Hace unos días, el ministro de Transportes español, José Luis Ábalos, se reunió en un avión en Barajas con Delcy Rodríguez, vicepresidenta venezolana, que tiene prohibida su entrada en España en virtud de las sanciones impuestas por la Unión Europea, por delitos de lesa humanidad.

Esta reunión desató la ira de la oposición española, que ha llegado a pedir una comisión de investigación en el Congreso de los Diputados para analizar dicha reunión, sobre todo después de las contradictorias explicaciones dadas por el ministro.

En la opinión pública española ha calado profundamente la idea de que el régimen chavista ha llevado a Venezuela a una de las peores crisis de su historia. Cualquier atisbo de política del actual gobierno similar a las implementadas en los últimos años en Venezuela sería, en principio, rápidamente rechazada.

Existen sospechas de que Podemos, ahora en el gobierno, se financió a través del régimen chavista venezolano, por lo que, quizás, deba favores a cuenta de este apoyo inicial.

La oposición española aprovechará esta situación del actual gobierno y cuando detecte una complicidad con el gobierno de Maduro la denunciará. Esta estrategia de la oposición española será aún más intensa porque sabe que electoralmente le favorece, y así se exagerará al máximo sus acciones contra el régimen de Maduro.

El papel de España en la crisis venezolana puede ser relevante, sobre todo teniendo en cuenta que Josep Borrell es en la actualidad alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores.

En España existe una cultura democrática relativamente joven, pero sería difícil convencer a la opinión pública española de que la solución de la crisis de Venezuela no pasa por unas elecciones libres. Por eso al actual gobierno se verá obligado a ejercer presión en esta línea.

Lo relevante, evidentemente, es la opinión pública venezolana, y no la española, pero la presión internacional siempre puede tener un efecto en el devenir de los acontecimientos en Venezuela.

La oposición venezolana sabe de la importancia de este apoyo internacional, de ahí la reciente gira de Juan Guaidó por Europa.

La oposición venezolana, cada vez más, está mostrando una imagen de alternativa, donde no solo se denuncian los errores del gobierno de Maduro, sino que se presentan propuestas y se da una imagen de gobierno alternativo, ofreciendo a la población venezolana una salida a la actual crisis, para que finalmente la opinión pública venezolana, a través de elecciones, decida su futuro.

 


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