Cada vez más el gobierno debe administrar menos cosas que corresponden al sector privado. Y creo que la palabra clave es administrar, pues para aumentar la eficacia en la operación de los bienes y servicios, solo hace falta un doliente del bolsillo interesado en ganar dinero haciéndolo de la mejor manera posible; y para eso no necesita solamente hacer la inversión de capital, pues la experiencia demostrable debe ser en la operación y no en el manejo del capital.

Tanto los bancos de inversión en la primera etapa de ensamblado del negocio, como los entes reguladores, en la etapa de operación, deben asegurarse de la viabilidad de la recuperación de la inversión, pues de otra manera ni la colocación será exitosa, ni la operación efectiva. El análisis de la cartera de empresas susceptibles de pasar al sector privado debe ser exhaustivo para no crear falsas expectativas sobre la valoración de los activos, y por consiguiente fijar el precio posible; el cual no me cabe duda que en algunos casos deberá ser tan bajo que el solo hecho de que algún operador internacional lo tome ya sería un buen negocio.

No hay que olvidar que si se castigara al precio esperado con las pérdidas acumuladas (y no siempre registradas), posiblemente el resultante sería muy diferente a lo planteado. Cuando la tecnología es vieja o cuando la estructura es inviable, lo más práctico es liquidar y cerrar. Al menos se suprimen las pérdidas, y ese dinero (el de la pérdida) se puede destinar o bien a incentivar nuevas inversiones privadas que reabsorban los empleos perdidos, o a fondear seguros de desempleo focalizados.

Algunas de las oportunidades importantes están en las empresas eléctricas, el concesionamiento y construcción de carreteras y aeropuertos, así como los servicios públicos y canales de televisión en manos del Estado; además de todas las oportunidades de entregar a la operación privada actividades de recaudación, correos, aduanas y otros similares a nivel nacional, estadal y municipal.

Noticias destacadas

La Ceiba: Los colombianos prefirieron al malo conocido que al malo por conocer.

Gustavo Petro es el nuevo presidente de Colombia. Con 50,57% de los votos, el candidato del Pacto Histórico y su fórmula vicepresidencial, Francia Márquez, se impusieron (por 3,4%) a Rodolfo Hernández y ocuparán la Casa de Nariño desde el 7 de agosto.

Una de las primeras acciones que Petro dijo que tomaría al ser presidente es llamar a una Asamblea Nacional Constituyente para cambiar la Constitución (y así inicia el camino hacia la izquierda profunda, donde nos encontrará a nosotros, a Cuba y a Nicaragua).

Lima es la ciudad del mundo que más alberga venezolanos, según los datos de Acnur

El FBI confirmó que el piloto iraní del avión venezolano es «socio» de empresas aéreas acusadas de terrorismo.

Stoltenberg aseguró que con armas más modernas aumentan las probabilidades de que Ucrania expulse a las tropas rusas del Donbás.

Lo que no fue noticia (y debería serlo)

…Que la relación de Venezuela con Estados Unidos se encuentra en un acercamiento con la liberación de Malpica Flores, pero en un alejamiento por la cercanía crítica con Irán. Y el problema político es para Biden.

…O que la relación con Colombia entrará en una nueva etapa consular primero, comercial después y diplomática luego de que Petro entienda, ya desde adentro, en qué se está metiendo.

…Ni que el discurso inicial de Petro luce tan conciliador como el de Chávez en diciembre de 1998. Ahora, el de su vice es todo lo contrario. Así como aquí decíamos que Venezuela no era Cuba, los colombianos dicen: “Colombia no es Venezuela”. La constituyente les marcará el rumbo.

…Tampoco que hay que revisar la política económica en Venezuela para hacer los ajustes que permitan sacar el mejor resultado posible de las medidas que se han venido tomando. Hace falta articulación entre los que parecen compartimentos estancos.

Mail: [email protected]

Instagram: @benjamintripier

Twitter: @btripier


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!