A Nicolás Maduro no le quedó más remedio que actuar como el muchacho malcriado que juega con su silla cuando lo castigan; está fue la imagen que mostró el usurpador de Miraflores cuando estaba frente al representante de la Corte Penal Internacional.

A Maduro no le cayó en gracia la visita inesperada del encargado de investigar violaciones de los derechos humanos dentro del territorio venezolano.

Su recibimiento fue pura cortesía, puro maquillaje para ocultar la rabia que todos alrededor de Maduro, incluyéndolo, sentían.

La visita sorpresiva de Karim Khan, fiscal jefe de la Corte Penal Internacional, agarró fuera de base a la usurpación, donde más de uno tragó grueso y echaron a volar su imaginación ante el regreso del representante de la CPI.

Maduro sabe que tiene mucho que perder, su único aval es que el mundo se encuentra distraído por la guerra en Ucrania y por el desastre que está originando su amigo admirado y entrañable de Vladimir Putin. Sin duda que en la usurpación tienen suerte.

La cuestión es: ¿hasta dónde les alcanzará? La suerte no dura para siempre y creo que al señor Maduro le está quedado cada vez menos.

Su margen de acción se reduce lenta, pero progresivamente, y eso él y sus cómplices lo saben demasiado bien.

¿Por qué no actúan en la CPI? Primero, porque la acción legal internacional no puede obedecer a impulsos o a conclusiones tomadas a la ligera, lo que está en juego es muy importante y los representantes de la Corte lo saben y actúan en consonancia.

Segundo, le geopolítica demanda prudencia, pues a nadie en Estados Unidos –y menos en Europa– le conviene que continúe la desestabilización del mercado petrolero mundial; mucho tienen con el tema de Rusia y las tensiones entre Estados Unidos y los Emiratos Árabes Unidos (EAU).

La situación compleja entre Washington y los países árabes se endurece; Arabia Saudita y Estados Unidos se tensan debido a las presiones para rebajar el precio del barril, provocando que las relaciones bilaterales entre ambos esté  en uno de sus puntos más bajos.

Todo esto le da tiempo a Maduro, nada de esta realidad podemos dejarlo fuera del contexto que vive Venezuela.

No obstante, todo esto pasará y ¿entonces? En ese momento Nicolás Maduro tendrá que barajar muy bien las escasas opciones que le quedarán a disposición.

Todo esto lo saben en Miraflores y sin embargo, ellos optaron por la opción de huir hacia adelante, así como lo han hecho en los últimos 20 años.

En conclusión, la actuación de la justicia internacional variará de acuerdo con los cambios en la marea geopolítica, todo se adaptará hacia donde sople el viento, y esto no puede ser ignorado por aquellos que hacemos política puertas adentro en el país.

La Corte Penal Internacional actuará. Empero, no podemos quedarnos de brazos cruzados mientras esto suceda, como demócratas debemos actuar y hacerlo ya, con estrategia, con sentido común y con cohesión de la real oposición que no se arrodilla ante Nicolás Maduro.

Y debemos empezar seleccionando un liderazgo opositor fresco, dinámico y unificador, y esto pasa a través de una consulta interna en todos los niveles.

Por ello y para ello, muchos estamos resteados con María Corina Machado. Así de simple!!!


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