Escolta iris varela
Archivo

El año 2021 se presenta para una Venezuela desunida, lleno de incertidumbre, escepticismo, confusión, desorden, anarquía, desesperanza y profundas dudas sobre la suerte futura del devenir del país.

Las primeras señales que en lo que va de este año ha venido dando la dictadura de Maduro y su combo de corruptos e incapaces no ofrecen ningún indicio sobre lo que se propone realizar en el manejo del país, salvo que no sea aquellos vinculados con amenazas a los opositores, maquillaje de la terrible realidad que vivimos, culpabilizar al imperio como el causante de todos nuestros males y la reiteración de la voluntad del régimen de permanecer en el poder a cualquier costo.

El régimen y sus “pensadores” no saben, ni entienden lo que se debe hacer para, al menos, morigerar los embates que la crisis generalizada causa sobre la sufrida población venezolana; pero sí saben y entienden cómo desvalijar y malversar los recursos del país. No olvidemos que durante el tiempo que llevan en el poder han recibido y dilapidado ingresos por casi 1 billón de dólares (mil millones de dólares), provenientes, por una parte, de las actividades petroleras, y, por la otra, de un irresponsable y oneroso endeudamiento externo.

Tan criminal e imperdonable uso de los ingentes recursos recibidos le negó y privó al país y a sus habitantes de la posibilidad de haber construido una Venezuela moderna y próspera con posibilidades de ofrecer a su población oportunidades de crecimiento económico y social, mejores servicios públicos, seguridad, sistemas de salud y educación. Por el contrario, para desgracia de nuestra sociedad, han convertido a Venezuela en el líder entre los países de peor desempeño económico, de la más alta tasa de inflación anual y la mayor tasa de desempleo mundial.

Para entender y  salir de esta pesadilla que nos ha asolado a lo largo de 22 años debemos situarnos en el poder causal de disolución y pasión social desatadas por las acciones de la dictadura sobre la población. Igualmente, asumir y explicar la gravedad de lo ocurrido en el país. Unirnos para enfrentar a la dictadura como un solo bloque sin fisuras ni contradicciones es de una necesidad impostergable. En la renovación del concepto de oposición, las estrategias y tácticas de acción y la claridad de visión de la dirigencia  opositora constituyen un hito de inexcusable cumplimiento.

Finalmente, la toma de conciencia de que si no actuamos ahora el país, nosotros y nuestras familias seremos los perdedores para siempre. Nuestra plena participación es lo único que podría evitar la anarquía y la aparición de apetitos voraces que procedan a enturbiar una eventual sucesión de poder y atentar contra la democracia y contra la posibilidad real de la oposición de hacer que los destinos de Venezuela sean conducidos por otras manos. La participación  es el mejor antídoto para controlar los efectos negativos de las argucias y trampas que pudieran desarrollar los aventureros que nunca faltan en estas circunstancias.


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!