Ante el fracaso del modelo que se manifestó con la caída de la producción a menos de un millón de barriles diarios, el sobre-endeudamiento en default, las deudas comerciales impagas, y la caída en la calidad de la operación, del mantenimiento y de la inversión, la reputación de Pdvsa, como cara visible del negocio petrolero en Venezuela, la ha llevado a que sea cada vez más difícil intentar recuperarla.

La empresa Pdvsa, de alguna manera ha cambiado radicalmente en comparación a lo que supo ser, alejándose cada vez más del negocio estructurado, con contratos, migrando hacia la informalización, mercados spot, y operaciones en “negro”. Porque las sanciones son una cosa, y el des manejo gerencial y la corrupción son algo bien distinto.

Porque la caída en picada de la empresa comenzó mucho antes de las sanciones, cuando se la desvió de sus objetivos específicos y se abandonó el mantenimiento y la inversión. Porque las sanciones, en una empresa sólida y bien manejada, hubieran tenido un impacto muy diferente. Simplemente mirando el negocio petrolero de Irán, con sanciones muchísimo más fuertes que las de Venezuela, mantiene un nivel de producción que le permite manejar alternativas.

La experiencia obtenida desde la nacionalización petrolera ha demostrado la tesis de que el Estado es un mal empresario, y que “a la larga” (con otras empresas del Estado ha sido “a la corta”) termina quebrándolas. Cada Gobierno creyó que él lo podía hacer mejor, aunque ya se sabía que el mal (intereses políticos y corrupción) estuvo inoculado desde el mismo momento en que se nacionalizó.

El replanteamiento del negocio petrolero en Venezuela vendrá por la privatización de las operaciones, basada en una nueva Ley de hidrocarburos que le dé un peso importante al Estado venezolano, considerando la operación como de interés público (perfil similar a la banca), sin que eso afecte la estrategia de las empresas participantes, nacionales e internacionales.

Los ingresos básicos para el Estado venezolano, provendrán de los impuestos comunes y especiales, y de las regalías por el uso de reservas. La propiedad de las reservas seguirá siendo del Estado venezolano, mientras que las empresas las gerenciarán, según las prácticas usuales del negocio; habrá una agencia de nivel presidencial que haga seguimiento y regule el interés público en estas operaciones.

Se privilegiará la agregación de valor nacional al crudo extraído, desgravándolo, hasta llegar a un piso que haga atractiva las producciones intermedias. Todas estas medidas deberán ser aprobadas con mayorías calificadas en la Asamblea Nacional, de forma tal de asegurarle al inversionista una solidez jurídica que lo impulse a invertir en plantas de procesamiento, o en la infraestructura productiva, de servicios y de almacenamiento que se requiera.

La estrategia tradicional de comprar refinerías en el exterior, cercanas a los centros de consumo, podrá ser razonable en términos del negocio petrolero, pero no en la generación de empleo nacional.

La estrategia deberá ser que la construcción de facilidades de refinación y almacenamiento se haga en territorio venezolano y se descentralice, en todo caso, el transporte no ya de crudos, sino de productos con mayor valor agregado.

La salida de la OPEP y la estrategia de aumento máximo de la producción de crudo y gas con el máximo valor agregado, deben ser los pilares de esta nueva etapa.

Ah… y no perder de vista el modelo de negocio del Campo Dragón, donde Venezuela tiene una parte menor al 50%. Ah, otra cosa: ¿está la Ley Antibloqueo por encima de la Ley Orgánica de Hidrocarburos?

Noticias destacadas

  • El Pitazo: Estados Unidos no descarta alivio de sanciones si el oficialismo retoma acuerdo de Barbados.
  • «Seguimos abiertos a responder positivamente a medidas significativas hacia la plena implementación del acuerdo de Barbados», precisó el jefe de Misión de la Oficina Externa de EEUU para Venezuela, en Colombia.
  • The New York Times: Este es el candidato que desafiará a Nicolás Maduro en Venezuela. Edmundo González es una figura desconocida para la mayoría de los venezolanos. Sin embargo, algunos expertos afirman que eso podría jugar a su favor en su campaña contra el presidente Nicolás Maduro en las elecciones.
  • Observatorio Venezolano de Finanzas: 2,9% de inflación en abril. En su informe, el OVF destacó que la tasa de inflación acumulada y la inflación anualizada continúan elevadas, pues son de 10,9% y 87%, respectivamente.
  • Manuel Rosales afirmó que el chavismo necesita “garantías” para dejar el poder en Venezuela
  • El Mundo: Israel bombardea el este de Rafah mientras Hamas asegura que acepta una propuesta de alto el fuego de Egipto y Qatar. El País: Israel pone en marcha la operación en Rafah con la orden de evacuación de los refugiados y varios bombardeos.

Lo que no fue noticia (y debería serlo)

  • Que no hay que perder de vista que, en un país bajo estricto control del chavismo, se “haya permitido” que la oposición unificada, y en un entorno de 80/20 a favor de la oposición, avance hasta el punto en el que está ahora, muy cerca de una victoria electoral, es una manifestación no escrita ni hablada de una voluntad política de estar dispuestos a perder las elecciones, y entregar el poder. La pregunta que surge es quién en el gobierno está impulsando esa estrategia… porque evidentemente, no son todos.
  • O que un cuadro duro del chavismo dice que hay “absoluta desconexión de la dirigencia chavista con el pueblo… si su soberbia no fuera tan grande, estarían haciendo un examen de consciencia sobre qué es lo que está fallando… pregúntense por qué es que el pueblo no los quiere”.
  • Ni que las diferentes propuestas que hay sobre ofrecerle “garantías” al gobierno saliente, deja por fuera a los chavistas que no estén en el gobierno al momento de la transición. Por otra parte, un tema tan complejo, es difícil que pueda recogerse en un plebiscito… En fin… hay varias propuestas dando vuelta que más bien parecen desarrolladas por el alacranato, y que más bien pretenden condicionar o “marcarle la cancha” al nuevo gobierno. Lo que sí habría que esperar es que la justicia funcione, y que se castigue a quien haya hecho las cosas mal… sin venganza, pero con justicia. Como dicen, “el que a hierro mata, no puede esperar morir a sombrerazos” … y cada quien sabe lo que hizo.
  • Tampoco que no hay suficiente información estable y consistente como para establecer asertivamente una cifra de crecimiento o decrecimiento del PBI. Es más práctico identificar cuando una cifra NO ES, que cuando ES. No hay señales ni micro ni macro de que podamos haber crecido, o que estén dadas las condiciones para hacerlo. Pero bueno… la libertad para divulgar una cifra, es la misma que para no creer en ella.

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