Expectativa por diálogo entre los presidentes de Guyana y Venezuela
Irfaan Ali y Nicolás Maduro. Fotos de Patrick T. Fallon / AFP y Miguel Gutiérrez / EFE

«La guerra es una mera continuación de la política por otros medios». (Karl Von Clausewitz, filósofo y militar prusiano, autor de dos libros sobre la guerra)

Para Clausewitz, la guerra es la continuidad de una lucha histórica entre dos o más actores, que decidieron llevar su enfrentamiento, a otro nivel de violencia. Por tanto, la guerra constituye «un acto de fuerza que se lleva a cabo, para obligar al adversario a acatar nuestra voluntad».

La  guerra representa para Clausewitz, la continuidad de la política por otros medios, por cuanto es un acto en donde el Estado y el ejército se convierten en dos actores que piensan y hacen la guerra, bajo unos lineamientos estratégicos y tácticos que están dirigidos a lograr someter a uno o varios enemigos.

La guerra es la forma de conflicto sociopolítico más grave, entre dos o más grupos humanos, y se produce tanto en sociedades tribales como en civilizadas, siendo más grave entre estas últimas, ya que son más complejas, masificadas y tecnificadas.

Las Naciones Unidas se crearon en 1945 como un instrumento de gestión de las relaciones entre los Estados a medida que el mundo se recuperaba de los horrores de dos guerras mundiales. Si bien el mundo actual es mucho más seguro, la naturaleza de las amenazas ha evolucionado considerablemente. Hay amenazas nuevas, más complejas y sofisticadas que exigen respuestas imaginativas y audaces y una mayor colaboración entre los Estados Miembros y entre el sector privado y la sociedad civil.

Las declaraciones guerreristas emitidas por el presidente de la República Cooperativa de Guyana, Irfaan Ali, el 27 de octubre, en el territorio de la Guayana Esequiba, violan los términos del Acuerdo de Ginebra, sobre el litigio del Esequibo, al afirmar que siguiendo instrucciones del Comando Sur de Estados Unidos le ha dado la orden de escalar sus acciones. Muestra con su actitud una conducta contraria a los compromisos asumidos en el Acuerdo de Ginebra de 1966, que define la ruta a seguir para resolver la controversia territorial entre Guyana y Venezuela.

Venezuela, en defensa de sus legítimos e históricos derechos sobre la Guayana Esequiba, exhorta a la República Cooperativa de Guyana a desechar la carrera bélica, asumir el diálogo diplomático y abandonar las acciones ilegales, contrarias al Acuerdo de Ginebra, que es el instrumento válido para la resolución de la controversia territorial entre ambos países.

La probabilidad de un conflicto armado entre Venezuela y Guyana por su histórica disputa de un territorio de 159.000 kilómetros cuadrados, conocido como el Esequibo, ha tomado cuerpo y creado una escalada de tensiones entre ambos países, según opinión de especialistas en materia de seguridad y defensa, opinión que no compartimos, por cuanto pese a las provocaciones del presidente guyanés, estimamos privará la sindéresis y sentido común, en el decurso de los acontecimientos, en los que están en juego no solo la soberanía de nuestra nación con tradición libertaria, sino también el honor del gentilicio venezolano.

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