. Tener cuidado con las declaraciones que se hicieron sobre el Esequibo.
  • O que el viaje a la CIJ en La Haya para decirles que no los reconocemos, pero que les llevamos documentos que prueban que tenemos razón, es, a lo menos, confuso. Si no los reconocemos, entonces: ¿para qué vamos? Y encima les “plantamos” un referéndum… en fin. Pareciera que ya estamos en esa corte, así insistamos que no la reconocemos… Y más vale que nos preparemos para litigar allí.
  • Ni que ¿será que realmente creen que los votos por el Esequibo se reflejarán en votos para el chavismo en la elección presidencial? Y también habrá que ver si con un plan de gasto público de campaña, los números del chavismo pueden mejorar. Hay que entender que Venezuela cambió y ya no responde a los mismos estímulos… claro que, frente al hambre, cambiar un voto por comida termina siendo favorable para el hambriento.
  • Tampoco que Venezuela debería aprovechar la oportunidad de evitar “atarse” a ningún convenio específico y buscar una figura que le permita operar en simultáneo con Mercosur, con la CAN y con la Alianza del Pacífico. Y el benchmark podría ser el caso chileno. Atento a no equivocarnos y mezclar el oportunismo político e ideológico, porque eso es circunstancial. Más pronto que tarde, todos los gobiernos cambian cuando les llega su momento… la diferencia entre decisiones de un gobierno y las decisiones de Estado.

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