Foto AFP

Es lo que mostró el régimen de Nicolás Maduro el pasado Primero de Mayo. Con medidas que hacen más grande y cruel la violación de derechos fundamentales de los trabajadores del sector público. Propiciadoras del exterminio definitivo del salario mínimo vital, hoy en estado agónico, así como del desmejoramiento progresivo y la aniquilación a la larga de todos los beneficios laborales asociados al salario, como el bono vacacional, el bono de aguinaldo y recreacional, las prestaciones sociales, el ahorro previsional y la seguridad social, entre otros. Otro golpe que agrega más restricciones e incertidumbres a las precarias condiciones de vida y de trabajo de quienes prestan sus servicios en las diferentes instituciones del Estado, condenados por lo visto a continuar en la sobrevivencia, acosados por el hambre, la miseria y la muerte.

Ahora los voceros gubernamentales, con un manejo truculento y cínico de los datos, se llenan la boca hablando solo del incremento del “ingreso mínimo vital”. No del salario, por supuesto. Después de anunciarse que serían aumentados el bono de alimentación a 40 dólares y el bono de “guerra económica” a 30 dólares, ambos indexados a la tasa oficial del BCV. El primero, solo para los trabajadores activos; el segundo, que sería asignado a discreción, sin garantía alguna, a los que estén registrados en el sistema “Patria”, con la inclusión en este caso de los jubilados y pensionados que en principio cumplan con el requisito de ese registro. Un aumento global en bolívares, equivalente a 70 dólares, el cual, por cierto, no será recibido por todos los trabajadores de la administración pública. Un aumento que no es tal, según ciertas opiniones, al señalarse que en realidad fue un simple traslado de recursos al bono de alimentación de lo que ya se pagaba con el bono de guerra económica.

Merece destacarse el rechazo al anuncio en cuestión, desde el primer día de haberse efectuado el mismo. Por un lado, no hay que perder de vista ni subestimar el contundente repudio por parte de partidarios del oficialismo, manifestado en diferentes medios y  redes sociales. Asimismo, la firme determinación de líderes de diversos gremios y sindicatos de mantener la protesta de calle hasta lograr un salario digno y justo, pese a los crecientes atropellos de los cuerpos represivos. Son motivos para pensar que ciertamente no ha calado en la gran mayoría de nuestro mundo laboral, la tendenciosa e insidiosa cantaleta oficial de que no hay los recursos necesarios para los aumentos salariales debido a las sanciones y al bloqueo del Imperio. Nada creíble ni convincente el pretexto de un régimen que ha manejado y sigue haciendo uso de fondos multimillonarios que dilapida sin control alguno en una gestión nada transparente, acusada de estar ligada a una enorme y compleja trama de corrupción.

Ante un malestar que amenaza con extenderse y profundizarse aún más, cabe  presagiar momentos interesantes en nuestra vida política en el corto y el mediano plazo. Con retos muy importantes para los ciudadanos en los diversos espacios de la vida del país donde tengan algún desempeño. Uno de ellos, fundamental en estas circunstancias, es la de hacer sentir su voz y hacer el esfuerzo de articularla con otras voces, en la defensa y apoyo a nuestros trabajadores en la lucha que ahora sostienen. Hacerlo con la convicción y el compromiso de que se trata de una lucha de todos por Venezuela, y no solo de algunas individualidades o de uno u otro líder de un gremio o de un sindicato.

Esta idea fue la que me animó a plantearles a los candidatos al rectorado de la UCV, la sugerencia de que hiciesen, en un acto conjunto, un pronunciamiento sobre la situación laboral de los profesores, empleados y obreros de la institución, a propósito de las graves repercusiones de las medidas del Primero de Mayo. A la fecha de terminar de escribir este texto, no sé si habrán tomado una decisión al respecto. Todavía mantengo la esperanza de que oportunamente expresen su acuerdo, pensando en lo que ello puede representar para los trabajadores de nuestras universidades y de todo el país, y el aliento que podría significar para enfrentar otros desafíos de gran importancia que tenemos a la vuelta de la esquina.

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