¡Qué vergüenza!, ¿cuánto tienes?, nada, casa, carro, nada, trabajo tampoco, nada que estudiar; el régimen hizo como el merengue aquel, “abusador, todo se lo comió”. En veinte años arrasaron con todo, la producción, la educación y los profesionistas. El plan se ha consumado, este es un país comunista, como tal el salario no es nada y la transformación de los precios tal como fue concebido por el marxismo logró su propósito. Todo el mundo, excepto los ricos enchufados, producto de la delincuencia flotan sobre el valor y tienen lo que quieren, todo lo compran y dilapidan.

En lo que concierne a los ahora llamados trabajadores universitarios gracias a la humillante labor de los que se prestaron para discutir un contrato colectivo, firmaron a nombre de ellos mismos, sin representación de nadie, y agrupados bajo la denominación de Federación de Trabajadores y Trabajadoras Universitarios de Venezuela” con dirección en las oficinas del régimen: OPSU. Consumaron la ilegal firma de una convención colectiva mediante el cual ceden la administración de sueldos y salarios a los usurpadores.

Tienen la sinvergüenzura de publicar con fanfarria un anuncio a todo color con las tarifas a devengar por los “trabajadores y trabajadoras” de los catedráticos degradados a la condición de “trabajadores universitarios del estado”. Da pena ajena, ver ahí, que un Profesor Titular, con veinte años de antigüedad, cuatro ascensos defendidos por su producción intelectual y mínimo un doctorado percibirá 46 millones de bolívares mensuales, o con la fulana reconversión, 10 dólares. Un Instructor por concurso, veintinueve millones, o sea, 7 dólares mes. Han aumentado sus remuneraciones gracias a la contratación colectiva, qué hazaña. O sea, da lo mismo, un profesor que un plomero o trabajador doméstico.

Todo forma parte de una estrategia de aplanar no solo oficios, sino conciencias. Todavía hay quienes piensan que la crisis venezolana es solamente económica, no, es un problema político cuyo esquema ya se consumó. En el caso universitario su alcance no es solo la decidía de perder la infraestructura destruida por falta de atención y dirección, sino de su principal recurso, el talento humano.

Es también una vergüenza cómo acabaron con las emblemáticas edificaciones, laboratorios e instalaciones universitarias. Como cínica burla aplican la fórmula de desplegar cuadrillas oficiales de “recuperación” haciendo que ayudan, se instalan en sus áreas dizque para colaborar con la limpieza, desmonte y pinturita amarilla, comandadas por sus más grandes jerarcas en clara demostración demagógica y a las cuales las autoridades universitarias, responsables por lo demás, dicen que dichas labores  se realizan bajo su competencia bajo “la estricta supervisión del Consejo de Preservación y Desarrollo y la Dirección de Mantenimiento de la UCV (y remarcan con responsabilidad plena)  (Direcciones adscritas al Rectorado), pues nuestro campus es patrimonio y las intervenciones que puedan realizarse en sus edificaciones y ornato deben seguir una serie de parámetros y lineamientos,” ¿entonces dirigen o son dirigidos por la Comisión Presidencial?, me inclino por esto último, ratificando el colaboracionismo de las autoridades con el régimen

Ahora aparece la tesis del colaboracionismo empresarial para rectificar el “modelo económico productivo”, frente a la pavorosa hiperinflación, siendo este el instrumento para llegar al comunismo total y represar aún más la democracia y la libertad. Empiezan ahora la gran campaña de la nueva reconversión eliminando seis ceros a la desaparecida moneda, en realidad son catorce, es decir, uno a la menos catorce para expresarlo más fácil cuyo objetivo inútil es dar facilidad para el manejo operativo, en realidad, cambian de traje, pero el que lo viste es el mismo “negro con diferente cachimbo”, sin meterme en pelea alguna con el black matter.

Esa estrategia no es nueva, es la instrumentación diseñada de una superdevaluación y la forzada desaparición de la moneda a la cual le han asignado varios nombres para vergüenza del Libertador. El dólar se ha convertido en uso corriente a despecho de los teóricos del marxismo, pero que les encanta a los dueños del país que hacen gala de su poder de compra, de su deseo de vivir en los campus del imperialismo, y gastan impunemente a manos llenas a los ojos abiertísimos de los venezolanos.

La sombra de la intervención ha llegado al campus universitario frente a la acción destructiva de la usurpación, se han reducido totalmente los centros de producción del conocimiento. Frente a ello, los llamados angustiantes de individualidades han sacado de la abstracción a la comunidad universitaria. Finalmente, se han nucleado, ha comenzado una acción clara por la defensa de la universidad. Se ha visto ya públicamente como comienza la esperada respuesta de la comunidad universitaria, se ha iniciado la profunda reflexión del futuro de la universidad, y se intenta dar respuesta a este estado de cosas antes de caer en el subsuelo del inframundo,

Las iniciativas ya prenden en la importante voluntad estudiantil, de egresados y amigos de la universidad; ya está en marcha una potente plataforma de lucha, se programan acciones directas nacionales e internacionales, cientos de profesores se organizan alrededor de un manifiesto unificador que da respuesta a iniciativas más pequeñas, pero que han contribuido a hacer sinergia

Esta campaña que se inicia es denunciadora de los desmanes del régimen y va sin duda alguna a rescatar la autoridad moral de la universidad, servir de guía a la sociedad venezolana, y de sus organizaciones democráticas.

La urgencia apremia, ya no se trata de celebrar glorias pasadas de universidades ya centenarias o tricentenarios con discursos, reconocimientos y condecoraciones, se trata se usar tan importantes fechas para que sirvan de plataformas de lanzamiento para la defensa universitaria y de la educación en general. Enfrentar el cerco legal, reglamentario, y ofensivo del régimen diciendo no a la rendición, rescatar la vida universitaria, y apartarse de la frivolidad de las autoridades de convertir el asunto en una fiesta y llamarse ellos mismos, “rectores de la libertad” de quienes no supieron defenderla.

Es una reacción genuina de los universitarios de vencer las sombras, el egoísmo de la tiranía y su ignorancia. Se apoyará en la sociedad civil organizada y en el pueblo venezolano para conmover las bases de la represión y la dictadura. Con la misma fuerza dará el ejemplo y producirá la acción necesaria que Venezuela entera replicará para lograr su libertad.


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