Para trazar una estrategia exitosa no se puede perder de vista la reputación, que se verá influenciada por las características nacionales e internacionales, definiendo el rumbo y comportamiento según la valoración que se tenga de la sociedad. En este apartado no basta responder solo a la pregunta quién soy, sino cómo soy percibido y por quién.

Con la vuelta del “boca en boca” en este mundo cada vez más globalizado, a través de las redes sociales y la digitalización de la noticia escrita –amparada en la inmediatez– se termina siendo lo que el entorno dice que se es.

La reputación en línea (online reputation) representa 80% de la reputación total, pareciéndose cada vez más a la realidad y convertida en un factor importante que no se puede ignorar; porque podría conducir a una estrategia equivocada. Es el reflejo de la estima o prestigio que arrojan los primeros diez resultados de Google, y que se genera desde los climas de la opinión pública. Si se tiene reputación de culpable, aun siendo inocente, es muy probable terminar condenado.

Los pensamientos se exteriorizan con palabras, las palabras se convierten en acciones y éstas en hechos que acarrean consecuencias. Por ejemplo, los medios –vehículos conductores de reputación– propagan contenidos que afectan la imagen del país en el resto del mundo: percepción del default, narcotráfico, violación de los derechos humanos e inseguridad. Pero, ¿cuál es la brecha entre percepción y realidad?, ¿entre reputación y entorno? Precisamente, la tan perseguida “verdad” no es más que un juego entre la realidad percibida, la mediática y la real.

Los elementos que conforman el prestigio son cada vez más importantes, especialmente, con el advenimiento de las redes sociales, en donde no se puede seguir pensando que las grandes corporaciones mediáticas tienen el control de la información. El grave error de los gobiernos totalitarios es no aceptar la importancia de la prensa, donde –a diferencia de los países capitalistas que conviven en armonía– se les considera enemigos. Pierden el control tratando de administrar la realidad, pero sin capacidad real de condicionarla. Democracia y hegemonía no van de la mano.

Quien aplique la estrategia deberá gestionar este cambio, entendiendo que la reputación ya no es únicamente manejada por los medios, sino que es una reputación generada por la ciudadanía, desde abajo hacia arriba. Es menester mejorar la actual reputación que tiene Venezuela: narcoestado, con los niveles más altos de corrupción, poco respeto por los derechos humanos y la cultura militarista siempre presente, de forma activa o pasiva.

En resumidas cuentas, la estrategia entonces deberá considerar los marcos normativos, el benchmarking y el entorno como límites a la estrategia.

En los últimos años, la reputación de Venezuela en el mundo ha sido en gran medida negativa debido a la crisis política, económica y social que ha afectado al país. La falta de democracia, el autoritarismo y la represión gubernamental han sido temas recurrentes en los medios de comunicación y han llevado a una condena internacional.

Además, la falta de seguridad ciudadana, el aumento de la violencia y la inseguridad alimentaria han sido otros factores que han contribuido a la mala imagen de Venezuela. La situación de la libertad de prensa y el respeto a los derechos humanos también ha sido objeto de críticas y preocupación por parte de la comunidad internacional.

Sin embargo, Venezuela también ha sido reconocida por su rica cultura, su patrimonio natural y su diversidad étnica y lingüística. En el ámbito deportivo, Venezuela ha tenido éxitos en disciplinas como el béisbol y el boxeo, y ha sido sede de importantes eventos deportivos.

En resumen, la reputación de Venezuela en el mundo ha estado fuertemente influenciada por la crisis política, económica y social que ha afectado al país en los últimos años, aunque también se reconocen aspectos positivos de la cultura y el deporte venezolano.

Noticias destacadas

  • Gerardo Blyde cree que a Maduro «no le fue bien» en la conferencia de Bogotá. Lamentó que no hubiera una declaración conjunta de los cancilleres en la conferencia internacional sobre Venezuela. Dijo además que lo único que falta es la voluntad política de Maduro para sentarse a la Mesa de Negociación. Levantamiento de sanciones será progresivo solo si hay avances democráticos.
  • Diosdado Cabello: “Nosotros no vamos al diálogo para capitular”. Diosdado Cabello respondió a la entrevista de Gerardo Blyde y exigió la entrega de los 3.200 millones de dólares acordado en México. Pidió el fin de las investigaciones en la Corte Penal Internacional y sobre el Esequibo.
  • EFE: Estados Unidos reiteró que solo levantará las sanciones si Venezuela regresa a la democracia. El gobierno de Biden prevé un “enfoque paso a paso” en el que los pasos hacia la restauración de la democracia venezolana vayan acompañados de medidas para aliviar las sanciones.
  • El País. Josep Borrell: “Maduro no puede escoger su oposición”. El alto representante para Política Exterior de la Unión Europea considera que se ha abierto una ventana de oportunidad para lograr unas elecciones justas en Venezuela.
  • «Los jeans cambiaron de precio tres veces en dos horas»: incertidumbre en Argentina por alza del «dólar blue».
  • Argentina dejará de pagar en dólares las importaciones provenientes de China y comenzará a abonarlas en yuanes, con el objetivo de preservar las reservas internacionales del país (que bueno que puedan usar los yuanes).

Lo que no fue noticia (y debería serlo)

  • Que hay que mirar con atención el caso argentino que pasó de remarcar precios mensualmente a hacerlo semanal, y ahora lo hacen diario. A este paso, pronto se hará varias veces al día o como un pacto de precio para cada transacción. Y como no hay divisas para importar insumos (80% de los productos tiene insumos importados), o bien se para la producción, o bien se reabastece al dólar paralelo con el impacto en los precios.
  • O que ninguno de los participantes en la cumbre cambió su posición frente al caso Venezuela. Y todos mantuvieron un equilibrio entre chavismo y oposición. Los únicos que insistieron en el punto del chavismo con las sanciones fueron los anfitriones.
  • Ni que habrá que evaluar el impacto en las reservas de China, si todos empiezan a pagarles con los yuanes que les pasaron como fondos de inversión; sabiendo que con yuanes no pueden comprar nada en el resto del mundo. Y para poder exportar necesitan importar insumos, y para eso necesitan dólares.
  • Tampoco que en Venezuela, actualmente, el salario mínimo es de 130 bolívares y su equivalencia al cambio oficial es de 5,28 dólares. Si bien para cubrir la cesta básica el salario debería superar los 400 dólares, la realidad es que ha trascendido que podría llegar a los 30 dólares, con un valor aproximado de 780 bolívares. Que, a la vuelta de unos pocos meses, volverá al tradicional 6 dólares que se ha mantenido como referencia real y concreta… igual no alcanza para nada

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