Era evidente que el régimen iba a patear el revocatorio lo antes posible. Que tuvieran que quedar en evidencia frente al mundo y violar la Constitución y los tratados internacionales en materia de derechos humanos era un mal menor y es lo que ha venido sucediendo de manera sistemática. Una raya más para un tigre. De llevarse a cabo el revocatorio habrían salido del poder y eso no está en su agenda. Más de 80% de la población según todas las investigaciones de opinión quiere un cambio. El revocatorio era un alud de nieve en caída libre: mientras más tiempo pasara, más fuerza y más daño provocaba. El CNE de Maduro nos madrugó a todos. De la noche a la mañana, convocaron una recolección de firmas de 12 horas para obtener más de 4.200.000 voluntades (5 firmas por minuto) y 20% en cada Estado. Solo 2 días hábiles para saber en qué puntos debíamos estampar nuestras rúbricas. El colofón, la amenaza de una nueva lista negra o Tascón para los firmantes, discriminados, perseguidos, etc… Y de llevar a un proceso penal a nosotros los promotores.

La paradoja del tiempo que vivimos es que el régimen que en la historia ha aumentado con más fuerza la pobreza, a partir de Maduro según el estudio Encovi de la UCAB, en torno a 60%, llegando a 94,5% del total de venezolanos, ya tiene casi una década en el poder. En estos últimos 9 años el pueblo no solo se ha hecho mucho más pobre, sino también mucho más dependiente del Estado. La mayoría si no recibe las bolsas de comida (CLAP) y los míseros bonos se muere de hambre. La estampida hacia los más diversos países no tiene parangón.

Dos días antes de realizarse la fraudulenta jornada convocada por el CNE para la supuesta recolección de firmas, por vez primera nos reunimos con un rector oficialista. Entre otros, en muchos de sus argumentos nos dijo que el país necesitaba paz y estaba en paz, le repliqué que la paz está en el cumplimiento de la ley. De un derecho que debe tener como fin la justicia, el bien común y la seguridad jurídica.

La pelea hay que seguirla dando en todos los terrenos y con mucha creatividad. Para el 2024 hay que escoger con tiempo al menos una veintena de candidatos. Todos los que participen en las primarias deben ser una opción del primero al último. El régimen jugará de nuevo al escenario Ortega de Nicaragua, inhabilitará candidatos y partidos por igual, fomentará a toda costa la división opositora e inventará aspirantes a quienes financiará. Utilizará todo el aparato y ventajismo del Estado para impulsar a Maduro y encadenará todos los medios de comunicación para lograr la perpetuación. Al final, si algo les sale mal, utilizarán al TSJ para revertir la derrota. Así las cosas, no hay que llamarse a engaños. Hacer todo el esfuerzo, por todos los medios y todo el tiempo. No hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista.

Lo que ha sostenido a Maduro todos estos años es el apoyo cubano, ruso y chino, al que se ha sumado ahora el iraní en materia petrolera. El cohecho con unas fuerzas armadas al margen de su rol constitucional.

Para salvar a Venezuela por supuesto es indispensable la unidad de la alternativa democrática: unidad, unidad y más unidad. Dar la pelea en todos los terrenos, sin dejar vacío alguno.

@OscarArnal

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