No bastaba con la tragedia que vive día a día el país y la miseria que nos arropa de manera constante en Venezuela, pues ahora está entre nosotros el virus chino, nombrado científicamente como covid-19 y mejor conocido como “coronavirus”, un virus potente y letal, creado por el hombre para sorpresa de muchos y nacido en las profundidades del comunismo chino, específicamente en un laboratorio de Wuhan, lugar donde inició la propagación de esta arma biológica en el último trimestre del año pasado y que ahora pasa una gran factura al mundo, al dejar cifras alarmantes de fallecidos, parálisis económica, caos social y sobre todo la impunidad para sus creadores.

El socialismo es sinónimo de fracaso y destrucción, siempre lo ha sido, en cualquier parte del mundo y época, razón por la cual se hace coherente el destacar y resaltar que el verdadero virus va mucho más allá del “coronavirus” y trasciende al hambito ideológico y social, pues el verdadero virus, la verdadera plaga tiene nombre y es el socialismo, una verdadera amenaza mortal, un cáncer que hasta ahora ha sido imposible de erradicar y que cada vez avanza más, se extiende y causa mayor daño a nivel mundial, una enfermedad que mata de la peor manera, bajo la agonía y el sufrimiento, bajo la oscuridad y la miseria, bajo la humillación y la coacción, y para muestra clara y reciente de ello, de lo dicho, tenemos la pandemia que ahora azota al planeta Tierra, una pandemia creada y expandida por estos pillos, los de la izquierda, la ideología que tanto daño ha hecho en el mundo desde tiempos inmemorables.

En el caso de Venezuela, el virus se hizo presente ya desde hace 60 años, desde finales de los años 50 del siglo pasado para hablarles con exactitud, tiempo que ha tratado de vender y comprar ilusiones estatistas, promover el socialismo ligero y sobre todo asegurar el bienestar ciudadano bajo preceptos demagógicos y populistas, según los cuales aseguraban dar libertades cuando en realidad lo que había era restricción. Los líderes de la izquierda operaban bajo una ilusión de ser buenos y permitían ciertos beneficios a cambio de su mantenimiento en el poder, para luego convertirnos en lo que somos ahora: una sociedad que tiene comportamiento de muchedumbre y vive de las miserias que el socialismo les arroja y no hay excusa, llegamos a esto porque se quiso.

El virus se propagó y ganó y ahora está acompañado por uno de sus apéndices, el “coronavirus”, importado desde el comunismo chino, para ponernos las cosas más difíciles de cómo las teníamos, para poner en jaque a la región y sobre todo a nuestro país, por ser uno de los más vulnerables, donde el hecho de entrar en aislamiento o en período preventivo social de cuarentena, inmediatamente nos lleva a la improductividad total y una vez más al atraso, por obvias y simples razones, pues consecuencia del virus que vive en nosotros desde hace 60 años no contamos con la existencia de una República y estamos en manos de un narcorrégimen que nos oprime, azota y limita, que nos ha llevado hasta lo más profundo de las entrañas de la izquierda en cuanto a práctica se trate y nos ha humillado de una manera bastante significante, a tal punto de llegar a la destrucción de nuestros servicios, hasta hacerlos casi nulos y de entrar en nuestras mentes a través del abuso psicológico y la costumbre, donde el atraso reina y la improductividad ahora es el pan de cada día, pues el hecho de no tener servicios básicos y necesarios como lo es la energía eléctrica y la conexión a Internet, hacen imposible el desarrollo en el plano laboral, estudiantil y social, hasta llegar al punto de hacer inexistente el emprendimiento y cualquier actividad que quizá en tiempos de crisis nos puedes traer beneficios económicos. El venezolano se la está pasando muy mal.

Adicional a lo dicho, causa curiosidad que las cifras publicadas de manera “oficial” por el régimen, quizá no sean alarmantes, pues se habla de menos de 300 personas afectadas de manera positiva por el virus y se toma a Venezuela como el país referente en prevención, si al país más vulnerable de la región y quien está en la miseria y decadencia desde hace años, lo que hace pensar que las cifras son maquilladas, tal cual como lo hace Cuba y la misma China, pues por razones lógicas sabemos que no estamos preparados para enfrentar semejante crisis.

Aquí en Venezuela el virus sigue y muta, lo vemos en distintas versiones, con distintos actores políticos y colores, que de una u otra manera lo promueven y permiten que este se continúe expandiendo, tal como lo hace Juan Guaidó, el protector de turno del régimen de Maduro y quien no ha hecho nada en lo absoluto para siquiera hacerle frente a la llegada de la pandemia al país, quien ha colaborado por todas las vías y de manera incansable con la  izquierda y quien hoy es el sucesor de quienes implantaron el virus del socialismo en Venezuela a finales de los años cincuenta del siglo pasado.


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