En el campo del mejoramiento de la burocracia gubernamental es relativamente poco lo que se ha logrado. Tal vez sea por el enfoque de ver el problema como un todo, y de presumirlo inmanejable.
Se sabe que hay limitantes, pero eso no es explicación suficiente. Hasta ahora todo ha sido crítica «hacia atrás”; es importante que comencemos a hacer cosas «hacia adelante», o sea, a construir lo que queremos que sea el futuro.
En la misma línea de liberalización económica que nos va mostrando el neochavismo, tal vez ha llegado el momento de comenzar a producir cambios y mostrar resultados a nivel de la estructura del estado.
Según el Diccionario de la Real Academia Española, burocracia tiene tres acepciones, las cuales en sí mismas permiten precisar el alcance del término y poner en perspectiva las soluciones:
1) Influencia excesiva de los empleados públicos en los negocios del Estado.
2) Conjunto de funciones y trámites destinados a la ejecución de una decisión administrativa, principalmente de carácter político.
3) Clase social que forman los empleados públicos.
Esto explica por qué burocracia es algo propio del Estado o gobierno y solo en ese ámbito se pueden encontrar las soluciones.
Llevar a cabo un proyecto de reducción de la administración pública no es más complejo que otros proyectos que se están llevando a cabo en otras áreas del gobierno. Sí creo que es un área especialmente sensible, pero también creo que es necesario comenzar a arreglarla.
Y la idea no es ni siquiera arrancar un proceso traumático donde se ponga en riesgo algo. Más bien sugeriría desarrollar un proyecto que tenga principio y fin; que sea lograble y posible. Que arranque con un primer paso (o un primer proyecto), el cual sea exitoso y pueda ser utilizado como base para desarrollar la metodología de trabajo, para preparar los sistemas y las bases de datos; así como para entrenar gente que luego pueda servir para conducir otros proyectos.
Debe ser un proyecto en un área tal en la que se pueda trabajar con facilidad; que reúna las características más importantes de las demás (pero en forma más simplificada) y que permita que se pueda lograr un éxito rápido en cuanto al resultado; y, por supuesto, que signifique una mejora en el servicio que presta esa área.
Además, debe proveer las bases de motivación necesarias que permitan avanzar sobre un segundo proyecto.
Y si esto funciona bien, o sea, si se capitalizaron las experiencias del primer y segundo proyecto, entonces se puede ir al tercero, y así sucesivamente hasta tener el universo cubierto. Pero una vez más: el importante es el primero, pues sin él no hay segundo.
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…O que el mercado de China para el petróleo ruso hará que bajen sus importaciones desde otras fuentes y tal vez no se sienta tanto el recorte de producción rusa, porque no será tan grande. Habrá que medir cómo se compensa lo que no manda a Europa con lo que deja de importar China.
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