Putin con sus deseos imperialistas de la antigua Unión Soviética quiere unificar a Kiev y Ucrania con su progenitora Rusia, de la misma manera como ocurrió en Polonia en la era de la Unión Soviética. Este escenario nos recuerda una nueva versión de la Guerra Fría, entre el Kremlin y Occidente y en todo este escenario la dictadura venezolana se inmiscuyó y se convirtió por demanda propia en un peón del complicado ajedrez geopolítico mundial. El vicecanciller de Rusia, Sergei Ryabronk, amenazó a Estados Unidos, en aumentar su presencia militar estratégica en Venezuela y Cuba, si el coloso del norte se oponía a los planes rusos con respecto a Ucrania. Pero la realidad es que ya Rusia tiene muchos años en Venezuela y más que una relación solamente en lo militar, la realidad es que para Rusia, su vinculo con Venezuela le ha aportado grandes ganancias, estamos hablando de unos 11.000 millones de dólares en armamento militar pesado, además de la fábrica de fusiles AK-47.

Tal como van las cosas, Venezuela se ha convertido en punta de lanza de Rusia en América Latina, y así lo confirmó el viceprimer ministro de Rusia, Yuri Borisov: “Venezuela es un socio estratégico de Rusia, en América Latina”. Venezuela no solo es una especie de base militar rusa, sino que también ha desarrollado un complejo sistema de inteligencia, lo cual constituye un factor de riesgo para todo el continente. A Rusia no le interesa guardar las apariencias a nivel internacional, al igual que China e Irán. Para este trío de países, no existe el respeto a la soberanía de los diferentes países y más aun cuando afectan sus intereses geopolíticos y lo vemos claramente con lo que está pasando en Ucrania, mintiéndole descaradamente al mundo sobre sus verdaderas intenciones a fin de demostrar fuerza y minimizar a Estados Unidos y a la OTAN.

La deducción es clara, Venezuela es cabeza de playa, como una posición bastante fuerte en contra de Estados Unidos, ante una posible confrontación, formando una avanzada militar rusa en América, además de ser un añadido a ser utilizado en la guerra fría, repitiéndose la historia de la crisis de los misiles en 1962. Las relaciones de Venezuela con países como Rusia, China e Irán tienen como común denominador el odio hacia Estados Unidos.

Pero como si esta inherencia rusa fuera poca, también respalda en la práctica el plan de la dictadura venezolana de formar con Colombia un corredor para seguir desarrollando el narcotráfico. Sobre este aspecto, María Corina es de la opinión: “Lo que puede significar este corredor desde el Pacifico colombiano hasta el Atlántico venezolano, integrando desde los puertos de Buena Aventura, a Guiria, Paraguaná o Puerto Cabello en Venezuela. Zonas donde los grupos criminales no solo ejercen el control territorial, sino también económico y social que controlan a la población”. Lo grave de esto es que estas dictaduras que cuentan con el apoyo foráneo ruso, iraní y chino, llegaron con la intención de mantenerse permanentemente en el poder, destruir todas las instituciones democráticas y este otro punto, entran los intereses de Rusia, que es convertir todo esto en un proyecto transcontinental, para afectar la estabilidad de los países democráticos de la región, teniendo en la mira a Estados Unidos.

No tiene nada de extraño que Venezuela en voz del dictador que usurpa el poder en Miraflores esté apoyando a la intervención rusa en Ucrania, en este sentido según el World Justice Project, en un estudio a nivel mundial sobre 139 países colocaron a Venezuela en el deshonroso último lugar en lo referente al Estado de Derecho. Por esta última razón es que Venezuela se inmiscuye en la política interna colombiana, indudablemente con la aprobación rusa, para que con ayuda cibernética influir en las próximas elecciones presidenciales de Colombia, a favor de Petro, y el triunfo del exguerrillero aseguraría los planes de implementar un corredor del narcotráfico y del terrorismo entre Venezuela y Colombia, y seguramente darle cabida en este corredor importando el terrorismo de Hezbolá y así utilizarlo para sembrar el terror en todo el continente americano. Por estas razones, Estados Unidos deberá ponerle más atención a Latinoamérica, últimamente olvidada porque la presencia extranjera de representantes de enemigos tradicionales de Estados Unidos, pone en peligro la seguridad del coloso del norte.

La institución llamada a evitar desde un principio este apoderamiento del poder por parte de Rusia, China e Irán en Venezuela, eran las Fuerzas Armadas, por eso el primer paso para llevar este proyecto de largo plazo, consistió en corromper hasta los tuétanos a las Fuerzas Armadas Venezolanas, lo cual formó parte desde un principio del innombrable de Sabaneta. Antonio Ledezma ha sido muy claro al respecto y es de la opinión de que para lograr este cometido primero desvirtuaron la función original de las Fuerzas Armadas y luego la corrompieron con el trafico de drogas, hasta formar el Cartel de los Soles, pero además las Fuerzas Armadas, en la extracción ilegal de minerales preciosos, la participación en todo tipo de negocios ilícitos para corromper el estamento militar, incluyendo el negocio de los alimentos. Por supuesto que a Rusia le conviene unas Fuerzas Armadas corruptas que puedan ser manejadas fácilmente al antojo de Moscú y que permitieran la intromisión extranjera y de allí que Venezuela sea el peón de ajedrez geopolítico de Rusia en su lucha contra Estados Unidos.

“Todo dominio injusto, toda violencia, todo acto de egoísmo ejercido en daño de un pueblo, es violación de la libertad, de la igualdad y de la fraternidad de los pueblos. Todos los pueblos deben prestar ayuda para que desaparezca”. Giuseppe Mazzini


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