Para muchas personas no familiarizadas  con el término «default», este suele ser utilizado por los economistas cuando observan el indebido manejo de los erarios de un Estado, que incumple sus deudas con los acreedores, generalmente con otros países u organismos internacionales.

En consecuencia, default  es estar en una situación de impagos, lo cual implica que un país no puede hacer frente a las deudas que tiene con sus acreedores, y si no hace frente a las deudas, incumple con sus pagos. Es decir, entra en default.

Venezuela, es uno de los países de mayor riesgo para los inversores, por cuanto está retrasado en el pago de intereses sobre una parte de su deuda. Los intermediarios encargados de transferir el pago de intereses a nombre de nuestro país, no han recibido los fondos para cumplir con esta obligación y compromiso. Los funcionarios del régimen no se pronuncian sobre lo que está pasando. La oficina de crédito público, que suele hacer un anuncio en su cuenta de Twitter, una vez que transfiere fondos para pagos de bonos, no ha dicho nada.

Ya en el año 2017, Venezuela estuvo al borde del default, pues el gobierno enfrentó nuevas sanciones de la Unión Europea, que le impuso un embargo de armas por quebrantar la democracia. Una comisión presidencial y tenedores de deuda externa del país celebraron en Caracas el primer encuentro para la renegociación de la deuda, que buscaba Nicolás Maduro.

La deuda externa de Venezuela hasta finales del año 2022 arrancó con 60.000 millones de dólares y ascendió hasta 90.000 millones de dólares. Cabe resaltar que los impagos incluyeron 25 emisiones en mora, 15 de la República y 10 de Pdvsa, hasta el 23 de agosto de 2022

El año pasado, Venezuela cerró con una inflación del 305,7%, con lo que el incremento de precios anual se redujo a menos de la mitad en comparación con 2021, cuando llegó al 660%, informó el Observatorio Venezolano de Finanzas, un ente independiente integrado por expertos económicos.

Ante la interrogante de qué se puede hacer para mejorar la economía del país, y evitar caer en un default, estudiosos y calificados economistas venezolanos refieren, que para lograr este propósito, el régimen de Maduro debería aplicar los más fundamentales ejes que son: mantener la estabilidad económica con una inflación controlada, así como reducir la deuda y mejorar el uso del gasto público.

Para estos mismos y acuciosos economistas, no sorprende que el colapso económico de Venezuela coincida casi perfectamente con una disminución masiva de los ingresos del petróleo, por cuanto después de aumentar durante más de una década, los ingresos del petróleo cayeron 93% entre 2012 y 2020.

Por último refieren que, para mejorar los resultados económicos, el gobierno requiere de  una nueva reforma fiscal y mejorar la recaudación, limitar la evasión y garantizar el financiamiento de la inversión en infraestructura y las políticas para reducir la pobreza y la desigualdad.

De no aplicar las medidas anteriormente indicadas, Venezuela se encuentra al borde de un espantoso default, que terminaría por acabar con las limitadas esperanzas de un pueblo, subyugado por la ineptitud, negligencia e incapacidad de quién conduce los destinos del país.

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